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Venecia solo quiere a las directoras del pasado

El estreno de la única película dirigida por una mujer en la competición de la Mostra contrasta con distintos homenajes a las grandes creadoras del séptimo arte

Jennifer Kent (segunda por la derecha) y la actriz Aisling Franciosi (centro), con las productoras de 'The Nightingale', ayer en la alfombra roja.
Jennifer Kent (segunda por la derecha) y la actriz Aisling Franciosi (centro), con las productoras de 'The Nightingale', ayer en la alfombra roja.Vittorio Zunino Celotto (Getty Images)

Miles de mujeres han hecho cine. Siempre, desde la época de los Lumière hasta hoy. Puede sonar obvio, pero si el documental Women Make Film se ve obligado a recordarlo desde su primer fotograma tal vez no lo sea tanto. “Aquí no se pretende diferenciar, sino ofrecer una clase sobre cómo crear cine basada en el trabajo de directoras; una escuela donde solo hubiera mujeres como profesoras”, expresa en la película Tilda Swinton, narradora y productora ejecutiva de este viaje en femenino por la historia del cine. El proyecto, que debería reunir 40 episodios y 16 horas en total, ha sido estrenado en la Mostra, donde se han proyectado las primeras cuatro horas. “El mundo del cine es un club de chicos, ha sido machista por omisión”, prosigue la narradora de Women Make Film. Pioneras como la estadounidense Dorothy Arzner y, más tarde, la búlgara Binka Zhelyazkova o la francesa Agnès Varda forman parte de los nombres invocados, así como otros más recientes como Jane Campion, Sally Potter, Lynne Ramsay o Mia Hansen-Løve. Otras directoras como Liliana Cavani o Larisa Shepitko también han sido homenajeadas en la sección Venice Classics durante esta semana.

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Pese a todo, una comparación entre ese pasado evocado con la presente edición del festival resulta flagrante. La única película dirigida por una mujer que forma parte de la competición del certamen es The Nightingale, aplaudido thriller gótico sobre la venganza de una mujer en la Australia colonial, que la directora Jennifer Kent presentó ayer en el certamen. De esa manera, las mujeres cineastas representan el 4% del concurso, igual que el año pasado. La exigua presencia de mujeres directoras generó un huracán de críticas contra el director del festival, Alberto Barbera, que se escudó en la industria y los números. Prometió dimitir si se instauraba un sistema de cuotas y aseguró que escogía “por calidad y no por género”. Sin embargo, EWA (la organización de las cineastas europeas) le acusó de esquivar su responsabilidad y reiterar el estereotipo de que el cine hecho por mujeres es peor. Al final, tras una negociación con dos asociaciones de directoras italianas, el festival se vio obligado a dar un paso adelante: firmó un manifiesto –al que ya se sumaron Cannes y Locarno- con el que se compromete a garantizar más transparencia e información, para allanar el camino hacia la igualdad (aunque dejando fuera las cuotas).

Aun así, la ausencia de directoras en la sección competitiva ha sido la losa con la que la Mostra ha tenido que cargar durante toda esta edición. Kent, única mujer que pasó la criba de los seleccionadores, se refirió ayer a ello durante la presentación de su película. “No me da ninguna alegría. Es duro para mí, porque me gustaría que mis hermanas cineastas estuvieran conmigo”, expresó. “Es muy importante que vayamos hacia la paridad. El trabajo del cine es reflejar el mundo. Si solo refleja el 50% de la población, no está haciendo su trabajo”. Otros directores han apoyado ese punto de vista. Por ejemplo, el francés Jacques Audiard, que el domingo aprovechó la rueda de prensa de presentación de The Sisters Brothers, reflexión sobre la masculinidad en clave de wéstern, para oponerse a la línea del festival. Audiard aseguró haber protestado ante los organizadores de la Mostra cuando se enteró de que solo había una mujer entre los 21 cineastas que aspiraban al León de Oro. “¿Tienen sexo los festivales? La respuesta es sí. Llevo 25 años acudiendo a certámenes y siempre veo a los mismos hombres”, expresó. “La igualdad se cuenta con números y la justicia debe ser aplicada. Así evitaremos aberraciones como este 20 contra 1”.

En el bando opuesto se sitúa el mexicano Carlos Reygadas, que ha proyectado Nuestro tiempo en el festival. “Audiard se ha quejado mucho de este 20 a 1 cuando ha estado en veinte festivales con 24 a cero y nunca dijo nada”, asegura el cineasta, informa Luis Pablo Beauregard. “Yo creo en el cine hecho por humanos para los humanos. No creo en las cuotas, no es el Mundial. Hay 20 películas del mundo cristiano y solo una japonesa. ¿Dónde está el mundo musulmán? ¿Y África? Eso también me preocupa, pero no está de moda ahora”. En una línea similar se expresó ayer la directora Valeria Bruni Tedeschi, que ha presentado su nueva película, Les estivants, fuera de competición. “El festival tiene razón. Jamás querría ser seleccionada por ser mujer, sino porque mi película lo merece. Estoy en contra de las cuotas”, remató.

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