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‘Anora’ sorprende en los Oscar con cinco premios en una larga gala apolítica donde ‘Emilia Pérez’ solo araña dos galardones

La película de Sean Baker se proclama ganadora en una noche cargada de sorpresas donde también triunfó su protagonista, Mikey Madison, como mejor actriz. Zoe Saldaña, Adrien Brody y Kieran Culkin levantaron su estatuilla, igual que la brasileña ‘Aun estoy aquí'

Adrien Brody, Mikey Madison, Zoe Saldaña y Kieran Culkin tras ganar sus premios Oscar, este domingo.Foto: Jordan Strauss (AP/LaPresse) | Vídeo: EPV
María Porcel

Por una vez, y ojalá sirva de precedente, hubo emoción, sorpresa y bocas abiertas. Los 97º Oscar no fueron, como lleva pasando desde hace años, un guion escrito desde hace semanas. Esta vez ganó un cine diferente, tanto en fondo como en forma. Una película, Anora, una dramedia, que costó seis millones de dólares y lleva más de 40 recaudados en todo el mundo, que se llevó la Palma de Oro en Cannes, el Spirit del cine independiente, que ha estado nominada a más de 260 premios y donde se dice más de 400 veces la palabrota fuck (joder), con media docena de actores desconocidos, ha ganado cinco Oscar, entre ellos los más importantes: mejor película, director, actriz, guion original y montaje. Escrita y dirigida por Sean Baker, el cineasta estadounidense es la segunda persona en lograr cuatro Oscar por un solo filme, después de que Bong Joon-ho lo consiguiera en 2020.

Sean Baker, con todos sus premios Oscar.Foto: John Locher (AP)

Esta edición de los premios ha sido completamente blanca en política, con Hollywood ignorando a Donald Trump y la agitada situación nacional e internacional. En lo cinematográfico, nada estaba decidido. Había galardones de dos tipos: cantadísimos como el de Kieran Culkin, el primero de la noche, o abiertos entre un par de opciones y dispuestos a dar la sorpresa. Al final, la noche se inclinó por las sorpresas con los cinco de Anora, pero con muchos más repartidos: tres para The Brutalist, dos para Emilia Pérez (la gran perdedora, porque tenía 13 nominaciones), dos para Dune: parte dos, dos para Wicked y uno para Cónclave, A Real Pain, La sustancia, Flow y Aún estoy aquí. La gala fue larguísima, tres horas y 45 minutos, pero también amena gracias al conductor de la ceremonia, Conan O’Brien, y a las apariciones de carismáticos presentadores como Mick Jagger, Billy Crystal —”Antes yo trabajaba aquí, hace nueve trajes”— o Amy Poehler (si O’Brien no quiere repetir el año que viene, que la llamen).

Todo empezó a las cuatro en punto de la tarde en Los Ángeles, con Ariana Grande vestida del rojo rubí de los zapatos de Dorothy en El mago de Oz como guiño a su personaje en Wicked, la bruja buena Glinda, cantando el mítico tema Somwhere Over The Rainbow. Se le unió después su compañera Cynthia Erivo para interpretar su Defying Gravity, de Wicked, película que partía con 10 nominaciones, en una elegante puesta en escena con una orquesta tocando sobre el escenario. Tras ellas, Conan O’Brien, que brilló durante la larga velada. En su monólogo inicial se declaraba “emocionado” de estar ahí. “Es la mejor noche para Hollywood... que empieza a mediodía”, admitía. Supo ser irónico sin cruzar el límite, solo rozándolo, como les gusta a los estadounidenses; también blanco, sin bromas políticas. Se lanzó con chistes fílmicos y hasta con los propios cines (animando a acudir a esos “edificios para ver películas”), se metió elegante (y continuamente) con Timothée Chalamet y su juventud, bromeó con que Jeff Bezos llegó a la gala dentro de un paquete de Amazon que alguien había robado en la alfombra, habló en español (“Buenas noches y bienvenidos a los Oscar, soy su anfitrión y espero que disfruten del espectáculo”) y presumió de lo guapo que estaba.

