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Javier Cercas: “Proteger a Salman Rushdie es proteger la civilización”

El autor de ‘Anatomía de un instante’ presentó en el Ateneo de Madrid el libro en el que Rushdie narra el ataque que casi le cuesta la vida hace dos años

A la izquierda, el escritor Salman Rushdie, en la presentación de su libro 'Cuchillo' en el Ateneo de Madrid el lunes 20 de mayo, junto a Javier Cercas.
A la izquierda, el escritor Salman Rushdie, en la presentación de su libro 'Cuchillo' en el Ateneo de Madrid el lunes 20 de mayo, junto a Javier Cercas.EFE
Andrea Aguilar

Ni los puritanos ni los fanáticos tienen sentido del humor. Salman Rushdie (Bombay, 77 años) lo sabe bien, como recordó esta mañana Javier Cercas en el Ateneo de Madrid. A las 9.30 de la mañana, las butacas del auditorio estaban llenas y entre el público se encontraban desde el Ministro del Interior hasta la embajadora de EE UU en España; también autores como Juan Gabriel Vásquez, Alma Guillermoprieto o Mónica Ojeda. Sobre el escenario Cercas, Rushdie y la periodista Montserrat Domínguez, directora de contenidos de la Cadena SER, para hablar de Cuchillo, el libro que el escritor nacido en India y nacionalizado británico y estadounidense publica en español. Se trata de la narración en primera persona del atentado que sufrió en agosto de 2022 a manos de un joven islamista radical, más de 30 años después de que el ayatolá Jomeini emitiera una fetua contra el autor de Los versos satánicos.

Rushdie estaba en 2022 en un escenario para participar en una charla cuando su asesino en potencia se lanzó contra él y le asestó 15 puñaladas. Perdió un ojo y pasó casi un año hospitalizado, pero el autor de Hijos de la medianoche vuelve a subirse a un escenario para hablar de literatura. “Debemos proteger a Rushdie a toda costa. Proteger a Rushdie es proteger la alegría, la rosa, las ganas de vivir. Proteger a Rushdie es proteger la civilización”, enfatizó Cercas, recordando un escrito suyo sobre el autor. “Cuchillo no es un libro menor, es un acto de venganza y de alquimia porque transforma lo malo en belleza. La literatura es útil siempre que no se lo propone”, expuso el novelista español. “Sobre Rushdie pesa un enorme malentendido porque muchos piensan que es un escritor serio y solemne y que por eso ha sido víctima del fanatismo. Pero él es un humorista como Cervantes, es extremadamente gracioso y por eso le detestan los fanáticos”. Rushdie añadió que su libro nace de un terrible acto de violencia, pero tiene humor, no quería ser didáctico ni pesado.

Una de las cosas que sacó del ataque fue una conexión más fuerte con su cuerpo: “Si eres escritor estás menos conectado con tu cuerpo que digamos un deportista. Ahora he pasado por 1.001 doctores y este énfasis en lo físico es un cambio. En un hospital todo el mundo está muy pendiente de que vayas al baño con regularidad, por ejemplo, algo que es muy extraño si estás acostumbrado a tener cierta privacidad, eso se pierde. Hay algo absurdo, como si te convirtieras en El rinoceronte, la obra de Ionesco”, dijo haciendo gala de su fino humor.

Portada Cuchillo Salman Rushdie

Preguntado sobre el ataque en sí, habló de lo que sintió al ser apuñalado, de cómo escuchaba una voz interior que le decía: “no te mueras”. Nunca perdió la conciencia hasta que en el hospital le sedaron. “Quizá todos tenemos ese instinto de supervivencia que no sabemos que está ahí hasta que lo necesitamos”, afirmó. “Descubrí que soy más duro de lo que pensaba, que tengo una resistencia que no conocía”.

Desde que en 1989 el ayatolá iraní le señaló como enemigo a aniquilar, Rushdie vivió diferentes fases. Tras unos años férreamente protegido en Reino Unido, se instaló en Nueva York. “Allí en 25 años nunca sentí que tenía un ápice de peligro. Había terminado la amenaza de terrorismo de Estado”, recordó. “No quiero parecer heroico, soy un experto mundial en seguridad y hay dos conceptos distintos: peligro y riesgo. Volví a hacer mi vida, porque no era tan arriesgado”.

Cercas recordó una larga cena con Rushdie en Francia, y cómo se preguntó por las medidas de seguridad, hasta que comprendió que en el restaurante solo estaba ocupada su mesa en la que alargaron la sobremesa. “Sí, Javier, pero yo nunca he bebido gin & tonic, sino vodka tonic”, le corrigió Rushdie. Sobre su relación con la literatura en castellano habló de Cervantes y de los autores del bum que editaba un sello de bolsillo cuando era estudiante —“pude leer a Cortázar, a Asturias, a Manuel Puig”—. Más adelante llegó Gabriel García Márquez, muy recomendado por un amigo. “¿Cien años? ¿De soledad? ¿De verdad crees que lo pasaré bien con esto?”, contaba que le dijo a ese amigo. Encontró un eco en esa novela que reconocía en las experiencias de su infancia en India y Paquistán, aunque “García Márquez privilegia la visión del pueblo y yo vengo de una gran ciudad, mi escritura es de la metrópolis”.

La literatura, los libros, no pueden cambiar el mundo y su influencia es muy limitada. “Es muy inusual que un libro logre cambiar algo en el mundo, quizá lo logró Jane Fonda”, bromeó Rushdie. “La cuestión es cómo tratar las atrocidades. Si las miras de frente en tus escritos puede ser demasiado horrible y si la esquivas es un truco. Hay que buscar un ángulo”, reflexionó el autor de Cuchillo. Cercas habló entonces del poder de las novelas para influir en un lector, uno a uno, y defendió que la literatura puede cambiar la manera de mirar el mundo. “Vivimos en la era de las mentiras, con Putin diciendo que los ucranianos son nazis y Trump que las elecciones de 2020 fueron fraudulentas. Mucha gente se acaba tragando estas falsedades”, advirtió Rushdie.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.
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