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Los antiGoya premian ‘Verónica’ como la película más olvidada del año

Los Yago celebran una informal gala repleta de humor y guiños a la figura de la mujer en la industria del cine

FOTO: El humorista y presentador de la gala Luis Fabra, el artista Javier Gurruchaga y el actor Alex O'dogherty. / VÍDEO: Tráiler de 'Verónica'.Vídeo: premios yago

“Yo al principio creí que me concedían el Premio Yoga”, confesó entre risas Javier Gurruchaga, líder de la Orquesta Mondragón y actor en películas como París-Tombuctú, de Berlanga. El artista, que subió al escenario para recoger su premio de honor en reconocimiento a un “olvidado histórico”, se unió así al tono de humor e informal que impregnó la cuarta edición de los Premios Yago. Creados para homenajear a aquellos profesionales del cine cuyos trabajos han sido ignorados o no reconocidos, los galardones se celebraron este miércoles en el Palacio de la Prensa de Madrid.

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Entre pizzas y gin-tonics, personajes del mundo del cine español de todas las categorías se dejaron laurear por estos premios. “Esta gala es mucho más divertida que la de los Goya. En esa nos daban canapés y cositas pequeñas para cenar y aquí nos estamos poniendo hasta arriba de pizza”, comentó Sandra Escacena, protagonista de Verónica, película que le ha servido a Paco Plaza una nominación a los Premios de la Academia de Cine, y una estatuilla de los Yago al Premio Impepinable al No Ganador. Y, efectivamente, con un pepino en mano, el cineasta quiso lanzar una crítica al resto de galardones de cine durante su discurso: “Gracias a los periodistas y críticos de cine que son quienes eligen a los vencedores de los Yago por haber visto las películas, algo que no suele hacer el jurado en el resto de premios”.

El cómico Luis Fabra fue el encargado de presentar este atípico acto que no quiso ignorar la escasa presencia de la mujer en la industria. “La pasada gala de los Goya estaba dedicada a la mujer y, sin embargo, había dos hombres sobre el escenario. Ya está bien de que solo el 7% de mujeres sean directoras y de que ni te llamen si eres vieja”, afirmaba Fabra, quien se había vestido de mujer para el discurso inaugural. Tras su número musical al son de la canción Mujer contra Mujer de Mecano, en el que no faltaron las críticas al resto de instituciones de cine, se alzó una pancarta con el eslogan: Repudees Welcome (Bienvenidos los repudiados).

El director de Morir, Fernando Franco, entregó el Premio al No Nominado para su protagonista Marian Álvarez. “Me alegra que no me guardes rencor por haber hecho que te bañaras en el Cantábrico en pleno octubre”, dijo. La actriz explicó que al principio creía que era el premio “a la más looser del año”, pero, “oye, que Goyas tienen muchos, pero Yagos muy pocos”. El “honorable” premio a la película con menos éxito comercial del año fue dedicado a Júlia Ist, un trabajo final de carrera que se convirtió en realidad para Elena Martín, su directora.

La gala no quiso terminar sin el premio a la categoría No Reconocida, que premia a los profesionales cuyo sector no se tiene en cuenta en los Goya. En esta ocasión, el galardón fue para las acting coach y pedagogas encargadas de Laia Artigas y Paula Robles, las niñas protagonistas de Verano 1993. Además, hubo una mención especial para Itziar Castro, de Pieles, y para Santiago Alverú, protagonista de Selfie y encargado de organizar estos premios. El broche de oro lo puso Javier Gurruchaga, que interpretó, junto al resto de vencedores, Viaje con nosotros. “Esa canción de mierda que me ha dado tanta pasta”, recordaba el cantante.

“Estamos preparados para dar el siguiente paso, si desde los Goya nos quieren llamar para organizar la gala, aquí les estaremos esperando”, comentaba Alverú. “Sé que presentarla puede ser como un caramelo envenenado, pero yo me lo tomaría como un reto e intentaría darle toda la frescura que les falta”, explicaba el humorista Luis Fabra. Sin embargo, estos premios, que comenzaron hace cuatro años cuando Alverú aún estaba en la universidad, no quieren dejar de existir porque “están dedicados a cosas diferentes, cosas que no están reconocidas” y, sobre todo, “a recompensar a la mujer”. “Con todo lo que ha pasado este año en el mundo del cine, no es suficiente vestir de negro o sacar un abanico. El cambio tiene que ser real”, concluía el protagonista de Selfie.

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