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Colombia y Brasil pretenden regular el mercado

Los problemas derivados de la elevación del precio del café en los mercados internacionales van aumentando de día en día, hasta el punto de que el Gobierno de Colombia ha secundado inmediatamente la iniciativa del presidente brasileño Geissel, convocando una reunión urgente de la OIC -la organización que agrupa a los productores-, para tratar los problemas que afectan al comercio cafetero internacional.El propósito de los gobiernos brasileño y colombiano es regular adecuadamente el comercio mundial de café, fijando unos precios estables en el mercado, al tiempo que se tiende a estabilizar la producción. A juicio de los especialistas de ambos países, la actual situación de escasez, unida a una serie de movimientos especulativos han generado el confusionismo que, sobre todo en cuanto a precios, existe actualmente en los mercados. Aunque los representantes colombiano y brasileño en España son remisos, a comentar el tema, insistiendo en que las operaciones se canalizan vía Londres -sede de la OIC-, ambos sostienen la creencia de que el boicot iniciado en Estados Unidos, por las asociaciones de consumidores, tiene escasa consistencia; sin descartar la posibilidad de que aniden intereses comerciales de cualquier otro producto eventualmente sustitutivo, tras la pretendida campaña boicoteadora.

Lo cierto es que, en las últimas semanas, el precio del café ha descendido -aunque levemente- en los mercados internacionales. Ello, sin embargo y a juicio de los exportadores, no es nocivo para sus intereses, por cuanto responde a las leyes del propio mercado, que quisieran ver predominar en todo el comercio cafetero. Los principales productores -Colombia y Brasil- rechazan toda posibilidad de disensión en el seno de la OIC, así como una posible utilización política del café, a imitación de otros productos cuyo precio se ha disparado.

Pero lo auténticamente cierto es que el café es utilizado desde hace años como arma comercial y que los productores encuentran en su comercio el modo de mitigar sus considerables tasas de inflación. Los acuerdos comerciales entre España y Colombia contienen, desde hace años, importantes contingentes de café entre sus partidas de intercambios. La impresión de la representación colombiana en Madrid es de que la presencia del café en futuros acuerdos tenderá a aumentar progresivamente.

Finalmente, los productores insisten en la escasez y confiesan que incitan la intensificación de los cultivos, aunque los efectos quedarán necesariamente relegados al término de un cielo mínimo de tres años. Al tiempo, afirman que ningún otro producto potencialmente sustitutivo -incluso en el caso de que se consideraran en su conjunto- posee actualmente una capacidad de abastecimiento que pudiera cubrir las necesidades mundiales, a idénticos niveles del consumo de café.

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