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El legado periodístico incensurable de Miguel Delibes

Un congreso con profesionales de la información recoge la herencia del novelista y reflexiona sobre los nuevos tiempos del oficio

Manuel Jabois (derecha) y Jesús Marchamalo en el I Congreso Internacional Miguel Delibes, el jueves 7.
Manuel Jabois (derecha) y Jesús Marchamalo en el I Congreso Internacional Miguel Delibes, el jueves 7.javier alvarez
Juan Navarro

La pandemia ha retrasado hasta los centenarios. Los homenajes preparados para conmemorar el nacimiento del escritor Miguel Delibes han tenido que esperar un año para celebrar el valor de este nombre clave para las letras españolas, y también para el periodismo, tanto como redactor como director, pues lideró El Norte de Castilla. En torno a esta faceta ha girado el primer Congreso Internacional de Periodismo Miguel Delibes, que ha reunido a diversos profesionales de la información para reflexionar sobre el legado de Delibes en este oficio y el estado actual del mismo. La cita ha transcurrido en el centro cultural homónimo de su ciudad, Valladolid, y ha servido para comparar dos épocas muy distintas en la comunicación.

El congreso, celebrado este jueves y viernes y presentado por la periodista radiofónica Mara Torres, ha abordado la evolución del periodismo y la adaptación desde aquellos tiempos de redacciones frenéticas y ruidosas a meses en los que el contacto ha tenido que ser únicamente virtual o telefónico. Los valores, en cambio, se deben mantener y en ello han incidido referentes informativos como Iñaki Gabilondo, que a sus 79 años confirmó recientemente que se retira definitivamente de los medios. Su compromiso, en cambio, sigue vigente en materias como la batalla por la credibilidad y la función social del informador. Gabilondo, que ha recordado una conversación con Delibes en 1999, cuando el escritor le admitió que el premiado El hereje sería probablemente su último libro, ha insistido en que el gremio se juega la vida “con la credibilidad y la independencia”. Siempre bajo el mando de la ética, ha añadido, que informar no es como “espolvorear perejil” sino que debe acarrear que la gente vea al periodista como alguien que “juega limpio”. En caso contrario, “estamos perdidos”.

Iñaki Gabilondo, en el I Congreso Internacional Miguel Delibes el 7 de octubre.
Iñaki Gabilondo, en el I Congreso Internacional Miguel Delibes el 7 de octubre.javier alvarez

El veterano locutor ha querido también animar a las nuevas generaciones de periodistas, pues el público de las ponencias han sido mayoritariamente jóvenes estudiantes. “Nunca ha estado tan clara la importancia del periodismo”, ha apuntado, aunque el desafío actual es cómo serán las estructuras mediáticas y la calidad que ofrezcan a los trabajadores. “Los mayores enemigos de la libertad de expresión son el paro, la precariedad laboral y los contratos basura”, ha alertado Gabilondo en una convención que ha recibido críticas ante la escasa presencia de mujeres entre las ponencias, más aún en una profesión con mayoría femenina, como se ve en las facultades o se podía observar en el propio auditorio vallisoletano.

Las conferencias han abordado también el papel de las redes sociales en la comunicación y el riesgo de que las noticias falsas y la posverdad adulteren el desarrollo democrático. La periodista Lucía Méndez ha incidido en cómo Twitter y otras plataformas pueden generar “fenómenos fan” con los informadores que lleguen incluso a sugestionarlos tanto por los ataques como las alabanzas desmedidas de ciertas comunidades. Méndez ha ironizado con cómo Miguel Delibes podría reaccionar si ante un artículo o publicación un usuario le respondiera “eres un inútil” u otras lindezas. Tanto ella como otros profesionales de la comunicación han alertado con que este panorama puede conllevar autocensura, una traba de efectos similares pero de origen distinto al de la censura convencional que Delibes sufrió personalmente y que trató de sortear tanto en las páginas de los diarios como en su literatura. Así lo ha recordado el escritor y periodista Jesús Marchamalo al destacar cómo el novelista se valió de La hoja roja para escapar de la represión franquista. Julián Quirós, director del diario Abc, ha analizado la libertad de conciencia que se plasmó en El Hereje y ha alabado cómo el escritor rondaba los límites de la censura para contarle la realidad a su público: “Delibes puso en las obras lo que no le dejaban poner en El Norte”. Otro de los títulos mentados en el congreso ha sido El disputado voto del señor Cayo, ejemplo de “literatura de urgencia” como espejo de una época y del sentir popular ante las primeras elecciones democráticas.

Las ponencias de la convención han versado también sobre las fronteras difusas entre la información y la ficción, algo que para el escritor y columnista Manuel Jabois se debe “pactar con el lector” al principio de los textos. El compromiso con la verdad, independientemente de su formato, lo ha reivindicado Mamen Mendizábal, presentadora de informativos de televisión, frente a las presiones y ante la indeseable corrección política. “No somos héroes”, ha advertido en referencia a las capacidades de los periodistas, si bien ha recalcado el compromiso social del oficio. Mendizábal, que ha aludido a Delibes como referente contra la censura y exponente para esos periodistas con aspiraciones literarias, ha cerrado las jornadas reprobando la escasez de voces femeninas en este congreso y ha confiado en que para próximas ediciones aumente este número: “Hacen falta mujeres, somos multitud”. La periodista ha insistido en los peligros que implica la precarización del gremio y ha emplazado a los jóvenes a que lean y se formen, algo que Lucía Méndez ya había recalcado la jornada anterior con otro consejo: “Hay que leer a Delibes”

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Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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