Ecología y corrientes marinas, la apuesta española para la Expo de Osaka 2025
El pabellón nacional rinde homenaje a la corriente de Kuroshio, que permitió a Andrés de Urdaneta navegar desde Asia hasta América en 1565
El pabellón de España para la Exposición Universal de Osaka 2025, presentado recientemente en Tokio, será una representación arquitectónica del sol reflejado sobre el mar, y usará madera y otros materiales reciclables para minimizar su huella medioambiental.
Como homenaje a la conexión histórica de España con Japón, el pabellón tendrá como lema La corriente de Kuroshio (corriente oscura, en japonés), el movimiento de agua usado por primera vez para navegar desde Asia hasta América por el explorador y fraile vasco Andrés de Urdaneta en 1565. “Las corrientes marinas son grandes desconocidas, pero realmente son los motores que permiten a la máquina de la Tierra funcionar”, dijo Fernando Muñoz, diseñador de los contenidos, en la presentación a los medios en Tokio.
Después de cruzar un espacio diáfano denominado Plaza del Sol, el visitante iniciará una inmersión en proyecciones audiovisuales dedicadas a la economía azul, al papel de los océanos en la regulación del clima y a las reservas españolas de la biosfera. Además de mostrar la reducción de la huella de carbono y la mejora de las emisiones en la navegación en España, se explicará el mantenimiento de los fondos marinos, incluido el patrimonio histórico que yace en los océanos en forma de pecios.
La corriente de Kuroshio, llamada así por el color azul oscuro que adquiere a su paso por Japón, propició el tornaviaje, la ruta utilizada durante más de dos siglos por las naves mercantes entre Manila (Filipinas) y Acapulco en Nueva España (México actual). La también llamada Nao de China será recordada con una maqueta del galeón San Diego, hundido en Filipinas en 1600, y con un cómic del dibujante Paco Roca, que hará referencia a los tesoros sumergidos en las antiguas rutas españolas.
También se mostrará un naufragio de gran importancia para la relación bilateral, el del galeón San Francisco frente a las costas japonesas en septiembre de 1609, cuando viajaba de Manila hacia Acapulco. El rescate de más de tres centenares de supervivientes impulsó las relaciones bilaterales y propició el envío a España de la Embajada Keicho, además de originar el apellido Japón, después de que algunos miembros de la comitiva diplomática se quedaran a vivir en Coria de Río, puerto aduanero del Guadalquivir, en 1614.
Para enseñar el mar como fuente de sustitutos de combustibles fósiles, se recreará, con probetas y recipientes, un rincón del Banco Español de Algas de las Palmas de Gran Canarias. El mar sigue presente en el espacio final dedicado al ikigai, concepto japonés interpretado por los creadores del pabellón como la filosofía de disfrutar la vida expresada en la gastronomía y las fiestas vinculadas a los ciclos agrícolas.
Según fuentes de Acción Cultural Española (AC/E), el diseño y el contenido del pabellón fueron adjudicados por un concurso público abierto a los estudios de arquitectura y diseño Néstor Montenegro, Enorme Studio y Smart and Green Design. Será construido con materiales sostenibles sobre un área de 3.500 metros cuadrados, y costará 26,4 millones de euros que comprenderán desde la construcción hasta el desmontaje, pasando por gestión, producción, operación y mantenimiento.
La apuesta española por el mar responde a la tendencia actual de las exposiciones internacionales de privilegiar la ecología y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Desde el siglo XIX, las exposiciones universales han sido plataformas para lanzar innovaciones tecnológicas como el caucho vulcanizado, la corriente alterna, o la pantalla táctil. Iconos culturales como el Guernica de Picasso y monumentos arquitectónicos como la Torre Eiffel de París y la Fuente Mágica de Montjuic de Barcelona, hicieron su debut en exposiciones universales.
“Hoy, además de internet, la última información tecnológica y creativa está disponible en eventos físicos para cada género de productos y servicios, como CES (Consumer Electronics Show) y ferias de diseño como el Milano Salone”, dice por correo electrónico a EL PAÍS, Oki Sato, director de contenidos del pabellón de Japón en Osaka 2025 y fundador de la empresa de diseño Nendo. Explica que el pabellón japonés será una gran estación de reciclaje que retoma conceptos tradicionales para minimizar el desperdicio. “Lo más adecuado para la era actual es mirar hacia el pasado, verse allí reflejado y mostrar el futuro que se avecina”, concluye el diseñador.
Osaka 2025 será la segunda exposición universal para la ciudad japonesa después de la de 1970. Bajo el lema Diseñar la sociedad del futuro para nuestras vidas, reunirá a 161 países y regiones de todo el mundo. La escasez inicial de materiales de construcción y mano de obra, y el encarecimiento de metales y energía como consecuencia de los conflictos en Ucrania y Palestina, provocaron la retirada de países como México y Estonia.
La Expo Osaka 2025 estará abierta entre el 13 de abril y el 13 de octubre y su previsión de visitantes es de 28,2 millones de personas, de las cuales el pabellón español espera recibir un 10%.
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