 Ariana Grande, Lena Waithe y Cynthia Erivo reaccionan a la victoria de Nathan Crowley y Lee Sandales en el Oscar al Mejor Diseño de Producción por 'Wicked'.
Ariana Grande, Lena Waithe y Cynthia Erivo reaccionan a la victoria de Nathan Crowley y Lee Sandales en el Oscar al Mejor Diseño de Producción por 'Wicked'.ALLISON DINNER (EFE)

O’Brien no tardó en referirse a la polémica más sonada de esta campaña a los Oscar, la de los tuits ofensivos de Karla Sofía Gascón, que empañaron su nominación a mejor actriz protagonista por Emilia Pérez y la de la propia película. A los 15 minutos de gala hizo el primer chiste para romper el hielo. Porque el elefante estaba en la habitación, y no hay nada mejor que sacar los demonios para exorcizarlos. “En Anora dicen la palabra fuck 479 veces. Eso es solo tres veces más que los publicistas de Karla Sofía Gascón”, dijo entre carcajadas y con Gascón entre el público, aunque la actriz no llegó a pisar la alfombra roja. “Karla Sofía Gascón está hoy aquí”, afirmaba, con la cámara apuntando por primera vez a Gascón, que lanzaba besos al escenario. “Karla, recuerda, si vas a tuitear la gala, mi nombre es Jimmy Kimmel”. Al final de su monólogo de 10 minutos, también pidió ayuda para que la ciudad se recupere de los devastadores incendios y hasta se lanzó con un número de cante y baile.

Mikey Madison posa con el Oscar a Mejor Actriz por ‘Anora’ en la sala de prensa de los 97º Premios de la Academia, en Hollywood, Los Ángeles, el 2 de marzo de 2025.Foto: DANIEL COLE

A partir de ahí, los premios. El primero fue uno de los gordos, y probablemente el más claro: el de Kieran Culkin como mejor actor secundario por A Real Pain. Aunque O’Brien había prometido que John Lithgow pondría cara de aburrido si alguien se liaba con los discursos, dejaron que Culkin se alargara hasta el punto de pedirle otro hijo a su esposa, Jazz Charton, alegando que ella se lo había prometido si él lograba el Oscar. En su paso por la sala de prensa, Culkin admitía que ni siquiera sabía cómo sentirse, que intentaba vivir el presente.

Karla Sofía Gascón a su llegada a la ceremonia de los Oscar.
Karla Sofía Gascón a su llegada a la ceremonia de los Oscar.Carlos Barria (REUTERS)

De sus 13 nominaciones, Emilia Pérez se alzó con el primero gracias a Zoe Saldaña, mejor actriz de reparto: “Mamiiiiiii”, gritaba al subir al escenario la que es la segunda actriz más taquillera de la historia del cine. “Mi madre está aquí, toda mi familia está aquí”, afirmaba entre lágrimas. Se lo dedicó a Netflix, al director Jacques Audiard, a sus compañeros (aunque sin mencionar a Gascón, protagonista de la película), a sus padres y sus hermanas: “Todo lo bueno que he hecho en mi vida es por vosotros”, decía. “A mi marido, con ese pelo precioso”, contaba mientras reía el teatro. “Soy la primera estadounidense de origen dominicano en aceptar un premio de la Academia, pero sé que no seré la última”, advirtió. En la sala de prensa, afirmaba que, más allá de polémicas, ella repetiría esta película una y otra vez, siguiendo a su corazón.

