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Cemento sobre las orillas del Duero de Machado

La Real Academia de San Fernando pide la ayuda de la Unesco y del Ministerio de Cultura para detener una urbanización de 1.300 pisos en la “ribera sacra de la poesía española”

En vídeo, Emilio Ruiz de la Asociación de Estudios Sorianos y Saturnino de Gregorio, concejal de Ciudadanos para el Ayuntamiento de Soria, cuentan la polémica que envuelve al Cerro de los Moros. Vídeo: J. C. HERVÁS
Vicente G. Olaya

“La ribera sacra de la poesía”, el lugar “más mítico” de la literatura española, como la define la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, las orillas del Duero a las que cantaron, entre otros, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego o Antonio Machado, están a punto de lindar con el vallado de una urbanización privada de 1.363 viviendas, según los planes urbanísticos del Ayuntamiento de Soria. Para evitarlo, la academia ha reclamado la ayuda del Ministerio de Cultura y Deporte y de la Unesco. Las casas se levantarán sobre el cerro del Moro, el área que ocupaba la desaparecida judería extramuros de la ciudad medieval, según el Centro de Estudios Sorianos, además de muy próximas al yacimiento del castillo, y afectarán “directamente a una zona de relevancia histórica, arqueológica, literaria y natural” sin parangón, la adyacente a la ribera fluvial. Lo llamativo del caso es que nadie sabe cómo parar este “desastre”.

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Bécquer dedicó sus leyendas El monte de las ánimas, El rayo de luna y La promesa a estas riberas y a sus paisajes. Pío Baroja también dejó constancia de su deambular por ellos. Franz Berwald las plasmó en su ópera Estrella de Soria. Machado, entre 1907 y 1912, las dibujó en sus grandes poemas en Campos de Castilla y Gerardo Diego, en 1923, en Soria, entre otros grandes autores.

La real academia lo loa así en su informe: “Estos libros son solo una pequeña parte de la inmensa bibliografía que ha originado este paraje insólito, poco más de un kilómetro, que va, a orillas del Duero, desde el claustro románico (y mágico) de San Juan de Duero, frente a las murallas de la vieja Soria, hasta la ermita de San Saturio”.

Esta situación se produce porque la orilla izquierda del río a su paso por la ciudad está protegida como Bien de Interés Cultural (BIC), mientras que la derecha, donde se han proyectado las casas y conocida como cerro del Moro, adyacente al casco urbano, carece de cualquier tipo de escudo legal: es totalmente urbanizable. Más de un centenar de intelectuales, arqueólogos, académicos, escritores e historiadores han escrito una carta abierta al alcalde pidiendo detener “el inasumible coste de esta destrucción”. “La poesía no hace distingos con las orillas”, señala el informe de la academia, que recuerda que “Antonio Machado nunca distinguió la dirección de las aguas”.

Modificación puntual del plan urbanístico de Soria donde irán las 1.300 viviendas.
Modificación puntual del plan urbanístico de Soria donde irán las 1.300 viviendas.

En los años ochenta del siglo pasado, ya se intentó crear en la zona una variante para dar salida al tráfico del centro de Soria hacia el sur de la ciudad. Pero el intento fue detenido gracias a la presión ciudadana, ya que la carretera pasaba junto a las tranquilas aguas del Duero, por donde ahora pasean visitantes y residentes. Sin embargo, la amenaza vuelve otra vez en forma de pisos y chalés. Los terrenos ―unos 400.000 metros cuadrados de los que 230.000 serán de duro cemento― eran de una sociedad familiar que se lo revendió a una promotora. A partir de ahí comenzaron los trámites administrativos (en 2003 un convenio urbanístico, en 2006 el suelo pasó de rústico a urbanizable), se desarrolló un plan fallido parcial (diseño de calles, servicios, viviendas, avenidas…) e incluso, en 2007, el PSOE intentó una declaración de nulidad para detenerlo.

Proceso legal

Pero, a día de hoy, sigue sin aprobarse el desarrollo en detalle, lo que ha llevado a los propietarios del suelo a exigir sus derechos al Ayuntamiento. La normativa autonómica señala que cualquier terreno urbanizable cuyo plan parcial no esté aprobado en 2022 pasa de nuevo a ser rústico. Los promotores de la millonaria inversión pierden entonces su dinero. Por ello, el Ayuntamiento está obligado a aprobarlo o a indemnizar, en caso contrario, a los dueños. El presupuesto municipal es de 50 millones y la promotora pagó por los terrenos 40, eso sin contar el lucro cesante que podría reclamar por su rechazo, ya que todo el proceso urbanístico es legal.

