La voz de Rosalía ilumina el Hollywood Bowl
De la mano de Juanes, la barcelonesa debuta en Los Ángeles con su nuevo trabajo, 'El mal querer'
Rosalía iba vestida de rojo, con una larga cola de caballo. Estaba de medio lado hacia el público del Hollywood Bowl cuando volteó la cabeza, se rió, y dijo: “Elei, vámono”. Y L.A. se fue con ella. Este miércoles, el fenómeno del flamenco urbano y veinteañero se presentó ante un público internacional que pudo celebrar por fin en directo una voz que se ha hecho reconocible globalmente en solo un año. Rosalía llegó a Los Ángeles, publicó un par de fotos en su Instagram, luego fue al Bowl, publicó otra más diciendo que era un sueño estar allí. Subió tres stories.
En Los Ángeles, Rosalía tuvo 45 minutos para presentar el espectáculo con el que está dando a conocer El mal querer en directo este verano en España y con el que llenó el Sónar de Barcelona. Rosalía había sido invitada por el colombiano Juanes para abrir el concierto del Bowl. El espectáculo está completamente centrado en el nuevo proyecto de la cantante, muy distinto del disco Los Ángeles, el homenaje al flamenco que publicó el año pasado y la hizo famosa en España. Para interpretar El mal querer sale al escenario con ocho bailarinas y cuatro coristas. Toda la instrumentación, menos las palmas, es pregrabada, como en una actuación de hip hop.
Malamente, Capítulo 1: Augurio, inauguró el concierto en una noche extrañamente fría para el septiembre angelino. La canción, un fenómeno viral desde que salió, suena en el Twitter de Halley Berry y en el Instragram de Kourtney Kardashian. En el escenario, viene a marcar el tono de la versión en directo que Rosalía está haciendo este verano de su nuevo disco, aún sin fecha de publicación. Después sonó De Madrugá. Luego Rosalía sacó un quad al escenario para utilizar el motor como instrumento. “Atípico su rollo, ¿no?”, preguntó un peruano que quería que un español le confirmara que no, que esto no era un espectáculo flamenco.
Rosalía, de 24 años, hizo una concesión a su vida anterior, la de hace 10 meses. “Estoy feliz de estar aquí, gracias a todos”, dijo al público de Los Ángeles. “Esa ciudad dio nombre en parte a mi primer disco. Por eso creo que es el día para cantar esta canción que no cantaba hacía tiempo”. Entonces, el primer verso de Catalina inundó la bóveda del Hollywood Bowl. Ahí hubo consenso. Incluso esa parte del público del Hollywood antiguo, con copa de vino en la mano y bandeja de sushi, que no tenía muy claro lo que estaba viendo, se quedó asombrado con la voz de Rosalía y aplaudió sin dudarlo.
En general, Rosalía logró conmover a un público que no era el suyo en los momentos en que su voz sonó más limpia. Por ejemplo, cuando interpretó a capela Brillo, la canción que ha grabado con el regetonero colombiano J Balvin. El público que había ido a ver a Juanes se volvió loco. Sonó de nuevo Malamente y Rosalía se despidió de Los Ángeles. Luego salió Juanes, empezó con A Dios le pido y conquistó el Bowl con un éxito tras otro, en una noche en la que era verdaderamente difícil oír hablar inglés en el recinto.
Juanes ejerció de padrino de Rosalía en Hollywood con un momento verdaderamente especial. “La primera vez que oí a Rosalía no sabía quién era”, contó al público del Bowl. “Dije ‘qué es esto, por Dios’. Fue en Madrid. Estar esta noche con ella ha sido una forma de conectar ese talento con todos ustedes. Rosalía se va a comer el mundo. ¡Se lo va a comer!”. Entonces, salió ella al escenario.
Juanes y Rosalía interpretaron a dúo el tango Volver. Ella, en la forma flamenca que le dio en su día a esa canción Estrella Morente. Él, cantando el estribillo como si fuera una balada rock. La voz de Rosalía brilló en el Bowl y los dos consiguieron el momento más emocionante de toda la noche. Al acabar, Juanes advirtió al público de Los Ángeles: “Rosalía va a cambiar la música. Va a haber un antes y un después de Rosalía”. En Hollywood, quizá el miércoles fue ese momento.
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