El regreso del cuadro ‘Mata Mua’ al Thyssen se retrasa al menos hasta 2021

Cuatro meses después de que Carmen Cervera sacara cuatro pinturas capitales del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, según los abogados de la coleccionista, ha pedido otros tres meses para negociar el contrato de alquiler que pretende la coleccionista. El plazo actual para ese acuerdo, que además supondría la vuelta de Mata Mua, de Paul Gauguin, expiraba a finales de septiembre. “El cuadro no volverá hasta que no haya un acuerdo”, indica Ángel Acebes, abogado de Cervera. Según los nuevos plazos, confirmados por ambas partes, el museo seguirá sin la preciada pieza, al menos hasta final de año.

Los abogados de Cervera, Acebes y José María Michavila, aseguran que comprenden la dilación porque es “una época excepcional y el ministerio tiene sus propios problemas”. No es el mejor momento para tratar de cerrar los siete millones de euros anuales por el alquiler de la colección durante los próximos 15 años. Prefieren “no presionar” a Rodríguez Uribes. De momento, Javier García Fernández, secretario general de Cultura y responsable de la negociación con la coleccionista, no se ha reunido con la otra parte para rematar el precio del alquiler de las 429 obras.

Carmen Cervera asegura que no ha venido ninguno de los cuatro cuadros que sacó en junio del Museo Thyssen

Carmen Cervera, propietaria de Mata Mua, valorado en 40 millones de euros, aprovechó un desliz en el cierre del acuerdo de la prórroga de la colección alojada en el museo para disponer de la joya (junto a tres obras más: El puente de Charing Cross, de Monet; El Martha Mckeen de Wellfleet, de Hopper, y Caballos de carreras en un paisaje, de Degas), que tenía cedida al museo desde 1999. El motivo de la marcha, a principios de junio, era mostrarlo en el extranjero y recibir un alquiler por él, sin descartar la posibilidad de venta.

De momento, como ha podido saber este periódico, no ha recibido ninguna oferta en firme por Mata Mua. Como asegura la propia Cervera, tampoco ha vendido ninguno de las otras tres pinturas. “No me resulta fácil hacerlo, soy coleccionista”, asegura. Y no cierra la posibilidad de un regreso del conjunto, si la negociación se cierra a favor de sus intereses.

En un banco

Mata Mua no se ha desembalado en todo este tiempo de la caja que lo protege desde que partió del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Y no ha protagonizado ninguna exposición. El cuadro cruzó la Península en junio para quedarse en la cámara acorazada de un banco andorrano. Cervera tenía previsto convertir la pintura de Gauguin en la gran atracción de una exposición que colocaría el foco del mundo del arte sobre el centro cultural que lleva su nombre en el principado y que dirige su sobrino, Guillermo Cervera.

Unas semanas después de la salida del cuadro del Thyssen, Guillermo Cervera anunció que el 30 de junio se podría ver la obra en su institución. A los dos días rectificó la decisión. Las razones que se alegaron fueron “causas logísticas insalvables relacionadas con el movimiento de la obra Mata Mua”. No hubo más explicación.

Los abogados de Guillermo Cervera informaron de que los seguros se negaron a cubrir la exhibición del valioso lienzo en aquel centro. “Reclamaban unos requisitos de seguridad propios de los grandes museos internacionales”, indican. “Me precipité al anunciar la exposición, porque creía que iba a ser más fácil. Con las exigencias de los seguros perdimos los meses fuertes del turismo en Andorra”, añade. “La prioridad es que Mata Mua vuelva cuanto antes a Madrid, si llegamos a un acuerdo con el ministerio”, insisten los abogados.