Liam Neeson se pasa al disparate con ‘Agárralo como puedas’
El actor anuncia su nuevo proyecto con Seth MacFarlane en la presentación del ‘thriller’ de acción ‘Venganza bajo cero’
Desde que protagonizó Venganza hace 11 años, Liam Neeson (Ballymena, Irlanda del Norte, 67 años) ha percibido cómo el público le asocia con facilidad el papel de héroe de película de acción. Sus palabras denotan que es algo que no le molesta, pero de lo que tampoco hace especial alarde: “La buena campaña de publicidad de esa película hizo que Hollywood descubriera esa imagen mía, pero nada más”. El actor no teme que tal identificación con un determinado género pueda eclipsar otros perfiles de su carrera, como el de gran redentor de los perseguidos que le otorgó La lista de Schindler o el de paladín de las causas revolucionarias al que le encumbró su interpretación del líder irlandés Michael Collins en la película homónima de Neil Jordan. Tampoco renuncia a su cara más cómica, destapada en Men in Black: International. Una faceta que, por sus declaraciones, parece ahora querer incentivar.
Neeson se encuentra en España para presentar la última entrega de acción en la que ha participado, Venganza bajo cero, del director noruego Hans Petter Moland y en la que interpreta a un conductor de quitanieves que emprende una guerra contra los narcos que han acabado con la vida de su único hijo. El thriller está filmado en gélidos parajes canadienses, se estrena en España el 26 de julio y es un remake de Uno tras otro, que el propio cineasta rodó en varios países escandinavos hace seis años. “Me interesó del proyecto la introducción de personajes nativoamericanos, por su relación con el terreno, con su territorio”, explica Neeson en compañía de Moland en una entrevista este martes en Madrid.
Pese a la arrolladora personalidad que Neeson infunde en sus personajes, Moland cree que en el filme el actor norirlandés le ha permitido “mantener el tono personal e íntimo” del trabajo que el cineasta presentó en 2014. La estructura de la trama también conectaba bien con anteriores papeles de Neeson, como el del exagente de la CIA Bryan Mills en Venganza. Igual que entonces su personaje emprendía la audaz búsqueda de su hija, secuestrada en París, Neeson interpreta ahora a Nels Coxman, un irascible padre capaz de diseminar violencia por doquier para vengar el asesinato de su vástago.
Esa abundancia de papeles de acción lleva a Moland a bromear con el actor. “Me gustaría verte haciendo alguna vez de Romeo...”. Neeson ríe y habla de algunos de sus próximos papeles. Entre ellos el que le ha ofrecido Seth MacFarlane, el “irreverente” creador de la serie de televisión animada Padre de familia, que trabaja en un relanzamiento de Agárralo como puedas, la disparatada trilogía de comedias policíacas protagonizada a finales de los ochenta y en inicios de los noventa por Leslie Nielsen, al que Neeson se refiere como “un auténtico actor de peso”. “Seth, que ha tenido un enorme éxito metiéndose contra todo, ha decidido relanzar esa saga y cuenta conmigo. Veremos qué tal es el guion”, revela el intérprete.
No habrá jubilación
Hace diez años un accidente en una estación de esquí acabó con la vida de su esposa, y a partir de ese suceso las participaciones de Neeson como protagonista en películas de acción, que habían arrancado en 1990 con El rostro de la venganza, se multiplicaron. Neeson rechaza, sin embargo, que en su trayectoria profesional haya habido fuertes virajes. El actor no revela cuál cree que ha sido su mejor papel, aunque sí el más “especial”: el del dirigente irlandés Michael Collins, asesinado en 1922 durante la guerra civil irlandesa. “Collins fue un tipo extraordinario: reía, danzaba por ahí siempre con esa corbata más corta de lo habitual, y llegó a poner de rodillas al Imperio Británico. Y al mismo tiempo es considerado uno de los inventores del terrorismo moderno. Fui un afortunado por poder interpretarle”, cuenta Neeson. El actor recuerda la “tensión” que se vivió durante la producción y el rodaje, ya que el conflicto armado en Irlanda del Norte continuaba vigente. La película se estrenó en 1997 y la firma de los acuerdos de paz no llegaría hasta la Semana Santa de 1998.
Neeson ve lejos todavía la retirada. Aún se mantiene en una forma espléndida, de la que dan buena prueba los rodajes en la Columbia Británica canadiense a los que se ha enfrentado. “Filmábamos y a los 15 minutos podíamos ver cómo caían las avalanchas”, asegura. Confiesa que, aunque parezca paradójico, también su veteranía le anima a continuar una dilatada carrera que se remonta a 1976, cuando debutó en un teatro de Belfast. “La experiencia te coloca en esa posición en la que ya sabes qué tienes que hacer. Y sí, eso es algo que también me gusta”.
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