

Demasiado castigo para la Real Sociedad en Mánchester
Las decisiones arbitrales condicionan al equipo de Imanol ante un gran United


Dos penaltitos liquidaron a la Real Sociedad en Old Trafford y decantaron una eliminatoria que en el partido de vuelta deparó el mismo carrusel de alternativas y emociones que en Anoeta. Le dolió el resultado final (4-1) al equipo de Imanol Alguacil, que incluso en tiempo de dudas como el que atraviesa deja trazos de combo trabajado y sobre todo audaz. En Mánchester, ante un rival que ha jugado en la eliminatoria mucho mejor de lo que lo hace en la Premier, competición en la que flirtea con el ridículo. Pero este año en Europa nadie les ha ganado. Lo pudo hacer la Real, pero le salió cruz en todas las acciones que definieron el partido. En aquellas situaciones fronterizas le cerraron la barrera en las narices a los chicos de Imanol, que tienen motivos para quejarse de las decisiones de un mal árbitro. Queda el derecho al pataleo, que nada soluciona.


Y eso que todo empezó de cara para un equipo que salió al campo con carácter, jerarquía y elevadas dosis de descaro. Tomó la pelota la Real, la manejó y encerró de inicio al United, le marcó gol tras un penalti cometido por De Ligt sobre Oyarzabal, que maniobró con excelencia en el primer palo para forzar la infracción en la lucha por un centro de Elustondo. Marcó el capitán de la Real, se escuchó en el teatro de los sueños la orgullosa voz de los 1.500 seguidores que llevó el equipo a una cita tan ilusionante y ahí se desató el United tal y como lo hubiera hecho en sus mejores tiempos. Se lanzaron como tigres los jugadores de Amorim a por el empate, siempre con Bruno Fernandes a los mandos, con una trabajada salida de balón que cuando se embarullaba encontraba solución en la capacidad para pelear los balones divididos o las segundas jugadas.
En Old Trafford no juegan las grandes estrellas de antaño, no parece sencillo concluir que muchos de los jugadores que adiestra Ruben Amorim puedan protagonizar una reconstrucción que se antoja, a todos los niveles, costosa. Pero el equipo tiene un plan y ante la Real, por momentos, lo ejecutó con prestancia en varios tramos de la eliminatoria, siempre con frenesí y un trabajo excelente por los costados, donde Dalot y Dorgu fueron decisivos en Anoeta y Old Trafford.
El United fue más cuando atrajo al rival, encontró espacios y se fue al galope a través de ellos. Empató después de que Casemiro, que firmó un gran partido mientras el físico le acompañó, y Bruno fabricase una opción de remate para el coriáceo danés Hojlund, que tan fuerte como parece se desplomó cuando Zubeldia le cuerpeó para obstaculizar un remate ante Remiro. El árbitro se fue al punto de penalti. En Europa el videoarbitraje no suele entrar en medias tintas: si hay contacto prevalece la opinión del trencilla. Ocurrió lo mismo cuando en el inicio de la segunda parte Dorgu y Elustondo buscaron el balón en el área vasca y el extremo danés se fue al suelo. No hubo caso. En las dos ocasiones Fernandes se fue a los once metros y no perdonó.
Nada había acabado. Pero todo se decantó cuando Dorgu, que fue siempre un puñal en la banda izquierda, acudió a un balón al espacio y Aramburu tropezó con él en la carrera. El lateral se fue a la caseta expulsado en una decisión muy rigurosa. Con diez hombres y media hora por jugar, Imanol refrescó la alineación, arriesgó y se quedó vecino a la sentencia, evitada por el meta Remiro y la mala puntería de los delanteros locales. El árbitro siguió a lo suyo, pitó un tercer penalti, también sobre Dorgu, y se tuvo que desdecir. Para entonces la Real ya estaba sin red, se fue arriba y se desnudó atrás hasta que, ya casi sobre la hora, le penalizó el United en una contra que finalizó Bruno para firmar un triplete que le retrata como lo que es, el mejor jugador de su equipo.
Se vació la Real Sociedad, que llegó al final sin gasolina en el depósito y recibió la puntilla con un postrero gol de Dalot tras maniobra de Hojlund en el área. Demasiado castigo para un equipo aplaudido al final por los suyos y que debe pelear ahora en la Liga por repetir el próximo curso en Europa; buen premio para el United, que delicado como está, tratará de salvar la temporada en una competición en la que no solo busca un título más para su nutrido palmarés, sino también el pasaporte para regresar a la Champions League. La próxima estación en el camino hacia la final en San Mamés pasa por Lyon.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.