“Parece que el rock está de saldo”

“Nos pillas en mala hora. Las mañanas no son buenas para los músicos”. Así recibe Iñaki Antón, conocido como ‘Uoho’, en la sede de Altafonte, compañía internacional de música y cine que distribuye a artistas como Violadores del Verso o de uno de sus miembros en solitario, Kase O. También lleva a su formación, Inconscientes, con la que presenta nuevo disco, Quimeras y otras realidades. Es jueves en Madrid, llueve, y el guitarrista de grupos como Platero y Tú o Extremoduro apenas ha tenido tiempo de desayunar. Por delante, unas cuantas horas de promoción que desdibujan la imagen clásica del roquero: atiende en jersey de lana, vaqueros y con una cercanía pausada. A su lado, Jon Calvo, letrista y cantante, acompaña las respuestas.

Es su segundo álbum desde 2007, cuando presentaron La inconsciencia de Uoho tras la disolución temporal de Extremoduro. Ha transcurrido una década, pero nunca han dejado de lado el proyecto. “Estaba pendiente desde hace mucho tiempo. Teníamos muchas ganas”, comentan. El parón, aducen, les ha hecho tener más claro a dónde iban. El modelo (Deep Purple, Status Quo, UFO) no ha cambiado. Tampoco el estilo. Su rock directo sigue predominando en los 15 temas de estos dos nuevos discos, aunque hayan añadido toques de blues, pop —“cosa curiosa”— o hasta “música más jipi”. En ningún momento, alegan, han pensado en adaptarse a ningún molde. “De la industria no tenemos ni idea. No sabemos cómo está el panorama”, insisten.

De lo que están convencidos es de que su cabeza órbita en torno a la música. Y nada más. “Tratamos de comunicar que sigue habiendo rock, que últimamente parece que está de saldo”, apunta Antón, nacido en Bilbao hace 52 años. Cada disco, por tanto, es una nueva aventura. Un nuevo comienzo. Y los tiempos no están para pensar en el futuro. Con unos datos de asistencia a conciertos favorables en el último año a pesar de la subida del IVA cultural, los miembros de Inconscientes rehúyen del miedo. “Lo hacemos para que nos guste a nosotros y, con suerte, a alguien más. También piensas en que la gente que trabajamos en este oficio pueda ganarse la vida, pero que funcione está fuera del alcance de nuestras manos”, aseguran, convencidos de que “la queja por la queja” nunca ha entrado entre sus opciones.

“Damos un mensaje más social que político porque el arte y la política van por caminos distintos”, dice Uoho, “y ahora creo que la sociedad está hasta los huevos de los políticos. A nosotros nos da igual: venimos desencantados de serie”. “Preferimos ser más positivos, disfrutar de la música”, añade Calvo, que durante el barbecho y con tan solo 28 años ha grabado tres discos con Memoria de Pez. En las letras se refleja ese ánimo por lo luminoso, esa fijación por los pensamientos cotidianos. En la gira con el primer disco se les sumaron los versos de Manolo Chinato, poeta que ha entregado alguna de sus líneas para temas de Extremoduro y que en 2001 se juntó con Robe Iniesta, su líder, y con Fito Cabrales, el de Platero y Tú, para producir –bajo el nombre de Extrechinato y tú- la grabación Poesía Básica.

En este sentido, los dos reivindican el concepto de ‘banda’. Por mucho que en el primer disco se pusiera el énfasis en la figura del guitarrista. ¿Por qué? “Fue algo de la discográfica, pero no me sentía a gusto. Hay una tendencia a personalizar en general. En la música o en el fútbol. Pero siempre teníamos claro que éramos un grupo”, concede Antón, enumerando a los otros tres componentes: Miguel Colino, bajo: José Ignacio Cantera, batería; y Aiert Erkoreka, pianista y nueva adquisición. “Hemos pasado de ser cuatro a cinco. Y cuando se nos une Manolo [Chinato] la energía y el compañerismo es lo máximo”, subraya.

Grabado en casa de Iñaki Antón (estudio Muxik) y producido por el sello El Dromedario Records después de liquidar el que tenía junto a Robe (Muxik On), no han recibido ninguna presión por encima. “Tenemos la suerte de contar con nuestros propios medios”, remarca. Esa independencia no les hermana con lo que ahora se conoce como indie, género del que Antón reconoce “no saber nada”. Antón, por su parte, señala tener “un gran cacahuete” en la cabeza con todos los que hay. “Sé que hay muchos, que hay movimiento y que hay gente que se lo curra. Parece que hay más movimiento que en el rock, pero no sé si es real o es que los medios dan más soporte a ese tipo de música”, expresa, “aunque da un poco de asquete que parece que impongan lo que hay que escuchar”. Ambos, de todas maneras, confían en las multitudes que ven en los conciertos, en el apoyo directo que sienten. “La riqueza está en la variedad”, concluyen.

Inconscientes tuvo un corto periodo de vida hace 10 años. Pero no se esfumó. Estuvo latiendo bajo la tierra de diversas formaciones en las que participaban sus miembros. Ahora regresan con una palabra en el título, quimera, que ya no es tal. Las coordenadas del sector han cambiado, pero ellos siguen fieles al rock y, por tanto, fieles a dejar las entrevistas para las tardes. El amanecer debe de ser cosa de cantautores.