Robe Iniesta: “No controlo lo que escribo. Es como si vomitara y luego mirase a ver qué hay ahí”
El cantante, que inicia gira para presentar su disco ‘Mayeútica’, habla en esta entrevista de la frustrada despedida de Extremoduro, de Vox, de las eléctricas y de lo “mal” que se trata al rock en España
Suena la voz correosa de Robe Iniesta (Plasencia, 59 años) al otro lado del teléfono. “Estoy nervioso. Es que organizar una gira en esta situación es una aventura. Con mascarilla, sin ella, con test de antígenos, sin él, aforo reducido… Las condiciones cambian casi cada día. Y quiero que la gente disfrute”. No hay estrella de la música española que se exponga tan poco a los medios. Esta vez se presta (aunque solo unas pocas entrevistas y siempre por teléfono) para impulsar una tanda de conciertos que comienza el sábado 4 en Granada y acaba, después de 20 fechas, el 27 de noviembre en Barcelona. El objetivo es ofrecer su alabado último disco, Mayeútica. También sonarán canciones de “la última etapa de Extremoduro” en un espectáculo de casi tres horas. Durante los 30 minutos de entrevista, el músico se muestra afable, se carcajea en varias ocasiones y no rehúye cuestiones de política actual y de la trastabillada no gira de despedida de Extremoduro (al final se ha cancelado), el grupo que él fundó a finales de los ochenta, donde expuso un estilo con el que ha canalleado la gente joven de este país y que le perpetuó como un mesías musical.
Pregunta. ¿Qué necesita Robe Iniesta para ser feliz?
R. Bueno, con esto de la pandemia se nos han puesto las cosas un poco más fáciles a todos. Como hay tantas cosas que no puedes hacer de repente cualquiera te hace feliz. Como ir a un concierto, que lo hacíamos antes y no le dábamos mucha importancia. Sí, la pandemia nos ha puesto la felicidad más fácil. Ahora lo que me haría feliz es que la gente flipase en nuestros conciertos, aunque esté sentada, porque el disco [Mayeútica] me ha salido un poco marchoso. Una pena que no se puedan levantar y bailar “como una puta loca”.
P. ¿Quién es “la puta loca” a la que dedica el disco y le canta en una de las piezas?
R. La de cualquier persona. Las canciones cada uno tiene que hacerlas suyas. Pero, claro, esa “puta loca” es la mía.
P. Su pareja, que igual merece un monumento...
R. Sí, por supuesto que sí. Solo con aguantarme el cielo lo tiene ganado.
P. Se ha convertido usted en un poeta del amor. El último disco es casi un monográfico sobre este asunto.
R. Es que no controlo lo que escribo. Es como si vomitara y luego mirase a ver qué hay ahí. Me sale lo que me sale. No es una cosa sobre la que yo tenga control. A veces, cuando estoy componiendo, me parece que soy una especie de espectador. Veo lo que sale y lo analizo. Pero al final lo que cuenta es si te emociona. Y si me emociona, pues vale, ya puede hablar de amor o de guerra.
P. ¿Se puede vivir igual el amor con 60 años, que son los que usted cumple el año que viene, que con 25?
R. ¡Sesenta suena fatal, no me lo diga más, por favor! [risas]. Pero sí, se puede vivir el amor de forma muy loca también a esa edad.
¿Cuánto dinero ha dejado de ganar por no hacer la gira de Extremoduro? “Mucho. El dinero es importante, pero no lo más importante”
P. La frustrada gira de Extremoduro ha dado mucho que hablar. Igual eran innecesarios todo ese rosario de comunicados en los que usted decía una cosa y Live Nation, la promotora, la contraria.
R. Sí, ha estado muy mal. Ojalá hubiéramos ido todos en el mismo sentido. Pero yo he querido dejar clara mi postura: que no veía lógico volverme a comprometer sin saber que se pudiera hacer. No podía seguir con mi disco [Mayeútica] guardado y yo metido en casa. Y necesitaba explicárselo a la gente.
P. ¿Cuánto dinero ha dejado de ganar por no hacer la gira de Extremoduro?
R. Mucho. El dinero es importante, pero no lo más importante. Lo más importante es mirar el presente, hacer cosas y no quedarte estancado.
