Preocupación tras el asesinato de cinco religiosos en Buenos Aires

La opinión pública argentina está conmovida tras el asesinato en el pasado sábado de tres sacerdotes y dos seminaristas de la parroquia de San Patricio, situada en un barrio residencial de Buenos Aires.

Después de descubrirse los cadáveres de los cinco religiosos, fuentes eclesiásticas informaron, el domingo, que tres monjas fueron encontradas muertas en el interior de la iglesia de Nuestra Señora de Pompeya en el barrio sur de Buenos Aires.

La única noticia confirmada oficialmente es la del asesinato de los tres sacerdotes y los dos seminaristas de la parroquia de San Patricio. Al respecto, el comando de la zona 1 del Ejército argentino informó en la madrugada del domingo que los autores de la muerte fueron guerrilleros izquierdistas.

En el comunicado militar difundido se decía textualmente: «El comando de la zona 1 informa que en horas de la mañana del día de la fecha, elementos subversivos asesinaron cobardemente a los sacerdotes Alfredo J. Kelly, Alfredo Leanden y Pedro Dufau, y a los seminaristas Salvador Berbeito Doval y José E. Barletti. El vandálico hecho fue cometido en dependencias de la iglesia de San Patricio, sita en la calle Estomba 1.942, lo cual demuestra que sus autores, además de no tener patria, tampoco tienen Dios. Efectivos de las fuerzas conjuntas están efectuando las investigaciones correspondientes.»

Las muertes de los religiosos provocó en la opinión pública el sentimiento de que una nueva campaña terrorista se desencadenase de forma incontrolable. Sobre este aspecto, el editorial del Buenos Aires Herald (independiente escrito en inglés) comentaba el domingo que a consecuencia del terrorismo de derecha e izquierda, el país podría verse «trágicamente polarizado», aunque recalcaba que no existía riesgo de contienda civil si la población permanecía «sensata y honestamente en el centro».