Ante esta situación, el Centro de Estudios Sorianos reclamó un informe de la Real Academia de San Fernando, que envió a la ciudad a uno de sus miembros, el académico Antonio Ruiz Hernando. En su informe, recuerda que la Dirección General de Patrimonio de Castilla y León denunciaba ya en 2006 que la macrourbanización afectaría, no solo a la margen derecha (la urbanizable), sino “visualmente al yacimiento arqueológico del castillo como a la margen izquierda del río, que están declarados BIC”.

En una carta abierta firmada el pasado 26 de octubre por 138 intelectuales, historiadores, catedráticos, filósofos, escritores y arqueólogos se denuncia que la urbanización rompe “este tesoro artístico y turístico”. “El paisaje impoluto del Duero, con [las ermitas de] San Juan, San Polo y San Saturio, el castillo y la [vista] del Mirón son hoy un tesoro y constituye nuestra gran riqueza, que viene envuelta en versos de la más grande lengua castellana. Inasumible es el coste de permitir esta gran destrucción”.

Vista del Duero desde el cerro de los Moros, al fondo la ermita de San Saturio.
Vista del Duero desde el cerro de los Moros, al fondo la ermita de San Saturio.Vicente Olaya

El primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo de Soria, Luis Rey, del PSOE, admite que el Ayuntamiento se encuentra ante un “auténtico problema por culpa del PP”, en referencia a que este partido gobernaba cuando se recalificaron los terrenos en 2006. Pero Saturnino de Gregorio, portavoz de Ciudadanos, en la oposición, le replica: “Los socialistas presentaron una propuesta en 2007 para declarar nulo el plan, pero ese año ganaron las elecciones y desde entonces no han hecho nada”. De Gregorio pide anular el proyecto por incompatible con la “memoria” de Soria.

Rey acepta que la indemnización a los propietarios es “inasumible económicamente”, por lo que quiere agrupar las viviendas ―dando a los dueños mayor edificabilidad en altura― y liberar el suelo más cercano a las orillas del Duero o, incluso, hacerles permutas en otra parte de la ciudad. Pero el lugar es demasiado goloso para cualquier promotor: viviendas en la ladera del cerro con vistas a una orilla protegida e intocable y las aguas del Duero discurriendo a poca distancia de los chalés y pisos de lujo. No hay un sitio igual en toda la ciudad.

“Haremos un remate de ciudad dentro de un vial y liberaremos el resto del terreno, por lo que los jardines [que rodean las casas] pasarían a manos municipales y no privadas. Si lo hacemos bien”, promete Rey, “el Ayuntamiento sería propietario de todas esas laderas y las podríamos poner en valor como un gran cinturón verde en el que ahora no podemos actuar porque es privado”. El Ayuntamiento también se ha comprometido a contratar equipos de arquitectos y jurídicos externos e internos “para evitar el impacto visual de la urbanización”.

Emilio Ruiz, de la junta directiva del Centro de Estudios Sorianos, se muestra indignado. “Quieren construir sobre un yacimiento arqueológico, es la zona donde estaba la judería extramuros, quieren destruir la orilla derecha llenándola de casas. Es el paseo de los poetas. Es todo un sinsentido. Hasta habían diseñado un túnel por debajo del castillo. ¿Pero qué locura es esta?”, se pregunta. Y exige que se proteja también como BIC la ribera derecha.

Por ello, el informe de la academia hace suyas unas palabras del escritor y pintor Marcos Molinero Cardenal: “Este paraje es hoy la ribera sacra de nuestra poesía, un lugar mítico ―ya Bécquer cuando solo era paisaje lo definió como un verdadero tesoro― que los sorianos están obligados a salvar con su esfuerzo colectivo”. “Las colinas plateadas, grises alcores y cárdenas roquedas” que describió Machado.

Carta abierta al alcalde

El catedrático de Prehistoria Martín Almagro Gorbea; Gregorio Bartolomé Martínez. presidente del Centro de Estudios Sorianos; Helio Carpintero, de la Real Academia de Estudios Morales; Elena Gallego, patrona de la Fundación Menédez Pidal; Josefina Gómez, de las Reales Academias de la Historia; Javier Marías, escritor; Eduardo Martínez de Pisón, catedrático de Geografía; Fernando Sánchez Dragó, escritor… Y así casi un centenar y medio de intelectuales han redactado una carta abierta al alcalde, Carlos Martínez, donde dicen: "¿De nuevo un expolio a cambio de una bolsa de dinero? ¿Vamos a olvidar nuestra historia, a dejar destruir un paisaje que inspiró a nuestros más insignes poetas y escritores?".

Y continúan: “Está en juego el núcleo estético de nuestro mundo soriano. Señor alcalde, digamos basta al expolio de bienes comunes. Oiga lo que piden, lo que pedimos tantos miles de sorianos indignados. Escuche el juicio de las academias, de los expertos en paisaje, de los ecologistas, geógrafos e historiadores. Y, sobre todo, no defrauden nuestras esperanzas”.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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