P. ¿Cómo es su relación con Iñaki Uoho Antón [el otro miembro de Extremoduro, que abogó por ir posponiendo la gira del grupo, pero no cancelarla]?
R. No es que sea mala. Simplemente él tiene una opinión y yo otra. Pero no es la misma relación que teníamos antes, si no lo mismo no se hubiera separado el grupo. Pero bueno…
P. Últimamente se han muerto varios exmiembros de Extremoduro: Salo, Carlos El Sucio, anteriormente el saxofonista José Luis Nieto…
R. …y encima me llama el manager y me dice: “Te están pasando las balas muy cerca ¿eh?”. Muy mala época, sí. Tampoco es que tuviera una gran relación con ellos, porque hacía tiempo que no los veía, pero te mueve la cabeza y te jode. A pesar de no verlos en tanto tiempo hubo una buena relación y un buen rollo.
P. ¿Usted ha tenido una vida muy vivida?
R. Pues sí. Pero por suerte aquí estamos.
P. ¿Ha sido necesaria esa época de excesos para construir lo que es usted hoy?
R. Arrepentirse de las cosas es una cosa extraña. Tú dices: “Me arrepiento de aquel día que cogí la moto porque me pegué una hostia”. Bueno, pues a lo mejor si no te hubieses pegado una hostia en esa moto te hubieses pegado una mucho más grande en un coche. Lo de borrar cosas no lo veo. Todo te vale. Somos nuestros aciertos y nuestros errores. La suma de las cosas.
P. ¿Qué le pasa al mundo?
R. Que estamos muy mal de la cabeza. Creo que a nivel individual tenemos que pensar de otra manera. Nos llevan un montón de años avisando de las posibles pandemias, viendo que estamos alterando la naturaleza… Y ahora llega el problema y la mitad del mundo dice: “Esto ha sido en un laboratorio”. Pero, a ver, que los expertos nos llevan avisando desde hace un montón de tiempo. Tengo la sensación de que nos van a volver a confinar por otras circunstancias: que haya menos ozono, por plagas de mosquitos… Es que estamos trastornando la naturaleza. Por ahí debe empezar un poco todo, por ser conscientes de eso.
Tengo la sensación de que nos van a volver a confinar por otras circunstancias: que haya menos ozono, por plagas de mosquitos…
P. Ahora existe una polémica con el tema de la tercera dosis…
R. Claro, hablan de la inmunidad de rebaño, pero no se han enterado de que el rebaño somos todos, que es el mundo entero. Si quieres hacer una cuenta hazla con el rebaño entero. Vamos a pensar a nivel global, pero para eso hay que cambiar individualmente.
P. Y, mientras, las eléctricas no paran de ganar dinero a costa de subir la factura de luz.
R. Pues sí. También nos llevan años hablando de las puertas giratorias. Esas empresas eléctricas no estaban contratando a ministros y pagándoles un sueldazo para nada. Para algo sería. Ahora vemos el fruto. Es que nos van avisando y no vemos las cosas, como si no nos concerniera. Nos dicen de la gravedad de cambio climático y la gente dice: “Bueno, ya le tocará a mis hijos, pero, bueno…”.
P. ¿Vox es una amenaza?
R. No lo sé. Pero me cuesta mucho trabajo entender a cierta gente. Que surja un partido así a estas alturas me sorprendió, pero me sorprende aún más que siga ganando votos.
Esas empresas eléctricas no estaban contratando a ministros y pagándoles un sueldazo para nada. Para algo sería
P. Usted se ha convertido en un recurso de cierta gente para alardear de autenticidad: políticos y artistas que dicen que les gusta la música de Robe Iniesta para alardear de una supuesta faceta canalla. ¿Le molesta?
R. Bueno, como que me la suda un poco. Si alguien quiere tirarse el pegote, que se lo tire… Pero no puedes pensar en cómo demostrar que eres auténtico. Simplemente tienes que hacer lo que te pida el cuerpo, sobre todo cuando puedes hacerlo.
