Libros españoles sobre el marxismo, prohibidos en Argentina
Algunas editoriales españolas han recibido notificación oficial de que determinadas publicaciones suyas han sido prohibidas en Argentina.Dichas publicaciones -dice la nota remitida por el Ministerio de Gobemación- «han sido calificadas, por su contenido, como incursas en las prohibiciones que establece la legislación interna de aquel país».
«Como consecuencia de ello -sigue la referida nota-, y en virtud de lo dispuesto en el artículo 33 del vigente convenio de la Unión Postal Universal (UPU), la Administración Postal de Argentina ha dispuesto prohibir su circulación por sus servicios postales. »
Entre otros, han sido vetados los siguientes títulos: Contribución al estudio del desarrollo humano, de André Rachel; La vida de Carlos Marx, de Nicolaievski; Los marxismos después de Marx, de Favre, y los Cuadernos filosóficos, de Lenifi.
Otras editoriales que mantienen todavía contacto con el mercado argentino, y que no han recibido notificaciones similares, siguiendo los consejos desus propios distribuidores en Argentina se abstienen de enviar cualquier libro que pueda provocar la más mínima sospecha de marxismo.
«Todo lo que huele a marxismo -comentó un editor a EL PAIS- es inmediatamente eliminado. Se ha llegado a extremos grotescos, como fue aquella quema de libres recién llegados. al aeropuerto de Buenos Aires; un envío considerado altamente peligroso, nada menos que de El rojo y el negro, de Stendhal.
En cambio, otras editoras consultadas aseguran no haber tenido problemas con sus publicaciones en Argentina y que además han sido informadas de que el Gobiemo militar está dispuesto a permitir que se paguen las cantidades adeudadas por la compra de libros españoles, con lo que podrán percibir la cantidad que desde hace tiempo se les debe.
No obstante, la impresión general en los medios editoriales españoles sobre la evolución de la situación en Argentina sigue siendo negativa. Desde el golpe militar de Videla el mercado argentino -el más importante de Latinoamérica, con México- ha experimentado una contracción muy considerable que ha incidido en la reducción de las exportaciones.
En un plazo de tres años, esta reducción ha sido casi de un 75 %; mientras en 1974 se exportaron líbros por un valoÍde 1,400 millones de pesetas -según las estadísticas del Instituto Nacional del Libro Español (INLE), en 1975 se exportaron por valor de 850 y el año pasado la cifra fue de quinientos millones.
De todas formas las editoriales que sufr en con mayor intensidad los efectos de la depuración cultural que lleva a cabo aquel Gobierno son las que están instaladas en territorio argentino. Así, las delegacíones de las empresas editorás en Argentina han tenido que ser liquidadas y algunos editores argentinos se han sumado -o están a punto de sumarse- al exilio de intelectuales y profesionales que se desencadenó a partir del golpe.
El cierre de la editora, Cartago y la detención de un regente, Gregorio Levin, y. de uno- de los socios, Rubén Giolito es la última noticia que sobre estetipo de actuaciones ha llegado a España.
