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Blake Lively demanda por acoso sexual al director y coprotagonista de ‘Romper el círculo’

La actriz, esposa de Ryan Reynolds, sostiene que Justin Baldoni, responsable de una de las películas más exitosas de 2024, urdió una campaña de descrédito contra ella en plena promoción

Blake Lively y Justin Baldoni, en la película 'Romper el círculo'.
Blake Lively y Justin Baldoni, en la película 'Romper el círculo'.Sony Pictures
El País

Una de las batallas que más titulares y habladurías ha dado en Hollywood este 2024, tiene por fin una respuesta real. La actriz Blake Lively ha demandado a su coprotagonista y director de Romper el círculo, Justin Baldoni, por acoso sexual en el rodaje y por urdir una campaña de descrédito contra ella. La película, basada en un best-seller romántico de Colleen Hoover que tiene en el epicentro la violencia machista y que también produce Lively, es el decimoquinto título más taquillero del año y el primero que no pertenece a una franquicia.

En la demanda, que ha adelantado el portal de cotilleos TMZ, Lively, esposa de Ryan Reynolds, dice que Baldoni coordinó una campaña de descrédito diseñada, según la actriz, para “destruir” su reputación a través de “manipulación social” como respuesta a que se enfrentara a él durante el rodaje, apunta el diario USA Today este sábado. La demanda incluye múltiples mensajes de móvil enviados por Baldoni, que dejan entrever una tensión latente de la que ya se había hablado, pero que nunca había sido confirmada. La controversia había dado para meses de especulación, dado que los protagonistas no hicieron promoción conjunta ni aparecían unidos en ningún acto. “Espero que mis acciones legales ayuden a destapar la cortina de estas siniestras tácticas vengativas para dañar a la gente y ayuden a proteger a otras que puedan ser señaladas”, ha explicado la protagonista de Gossip Girl a The New York Times, sobre la demanda presentada en California.

El periódico neoyorquino, que ha tenido acceso a los documentos, explica que en verano, cuando se estrenó la película, el productor Jamey Heath contrató una empresa de gestión de crisis. Durante el rodaje, Lively había protestado porque los hombres (el director y el productor) hicieran comentarios sexuales e inapropiados sobre ella. El estudio accedió entonces a usar un coordinador de intimidad y contrató a productores independientes para que hicieran de parapeto. En la demanda, Lively alega que aquella empresa de gestión de crisis fue contratada para desacreditar a la actriz, que fue duramente criticada en internet durante la promoción de la película, y así salvar el prestigio de dos hombres que habían apoyado el movimiento MeToo.

“Podemos enterrar a cualquiera”, decía en uno de los mensajes filtrados de la experta en gestión de crisis Melissa Nathan, que gestionó casos como el de Johnny Depp o los raperos Drake y Travis Scott. “La narrativa que has creado online es buenísima”, compartían en unos mensajes filtrados: “Hemos sobrevivido”, puntualizan. La productora dice en un comunicado a The New York Times que esto es otro “intento desesperado de la actriz de ‘arreglar’ su reputación negativa”. “Estas afirmaciones son completamente falsas, indignantes e intencionalmente salaces con un intento de herir públicamente y crear una narrativa”.

Blake Lively y su marido, Ryan Reynolds, en el estreno de 'Romper el círculo', en Nueva York en agosto.
Blake Lively y su marido, Ryan Reynolds, en el estreno de 'Romper el círculo', en Nueva York en agosto.Cindy Ord (Getty Images)

En Romper el círculo, que ha recaudado casi 350 millones de euros, Lively da vida a una mujer llamada Lily Bloom, una florista que comienza una relación abusiva con un hombre llamado Ryle Kincaid, interpretado por Justin Baldoni. Pero mientras que el actor, conocido por Jane The Virgin, centró la promoción en el contenido social alrededor de la violencia machista, la actriz la vendió como un evento alegre, como una película de citas, casi una comedia romántica. Una posición por la que recibió muchas críticas. TMZ apunta este sábado que, según los documentos de la demanda, los problemas en el rodaje tomaron tal cariz que se celebró una reunión en la cumbre para hablar de la hostilidad en el lugar de trabajo, y entre los presentes estaba incluso Reynolds, protagonista y guionista de la trilogía de Deadpool. Cuando se estrenó Romper el círculo, además, se comentó que el actor había ayudado a reescribir alguna escena clave en el final del filme, lo que creó todavía más tensión con el director. Al final, el corte que se utilizó es el de Lively.

El portal de chismes apunta que entre las supuestas peticiones de Lively estaban que el director no le enseñara más vídeos o imágenes de mujeres desnudas; que no le hablara más sobre su “adicción a la pornografía; que no se hablara más entre el equipo de genitales, y que no hubiera más peticiones alrededor del peso de la actriz, ni comentarios sobre su padre muerto”. Lively consideraba gratuitas las escenas de sexo que quería Baldoni, y apunta que improvisó escenas de besos sin consentimiento. La demanda también arremete contra el productor Jamey Heath, el cofundador del estudio de la película Steve Sarowitz, y las expertas en relaciones públicas de la campaña.

Después de la promoción, la percepción social de Lively estaba más baja que nunca, con un revés reputacional acompañado por vídeos incómodos de sus entrevistas distribuyéndose por Internet. Los que la criticaban la acusaban de no entender el tono de la película, decían que era difícil trabajar con ella y la pintaban como una abusadora. Fans y haters sacaron a la luz que Lively se casó en una antigua plantación de esclavos —tuvieron que disculparse— o que sus excolegas de Gossip Girl apenas tienen relación con ella. Las ventas de su nuevo producto de cuidado del pelo cayeron en picado. Baldoni, por su parte, este mismo diciembre fue invitado a hablar en un evento sobre hombres “que combaten la violencia sexual y promueven valores de igualdad global”.

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