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Una exposición en Japón explora el origen de los tópicos españoles en el país asiático

Ambas culturas se retroalimentaron en el siglo XIX gracias a la explosión de formas de reproducción como el grabado. La muestra va acompañada de sesiones didácticas sobre música y baile en Andalucía

Don Quixote y Sancho Panza, de Honoré Daumier, parte de la colección del museo de la ciudad de Itami.
Don Quixote y Sancho Panza, de Honoré Daumier, parte de la colección del museo de la ciudad de Itami.

Los visitantes a la exposición Imagen e imaginado: imágenes de España vistas en estampas de colecciones japonesas, descubren que los tópicos ibéricos más longevos, como el flamenco, los toros y el Quijote, se consolidaban al mismo tiempo que geishas, samuráis y el monte Fuji, iniciaban su andadura en occidente como los clichés eternos de Japón. “En ambos casos, los grabados apoyaron estereotipos creados por extranjeros”, explica Yusuke Kawase, especialista de arte español y comisario de la exposición que tiene lugar entre el 4 de julio y el 3 de septiembre de este año en el Museo de Arte Occidental de Tokio (NMWA por sus siglas en inglés).

La muestra, que según el comisario tiene la intención de examinar los estereotipos a través del arte que la gente normal veía en la calle, se anuncia con un gran cartel de Anís del Mono diseñado por Ramón Casas en 1898. Representa una mujer de traje negro floreado y mantón de Manila que camina sobre un fondo azul llevando de la mano un mono. “Queríamos evitar la combinación de rojo y amarillo, pues era una solución demasiado fácil”, dice Kawase para justificar la elección de la obra del artista barcelonés, criticado en su época por su casticismo y la abundancia de “manolas y chulas” en sus populares diseños.

El recorrido histórico comprende cuatro siglos de litografías, aguafuertes, grabados en madera y algunas pinturas, presentes en colecciones de casi todo Japón con nombres que van desde Goya hasta Rafael Canogar, pasando por Picasso, Dalí, Miró, Antoni Tapies, Ricardo Baroja, José Hernández o Antonio Saura. En las primeras cinco secciones se reúnen grabados alrededor de temas como la revaluación de la tradición con El Quijote y Velázquez, el descubrimiento de la España folclórica por los viajeros del Romanticismo, la tauromaquia como tema recurrente, Mariano Fortuny y el Modernismo catalán, y el legado de Goya en la evolución del arte durante la dictadura franquista.

Póster de Anís del Mono realizado por Ramon Casas.
Póster de Anís del Mono realizado por Ramon Casas.

Además, se incluyen artistas europeos que contribuyeron con ilustraciones o grabados a la iconografía española, como el inglés John Vanderbank (1694 -1739) y el francés Edouard Manet (1832-1883). Vanderbank elige una interpretación circunspecta del Quijote y en vez de aprovechar la oportunidad gráfica que ofrecen sus repetidas desventuras, escoge momentos intimistas y lo muestra digno y compuesto en sus diálogos con Sancho. De Manet, el pintor que mejor simboliza la influencia decisiva del arte español en Francia, se exponen aguafuertes con personajes de Velázquez y la membrana de una de las ocho panderetas pintadas en 1879 con bailarines de inspiración goyesca.

El fin del ‘blockbuster’

La idea de la exposición nació en medio de las restricciones de la pandemia y los cambios en la forma de concebir, financiar y promover grandes exhibiciones en los museos de todo el mundo. El parón de préstamos entre museos internacionales puso freno a las exposiciones monográficas de grandes maestros (llamadas blockbuster por su popularidad en la taquilla), y que en Japón patrocinan conjuntamente museos e importantes medios de comunicación.

Kawase, que asegura ser un buen comprador de grabados para su museo, buscó en los fondos de otras instituciones, bibliotecas y coleccionistas privados y encontró grabados españoles esparcidos por cerca de cuarenta colecciones en casi todas las 47 prefecturas de Japón.

El grueso de las obras proviene del NMWA y del Museo de Arte de la Prefectura de Nagasaki, donde la exposición tuvo su primera etapa entre abril y junio de este año. La búsqueda reveló que la obra gráfica juega un papel fundamental en el intercambio cultural entre los dos países, y museos japoneses de provincias que suelen limitar sus adquisiciones a originales firmados por Picasso o Dalí, atesoran hoy obras de Eusebio Sempere, Enric Cormenzana o Equipo Crónica. Por este motivo, Kawase creó una sexta sección titulada La recepción del grabado moderno español en Japón.

Para el comisario, la gestación de estereotipos nacionales en el siglo XIX fue una consecuencia natural de un medio artístico de bajo costo y fácil difusión. El grabado de madera japonés ukiyo-e viajó a occidente, inicialmente como envoltorio de porcelanas, antes de que sus paisajes, geishas y actores de kabuki, dibujados con precisión caligráfica, colores planos y formas simplificadas, fueran un referente para los impresionistas franceses y sentaran la base estética del art nouveau y el modernismo.

Desde su fundación, en 1959, el NMWA ha organizado exposiciones de grandes maestros españoles y por sus salas, diseñadas por el arquitecto franco-suizo Le Corbusier, han pasado originales de Velázquez, Goya y Picasso, además de colecciones seleccionadas en los fondos del Museo del Prado.

La exposición fue organizada con el apoyo de Acción Cultural Española (AC/E) y el Centro de Estudios Europa Hispánica (CEEH), que tienen previsto publicar una versión en inglés del catálogo con artículos firmados por especialistas como el propio Kawase, María de los Santos García Felguera, Isaac Ait Moreno, Patrick Lenaghan, Ricard Bru y Kenji Matsuda, entre otros. Para acompañar la exposición, el NMWA ha programado sesiones didácticas de flamenco con el fin de explicar los orígenes y el contexto de la música y el baile de Andalucía que, junto a Gaudí, la paella, el jamón ibérico y el fútbol, conforman los primeros nombres en la conversación del japonés promedio cuando habla de España.

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