P. La mayoría de los músicos de primer orden realizan colaboraciones y se dejan ver juntos. Usted no frecuenta estos colegueos, se aisla, en su mundo…
R. Es que las colaboraciones son un poco… Surgen colaboraciones, pero nunca tienes tiempo para prepararla… Al final cambias el tema… Es un rollo peliagudo. Solo las hago si es una cosa muy sentida pensando en la música y no en la promoción. Hay que tener tiempo y pensar en qué va a mejorar la canción. No tiene que ver con la amistad. Por ejemplo, soy muy amigo de Albert Pla, pero hace bastantes años hice una colaboración… Un tema que no me acuerdo cómo se llama. Pues el jodío le cambió el sitio donde entraba mi voz en sus estrofas. La primera vez que la canté en directo la gente la cantaba como él. Fue un desastre [risas].
P. Tiene dos hijos treintañeros. Uno de ellos es batería...
R. Sí, va haciendo sus cosas. Está bien. Tengo la edad de tener nietos, pero no… [risas].
P. ¿Va a tener continuación su novela de 2009, El viaje íntimo de la locura?
R. No puedo imponerme esas cosas creativas. Me gustaría, pero no puedo. Almaceno ideas… Pero me tiene que ilusionar, saltar una chispa. No puedo escribir sin ganas: es mucho trabajo. Ojalá encuentre un día esa emoción. Pero no es fácil.
Que surja un partido así [Vox] a estas alturas me sorprendió, pero me sorprende aún más que siga ganando votos
P. En la rueda de prensa de presentación de la gira dijo que “no todas las palabras vienen bien explicadas en el diccionario”, pero no dio detalles.
R. No, no todas están bien explicadas. Hay algunas que dan un poco de risa. Una es utopía. Pero no le digo por qué. Tendrá que ir a un concierto para averiguarlo.
P. Siempre ha criticado que en España el rock está poco reconocido, por los medios, por las administraciones…
R. Muy poco reconocido. Se le trata muy mal. Y se habla de él por cosas que poco tienen que ver con la música. Y ahora con los chavales oyendo estas músicas tan extrañas…
P. Se refiere al trap, el reguetón…
R. Sí, la mayoría de eso no me gusta, no…
P. ¿Sabe lo que es TikTok?
R. Eso es una cosa donde bailan y rollos así [se ríe]. Algún que otro chiste me mandan por TikTok. Pero no, no estoy yo en ninguna cosa de esas…
El agitado otoño de los conciertos en España
La vuelta de los conciertos en España este otoño no va a ser como desearía el dañado sector musical. El ejemplo es la gira de Robe Iniesta, alterada casi cada día. La novedad es que se están poniendo a la venta las entradas pocos días antes del espectáculo, para así evitar sorpresas por el cambio de las condiciones debido a los fluctuantes números de la pandemia. Otra cosa que tiene clara Iniesta es que “no se aplazará ningún concierto”. Si no se puede celebrar por el impacto del virus, se suspende definitivamente. “Han cambiado muchas cosas desde el día que anunciamos la gira. Hace unos días los recitales de Euskadi no se podían hacer, ahora ya sí… Estamos entre todos viviendo el día a día para tratar bien a la gente. Fuengirola era el único sitio en el que se podía hacer de pie. Pero ahora es obligatoria la prueba de antígenos para los de la pista. Y los de la grada no se pueden levantar a beber, se lo sirven allí. En fin, un lío para sacar la gira adelante. Pero no hay otra”, relata el cantante.
Joaquín Martínez 'Kin' es presidente de la Federación de la Música en España (ESmúsica), la más potente del sector. “No ayuda nada que cada comunidad autónoma tenga un protocolo diferente. Así es muy complicado organizar conciertos. Lo que pedimos es que se unifiquen los protocolos y que se implante en pasaporte covid para poder hacer conciertos con el 100% del aforo. Es lo que están haciendo en Francia y el Reino Unido sin tener el nivel de vacunación que hay en España. Con más de un 70% de la población vacunada no tiene sentido reducir los aforos, porque con un 75% o menos esta profesión es deficitaria”, advierte Martínez a este periódico.
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