Sheinbaum, sobre los aranceles al acero y el aluminio: “Vamos a esperar al 2 de abril para tomar una decisión definitiva”
La presidenta de México asegura que su gabinete seguirá trabajando con EE UU para erradicar las tarifas. Estos impuestos afectarán a más de 29.000 millones de dólares en exportaciones


México no logró librar los aranceles del 25% que ha impuesto Estados Unidos sobre todas sus importaciones de acero y aluminio a partir de este miércoles. A pesar del TMEC, el presidente de EE UU, Donald Trump, ha mantenido firme su política proteccionista y el cobro de nuevas tarifas sobre sectores estratégicos. En este caso, los impuestos tendrán un mayor efecto sobre los principales proveedores de estos insumos, como es el caso de México y Canadá. La presidenta Claudia Sheinbaum ha informado en su conferencia matutina que se esperará al 2 de abril, fecha en que la Casa Blanca, impondrá aranceles recíprocos mundiales para definir su estrategia: “Vamos a esperar al 2 de abril para tomar una decisión definitiva sobre si se ponen aranceles recíprocos al acero y al aluminio”, dijo. Aunque Canadá y la Unión Europea ya han anunciado que pondrán tarifas en respuesta ante la decisión de EE UU, el Gobierno de México mantiene su postura de “cabeza fría” frente a Trump.
La mandataria añadió que, dado que México no impone aranceles a EE UU —bajo el amparo del TMEC— confía en llegar a un acuerdo con Trump para que no cobre impuestos adicionales sobre las importaciones mexicanas. En las próximas semanas, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el secretario de Hacienda, Edgar Amador, mantendrán las mesas de trabajo con sus homólogos en Washington para tratar este tema. Sheinbaum aseguró que también trabajarán con la industria siderúrgica mexicana: “Hay muy buena relación con todos los acereros, estamos trabajando con los productores nacionales”, refirió. En vísperas de la imposición de estos aranceles, las empresas nacionales habían exigido al Gobierno de México una defensa férrea de las compañías mexicanas y la imposición de aranceles recíprocos a las importaciones estadounidenses de estas materias primas.
Trump busca recuperar el músculo industrial de Estados Unidos, vía aranceles. La propuesta de gravar con un 25% a todas las importaciones de acero y aluminio del mundo tiene un mayor impacto para Canadá y México, dos de sus principales proveedores de estas materias primas. Con exportaciones por más de 2,3 millones de toneladas, México ocupa el segundo puesto de exportación al mercado estadounidense, solo detrás de Canadá. En la otra cara de la moneda, México también es un comprador asiduo de los aceros estadounidenses, al adquirir más de cuatro millones de toneladas de aceros estadounidenses. Estas cifras dan cuenta de un balance superavitario para EE UU, en más de 6.000 millones de dólares.

Desde su primer mandato, en 2018, el republicano ha puesto el punto de mira sobre estos insumos, cruciales para la manufactura de automóviles, equipo industrial, estructuras para construcción y componentes electrónicos. El interés no es menor, el presidente de EE UU está convencido de que, bajo el paraguas del TMEC, México ha servido como vía de acceso del acero chino a su territorio. Tanto las autoridades mexicanas como el empresariado nacional han rechazado estas acusaciones. Desde que se anunció esta medida, en febrero pasado, la Administración de Sheinbaum ha endurecido la vigilancia sobre el acero chino en sus aduanas. También ha comenzado investigaciones dumping y ha extendido la vigencia de algunas cuotas compensatorias en ciertos aceros asiáticos.
De acuerdo con la publicación World Steel, Estados Unidos produce un promedio de 82 millones de toneladas de acero al año e importa poco más de 26 millones de toneladas. El desbalance entre consumo y producción, advierte, sitúa al mercado estadounidense en una posición vulnerable. A nivel global, la producción de acero rebasó unas 1.890 millones de toneladas y la mitad, unas 1.000 millones de toneladas, fueron producidas por China, primer fabricante mundial.
México es el 15 productor de acero en el mundo, con una producción anual de casi 20 millones de toneladas anuales, sin embargo, de acuerdo con las propias cifras de la industria, el abasto es insuficiente ante un consumo de más de 28 millones de toneladas de acero anuales, cuya diferencia se cubre con la importación, principalmente de Estados Unidos (32,5%), Corea del Sur (15,5%) y China (11%). Aunque el Gobierno de Sheinbaum buscó hasta el último momento detener esta bomba arancelaria, como lo hizo con el amago arancelario del 25% sobre todas sus exportaciones, hasta el momento, Washington no ha dado señales de negociar un trato diferenciado para el país latinoamericano.
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