Poco después, Emilia Pérez ganaba su segunda estatuilla a mejor canción original por El mal, precisamente interpretada por Saldaña. “La música y el arte pueden tener un papel como fuerza del bien y el progreso en el mundo”, decían Camille y Clément Ducol, compositores, los primeros en nombrar a Karla Sofía Gascón y hasta en cantarle a “Emilia, Emilia”. El narcomusical de Jaques Audiard no pasó de esos dos galardones: el de mejor película internacional, que hace unas semanas parecía ganado, fue para la brasileña Aún estoy aquí, que en pleno carnaval puso al país entero en ebullición al conseguir su primera estatuilla de Hollywood. Si ha habido algún tipo de castigo a Emilia Pérez por los tuits de Gascón, recayó aquí.

Zoe Saldaña posa con el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por 'Emilia Pérez'.Foto: DANIEL COLE | Vídeo: EPV

Como siempre, las cuatro categorías de interpretación (con permiso de dirección y mejor película) eran las más esperadas. Y hubo una sorpresa, pero no con Culkin ni con Zoe Saldaña ni tampoco con Adrien Brody. La dio Mickey Madison. Cuando el Oscar casi llevaba grabado el nombre de Demi Moore o, en su defecto, el de la brasileña Fernanda Torres, fue la protagonista de Anora, de 25 años, la que ganó y subió al escenario con mucha tranquilidad. En la sala de prensa, afirmaba que era “surrealista”: “Nunca pensé que me pasaría algo así, amo hacer películas, ser actriz, pero este es un gran honor. No lo esperaba para nada”.

Por su parte, Brody, ganador por The Brutalist, afirmaba: “Actuar es una profesión frágil. Parece glamurosa y a veces lo es, pero lo que he ganado al volver aquí es perspectiva. Da igual lo que logres en esta profesión, puede desvanecerse, y creo que esta noche debemos ser conscientes de ello”, reflexionaba el actor 22 años después de su hasta ahora única nominación y premio por El pianista. Le dio las gracias a sus compañeros y también a su pareja, Georgina Chapman, exmujer de Harvey Weinstein, que lloraba tras recogerle el chicle antes de subir al escenario. “Bajadme la música, ya acabo, he hecho esto antes”, pedía en su largo discurso, antes de agradecérselo a sus padres. “Estoy aquí, de nuevo, para representar las repercusiones de la guerra y la opresión sistemática, del antisemitismo, el racismo, y creo en un mundo más en paz, más inclusivo. Luchemos por lo que es justo. Reconstruyamos juntos”.

El actor estadounidense Kieran Culkin posa junto a Robert Downey Jr. con el Oscar a mejor actor de reparto.Foto: OCTAVIO GUZMÁN | Vídeo: EPV

El de Brody fue uno de los pocos discursos políticos de la noche, junto con el de No Other Land, coproducción entre Noruega y Palestina ganadora del Oscar al mejor largometraje documental. “Hemos hecho esta pelicula, palestinos e israelíes, porque juntas nuestras voces son más fuertes. La atroz destrucción de Gaza y su pueblo debe parar”, decían sobre el escenario. “Somos hermanos pero somos desiguales”, afirmaban. “Necesitamos una solución política sin supremacía étnica. La política extranjera en este país está bloqueando ese camino. ¿No ven que estamos entrelazados? Solo puede estar seguro mi pueblo si los palestinos están libres de verdad. No hay otra forma de hacerlo, no hay otra forma de vivir”. El nombre de Trump no se pronunció, ni siquiera con rodeos o eufemismos, ni una sola vez en la gala.

En la velada, Anora iba creciendo sin freno. Tanto que se llevó el premio a mejor guion original, aunque bien podía haber ido para a A Real Pain. Baker se lo agradeció a la comunidad de trabajadoras y trabajadores sexuales, por compartir sus historias con él durante años. La segunda vez que subió al escenario fue para llevarse el de mejor montaje, afirmando con humor que, si la gente hubiera visto el material sin montar, nunca volverían a contratarlo como director. En la tercera ya fue para recoger el de mejor director, que le entregó Tarantino, y al que le confesó ante el público que si no hubiera fichado a Mikey Madison, su protagonista, para Érase una vez en... Hollywood, Anora no habría existido”.

