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La única policía que logró infiltrarse en ETA se convierte en personaje de dos películas

Arantxa Echevarría y Agustín Díaz Yanes dirigen sendos ‘thrillers’ protagonizados por Carolina Yuste y Susana Abaitua

Carolina Yuste, en 'La infiltrada', en una secuencia en el puerto de Donostia.
Carolina Yuste, en 'La infiltrada', en una secuencia en el puerto de Donostia.
Gregorio Belinchón

En 1998, la banda terrorista ETA declaró una tregua. El entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, la bautizó como “tregua-trampa”, y lo sabía a ciencia cierta, porque en el comando Donosti, en el epicentro de San Sebastián, se había infiltrado una policía, conocida como Aranzazu Berradre, que fue quien pasó la información del rearme de ETA y la que logró la desarticulación de aquel comando. Su historia ha protagonizado numerosos reportajes periodísticos y ahora dos películas narrarán, de manera más o menos ficcionada según cada proyecto, su labor como topo dentro de ETA durante ocho años.

El pasado viernes terminó el rodaje de La infiltrada, dirigida por Arantxa Echevarría, tras siete semanas de filmación en la capital guipuzcoana. Un fantasma en la batalla, un título aún no definitivo, comenzará a rodarse el 15 de abril dirigida por Agustín Díaz Yanes, que ha dedicado años a este guion que se aleja mucho más de la realidad; será un original de Netflix producido por Juan Antonio Bayona, Sandra Hermida y Belén Atienza, el trío detrás de La sociedad de la nieve.

Elena Tejada, agente riojana de la Policía Nacional, se convirtió con 22 años en Aranzazu Berradre. “Nunca ha habido otra policía, hombre o mujer, que lograra entrar en ETA. Las fuerzas de seguridad intentaron meter a más gente y solo ella lo consiguió”, asegura María Luisa Gutiérrez, una de las productoras de La infiltrada. Ella supo de la historia por un amigo, “que trabaja en la Policía Nacional y que conocía a gente que había estado dentro del operativo”. Durante casi ocho años, Berradre, que llegó a chapurrear euskera, ascendió por el entorno de ETA: formó parte de un grupo de titiriteros y trabajó en una discoteca, después se incorporó a movimientos antisistema y hasta entró en la herriko taberna de Herri Batasuna en la parte Vieja de la ciudad, para finalmente ingresar en Jarrai. “Lo curioso es que fue ETA quien contactó con ella y la reclutó. Había sabido moverse y llamar la atención de la banda”, explica Mercedes Gamero, otra de las productoras. Tras ser contactada por Kepa Etxebarria, Berradre acabó siendo colaboradora del comando Donosti, al que dio cobijo en su piso donostiarra de la calle de Urbieta. Después llegaría Sergio Polo, nombrado jefe del comando, un etarra de sangriento currículo que actualmente cumple condena por, entre otros crímenes, el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo en 1995.

Luis Tosar y Carolina Yuste, en 'La infiltrada'
Luis Tosar y Carolina Yuste, en 'La infiltrada'

El 10 de marzo de 1999 la propia Berradre llevó en coche a Polo y Etxebarria a una cita en la que fueron arrestados. Ambos querían huir tras la detención, el día anterior en París, de José Javier Arizkuren, Kantauri, del que dependían. Un año más tarde, su existencia, su nombre real y su fotografía fueron revelados por la revista Ardi Beltza. Ya la había sacado del País Vasco su superior, un comisario que había blindado su seguridad y microfonado a conciencia el piso en el que residía. Su pista se desvanece por las embajadas españolas en las que ha trabajado posteriormente.

“Sabe que estamos con la película, aunque nunca contactamos con ella”, desgrana Gutiérrez. “Aranzazu está construida a través de la visión de compañeros, pero no de sus propias palabras, en el guion de Arantxa y Amelia Mora y con las aportaciones de Carolina Yuste”. Porque es esta actriz la que protagoniza La infiltrada. Yuste es habitual del cine de Echevarría —gracias a Carmen y Lola ganó el Goya a mejor actriz de reparto—; y junto a ella han estado Luis Tosar como el comisario, Pepe Ocio, Nausicaa Bonnín y Víctor Clavijo como compañeros policías, y Diego Anido como Sergio Pablo.

El director de fotografía Javier Salmones y la directora Arantxa Echevarría, en el rodaje de 'La infiltrada'.
El director de fotografía Javier Salmones y la directora Arantxa Echevarría, en el rodaje de 'La infiltrada'.

