Alexa y Google mejoran su español: más correcto e inclusivo
Los sistemas de inteligencia artificial más extendidos usan ya las normas del idioma de la RAE gracias a la alianza de la institución con las tecnológicas
Un español, con independencia de su acento, puede hablar con Alexa, la asistente virtual desarrollado por Amazon, sin problemas de comunicación. Después puede mandar un mensaje o escribir un correo electrónico a través de las plataformas de Google con cierta garantía de que ambos sistemas le corregirán los errores ortográficos, ahora también los gramaticales, y si necesita traducir una profesión los resultados incluirán ambas opciones de género. Y cuando tenga que redactar un documento en Word, el procesador de textos de Microsoft le ofrecerá soluciones a dudas semánticas. Estas tres empresas están enseñando a las máquinas que funcionan con inteligencia artificial a hablar en correcto español gracias al proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA) de la RAE, las 22 academias hermanas en todo el mundo, Telefónica y las tecnológicas que desde hace dos años, cuando se presentó esta idea, se han sumado a la iniciativa.
“Nací programada para aprender, lo que necesito es que seáis mis profesores”, dice una voz femenina, el género que se ha elegido para las máquinas que usan inteligencia artificial, en la campaña publicitaria de LEIA. Estos sistemas, como ha recordado la mañana de este lunes Chema Alonso, director de la unidad global de Consumo Digital de Telefónica y director técnico del proyecto, se programan con unos y ceros; a partir de ahí, el reto que se han propuesto es que los algoritmos que se usan para la inteligencia artificial no tengan el inglés como su primer idioma, sino que partan de “un lenguaje universal y natural”. “Hemos dado el salto con modelos para que las máquinas puedan aprender con las palabras”, ha afirmado Alonso, al mismo tiempo que ha reconocido que hasta ahora se entrenaba a los algoritmos “con datos masivos sin revisión previa, sin hacer análisis de que se usara un español correcto”.
Este modelo de idioma universal y natural entrena a las máquinas en cualquier tarea con el beneficio de que rompe las barreras del lenguaje. “El mismo día que estas funcionalidades están disponibles en inglés, también lo están en español”, ha dicho David Carmona, director general de IA en Microsoft Corporation, por videoconferencia. “Se trata de modelos masivos que razonan sobre el lenguaje de manera muy parecida a como lo hacemos los humanos”, ha continuado Carmona, que ha puesto de ejemplo cómo aprenden sus hijos matemáticas en EE UU. “Solo necesitan hacerlo en un idioma para poder desarrollar la tarea en inglés o en español”.
Las tecnológicas no solo avanzan para que sus máquinas usen un correcto español, sino que se adaptan de manera paulatina a las distintas versiones de los 22 países hispanohablantes, más de 600 millones de personas con sus acentos y particularidades del lenguaje. Alexa, ha explicado Marie Mulot, gerente general de Amazon Alexa en España, propone sinónimos, sabe refranes, recita poemas, ha aprendido que las frases en castellano tienen una estructura distinta a las del inglés y se ha adaptado al español de España, México y el de los hispanohablantes de Estados Unidos.
Alexa avanza también en tratar de superar los lastres del machismo y no le desea a sus usuarios que estén contentos o contentas, sino que “estén de buen humor”, como una solución ante el sesgo de género. El traductor de Google, como ha ejemplificado Ester Marinas, responsable de marca y reputación de Google España y Portugal, sortea estos problemas estructurales que no solo afectan al idioma, al ofrecer, por ejemplo, la traducción de profesiones en masculino y femenino y evitar así perpetuar que se imponga un solo género en los oficios tradicionalmente vinculados a los hombres y en aquellos relacionados con los cuidados, que habitualmente se identifican con las mujeres. “Esta solución se complica en el contexto de una frase”, ha recalcado, “tratando de distinguir las traducciones de palabras independientes de textos más largos”.
El camino, han afirmado las empresas involucradas, aún es largo. En el horizonte está la meta de conseguir que las máquinas con inteligencia artificial que ya empiezan a crear textos no solo lo hagan de manera correcta, sino con algún tipo de sentido. Un futuro en el que estos sistemas compitan con los escritores y, como ha dicho Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, “quizá se sienten al lado de los académicos”. Hasta que ese día llegue, las tecnológicas tienen otra parada en el recorrido: conseguir el certificado que expedirá la Academia para certificar el buen uso del español. “Nos resulta más difícil imponer esa calidad a las máquinas, pero sí nos entienden los dueños de esas máquinas que quieren enseñarlas a hablar bien, con criterios homologados”, ha resumido Muñoz Machado.
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