El mejor guion adaptado fue más obvio, para Cónclave. El mejor diseño de producción fue para Wicked y sus nueve millones de tulipanes. Tenía sentido que tanto el de sonido como el de efectos especiales fueran para Dune: parte 2, mientras que el de maquillaje y peluquería se lo llevó el equipo que transformó a Demi Moore en un monstruo increíble en La sustancia. En mejor película de animación, más sorpresas: no ganó el gigante Pixar con Del revés 2, ni siquiera la tierna Robot Salvaje, sino la pequeña producción letona Flow, la primera película del país con un Oscar, y que además hizo doblete como nominada en la categoría de mejor película extranjera. Igual ocurrió con el corto de animación: todo se inclinaba por Magic Candies o por Yuck!, pero ganó A la sombra del ciprés. Por su parte, La única mujer de la orquesta ganó por sorpresa el galardón de mejor cortometraje documental, y I’m not a robot el de mejor cortometraje.

Una gala con una audiencia de 20 millones de espectadores no puede ser una lectura de premios sin más. En esta 97ª edición se mezclaron formatos de años pasados. Por ejemplo, salieron a presentar cinco actores de distintas películas las nominadas a la mejor fotografía, que se llevó The Brutalist (que también ganó en banda sonora); lo mismo con el diseño de vestuario, que ganó Paul Tazewell para Wicked tras crear más de mil trajes distintos. Ya estuvo nominado por West Side Story, pero es el primer hombre negro en lograrlo en esta categoría, como él mismo recordó emocionado, haciendo que el teatro se pusiera en pie y que a Ariana Grande se le saltaran las lágrimas. Además, el humor de presentadores como Amy Poehler y Ben Stiller animó la entrega de los premios más técnicos, que suelen pasar más desapercibidos.

La gala también tuvo sus homenajes. Entre ellos, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, los hermanastros productores de James Bond —cuyo control creativo acaba de comprar Amazon—, lo que supuso una excusa para rendir tribuno al eterno espía. La cantante y actriz coreana Lisa, la británica Raye y la estadounidense Doja Cat cantaron temas clásicos de la saga, también con orquesta en directo, mientras que Margaret Qualley demostró cualidades de chica Bond con su potente baile. Un intento de atraer público joven, como con Grande y Erivo, pero que no terminó de entenderse y ralentizó la gala: ahí ya llevaba más de hora y media y apenas siete premios.

Fotografía de Gene Hackman en la gala de los Oscar durante el repaso a los artistas fallecidos en el último año.
Fotografía de Gene Hackman en la gala de los Oscar durante el repaso a los artistas fallecidos en el último año.Carlos Barria (REUTERS)

En el in memoriam se recordó muy especialmente a Gene Hackman, fallecido esta semana en circunstancias aún sin aclarar. Lo presentó Morgan Freeman, con un discurso especial para su colega. “Esta semana, nuestra comunidad perdió un gigante, y yo a un amigo querido, Gene Hackman”, afirmaba Freeman, que recordaba que había trabajado con él en Sin perdón y Bajo sospecha. “Gene siempre decía: no pienso en mi legado, espero que me recuerden como alguien que quería hacer un buen trabajo. Así que creo que hablo por todos cuando digo: Gene, te recordaremos por eso y por mucho más. Descansa en paz, amigo”.

Hubo otra especie de in memoriam posterior, el homenaje a Quincy Jones que presentaron las actrices, presentadoras, amigas y antiguas compañeras en El color púrpura Whoopi Goldberg y Oprah Winfrey, e interpretado por Queen Latifah, que Colman Domingo, Ariana Grande y Cynthia Erivo bailaron sin parar. Probablemente, eran parte del grupo que sabía (aunque, ¿quién sabía nada?) que no iban a ganar. Y esos son siempre los que mejor se lo pasan.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.
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