La infiltrada se ha rodado íntegramente en San Sebastián, incluida una manifestación en la calle Pescadería, reambientada como en 1997, y se ha recreado el asesinato de Gregorio Ordóñez —entonces diputado del Parlamento Vasco y teniente de alcalde del Ayuntamiento donostiarra— con el visto bueno de la familia del político del PP, en el mismo lugar en que ocurrió: el restaurante La Cepa. En esa ciudad se pudo ver el primer cartel de la película, desvelado en septiembre durante el festival de San Sebastián, y en ese momento también empezó a sonar la otra versión, tan solo inspirada en la historia de Elena Tejada y mucho más ficcionada, que el próximo 15 de abril comienza a rodar Agustín Díaz Yanes.

El guion, que durante un tiempo se tituló Santuario y ahora, con nombre provisional, está bautizado como Un fantasma en la batalla, es un libreto en el que Díaz Yanes lleva trabajando mucho tiempo. En su caso, la protagonista es una guardia civil que procede del sur de España y que encarnará Susana Abaitua, curiosamente amiga de Yuste (hasta las lleva la misma representante); un personaje que fusiona vivencias de varios agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Susana Abaitua, retratada en Madrid el pasado diciembre.
Susana Abaitua, retratada en Madrid el pasado diciembre.Andrea Comas

La relación de Díaz Yanes y Bayona dará más juego cinematográfico porque el primero ha sido el adaptador de A sangre y fuego, la colección de relatos de Manuel Chaves Nogales que podría ser la siguiente película de Bayona. Por tres semanas los equipos de La infiltrada y Un fantasma en la batalla no se han cruzado en localizaciones. Pero la coincidencia de temáticas en el cine español es extraña: habitualmente, cuando hay dos guiones similares, uno de ellos acaba no rodándose.

En cambio, en Hollywood ocurre y se observa con cierta normalidad, como ejemplificaron en 1989 Socios y sabuesos y Superagente K-9; Antz (Hormigaz) y Bichos: una aventura en miniatura, ambas de 1998; Armageddon y Deep Impact, también de 1998; Objetivo: la Casa Blanca y Asalto al poder, de 2013; Las amistades peligrosas y Valmont, en 1989; Sin compromiso y Con derecho a roce, de 2011; Volcano y Un pueblo llamado Dante’s Peak, de 1997; Robin Hood y Robin Hood: príncipe de los ladrones, de 1991; El truco final y El ilusionista, de 2006; Planeta rojo y Misión a Marte, de 2000; El show de Truman y EDtv, estrenadas con un año de diferencia (1998 y 1999); Blancanieves (Mirror, Mirror) y Blancanieves y la leyenda del cazador, de 2012; Capote e Historia de un crimen (también con un año de diferencia, 2005 y 2006), o Tombstone: la leyenda de Wyatt Earp y Wyatt Earp, de 1993. Por escoger algunos ejemplos. Incluso en Francia hubo dos biopics de Yves Saint Laurent en 2014.

El director Agustín Díaz Yanes, en EL PAÍS.
El director Agustín Díaz Yanes, en EL PAÍS.ULY MARTÍN

Mariano Barroso, director de contenido (cine) en Netflix en España y Portugal, comenta por correo electrónico: “Agustín Díaz Yanes es un director esencial en la historia del cine español reciente, con una visión única del contexto social y político que relata la película. Es un orgullo para Netflix apostar de forma decidida por esta producción, respaldada por un equipo de productores cuya visión creativa ha llevado a La sociedad de la nieve a convertirse en un fenómeno global de público y crítica”.

Diego Anido, como el etarra y jefe del 'comando Donosti' Sergio Polo, en 'La infiltrada'.
Diego Anido, como el etarra y jefe del 'comando Donosti' Sergio Polo, en 'La infiltrada'.

María Luisa Gutiérrez cuenta que ya movió un primer tratamiento de su proyecto “en distintas plataformas y televisiones desde 2018″. Y subraya: ”Nuestra historia pretende acercarse muchísimo a la realidad y creemos que lo hemos conseguido, puesto que gente [como el comisario al que da vida Luis Tosar, con el que pudo entrevistarse] que estuvo involucrada en los operativos ha leído los guiones y no le ha chirriado. Creo que son dos películas distintas”.

Con un presupuesto de seis millones de euros, Gutiérrez espera estrenar en otoño, durante la temporada fuerte de festivales españoles de cine. ¿Es fácil producir una película sobre ETA? “No hemos tenido problemas, ha sido fácil porque somos muy honestos: nuestro punto de vista es el de la policía infiltrada”, cuenta Gamero. ¿Y cómo logró esa agente encarnar a otra persona durante ocho años? Gutiérrez responde: “Más allá de su brutal fortaleza psicológica, hay gente que aún cree en el servicio público”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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