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El teatro devuelve a la vida a Leopoldo Alas Argüelles, un político puro

'El rector' reivindica y recupera la figura del catedrático fusilado en la Guerra Civil

En el centro de la imagen Carlos Lorenzo como Leopoldo Alas Argüelles en un ensayo de 'El rector'.
En el centro de la imagen Carlos Lorenzo como Leopoldo Alas Argüelles en un ensayo de 'El rector'.Alfonso Suárez
Rut de las Heras Bretín

Un rector, dos Españas, un político puro, la universidad… todos elementos de ‘El rector’ y todos se reúnen en la desconocida figura de Leopoldo Alas Argüelles. Este catedrático de Derecho Civil, que el tiempo (con mucha ayuda del franquismo) se ha encargado de borrar y enterrar, protagoniza la pieza que le revivirá este fin de semana en el ovetense Teatro Campoamor. Fue rector de la Universidad de Oviedo desde 1931 hasta su detención en 1936. El 20 de febrero de 1937 le fusilaron acusado de asistir a un mitín en favor de los afectados por la insurrección obrera de 1934 al que también asistieron Pasionaria, Alberti y María Teresa León. Mantuvo sus ideas firmes y coherentes y en 2014 Pedro de Silva las revivió en su libro homónimo al montaje teatral, publicado por la editorial Losada.

El autor incide en el concepto “revivir” más que en recuperar cuando se habla de memoria histórica. “La memoria hay que recuperarla de una forma verdadera, leyendo, informando… Muchas veces se queda solo en el gesto. Se trata de crear una conciencia histórica basada en el conocimiento. El Valle de los Caídos, un asunto candente, sería un buen museo de lo que ocurrió explicado de forma didáctica y no como mausoleo”, sostuvo De Silva este jueves en conversación telefónica con EL PAÍS, charla en la que se confesó nervioso por el estreno. El que fuera presidente socialista del Principado de Asturias entre 1983 y 1991, abogado y escritor de distintos géneros (obtuvo el Premio La sonrisa vertical por Kurt en 1998), sabe que va a tener una experiencia distinta al oír sus palabras en la voz de los actores y con la presencia del público, “como un eco exterior”. Ha dejado total libertad al director, Etelvino Vázquez: “La obra es el libreto de una acto dramático que tiene otras dimensiones: música, escenografía, trabajo actoral…”

Pedro de Silva defiende el Estado puro: “Corremos el riesgo de echar tanta basura encima del sistema que termine por no entenderse”

‘El rector’ va a poner sobre el escenario del Campoamor y frente a sus conciudadanos unos hechos que tuvieron lugar en la ciudad en dos momentos: 1934, con la revolución obrera de octubre cuando la universidad y su biblioteca quedan destruidas –también el teatro en el que se reviven los acontecimientos-; y 1936-1937, con el fin de la vida de Leopoldo Alas, hijo del famoso autor de La Regenta, Leopoldo Alas Clarín, y la contienda en la que desembocan aquellos sucesos surgidos de una España inmersa en una lucha de clases.

El texto de De Silva es fiel a lo que sucedió, se ha basado tanto en el sumario judicial del proceso del rector, que reproduce sin añadir nada, como la carta de petición de clemencia. También en conversaciones con su nieto, el catedrático Leopoldo Tolivar Alas, que le habló del amor por los libros de Alas Argüelles. Paseando por los restos humeantes de la biblioteca universitaria incendiada se da cuenta de las trágicas consecuencias que va a tener aquello y trata por todos los medios de poner concordia. Es consciente de lo que la República hubiera podido ser y no fue y de “que se estaba jugando la vida manteniendo su postura de izquierdas”, explica el autor. “Hoy no se entendería un político tan puro”, añade.

Con los tiempos que corren es inevitable preguntarle a un expolítico que escribe sobre un hombre que creía en el saber y en la institución universitaria sobre el asunto del máster de Cristina Cifuentes, la expresidenta de la Comunidad de Madrid. “Es importante desde un punto de vista político, pero desde el universitario es anecdótico. La universidad sufre de un enfeudamiento institucional, lo que ha ocurrido es un subproducto de esos males endémicos”, sentencia. En cuanto a la vigencia de la pieza, De Silva defiende la figura del Estado puro, “corremos el riesgo de echar tanta basura encima del sistema que termine por no entenderse”, también reivindica las referencias heroicas en política y su protagonista podría ser una de ellas. Un humanista del que a finales de 2017 cuando se cumplían 80 años de su muerte se editó un volumen con todos sus artículos publicados en periódicos. La justicia va llegando muy despacio a lo fulminado y fusilado durante la Guerra Civil. Este sábado y domingo en el Campoamor se alcanza un poco.

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