Yander Zamora: “Al hacer una foto, mejor olvidar el dinero”

A veces los instantes que cambian una vida se pueden fijar en el tiempo y el espacio, como si fueran una fotografía. A Yander Zamora (Santiago de Cuba, 1981), el instante que cambió su vida le pilló con la cámara en la mano. Y lo capturó.

“Si he de ser sincero, al principio me sentí desdichado”, confiesa. “Obama pisaba suelo cubano y en realidad yo no estaba ahí. Estaba dando vueltas por las calles”. La agencia Reuters había repartido el trabajo de ese día, y a Yander, colaborador, le había tocado un trabajo periférico. Ese día era el 20 de marzo de 2016 y había tardado 88 años en llegar. Un presidente de Estados Unidos volvía a pisar suelo cubano, y “toda la gente del staff de Reuters se moría por hacer la foto de Obama saliendo del avión”. A él le tocó hacer una foto del avión acercándose a tierra, desde las calles de La Habana.

“Llevaba tres horas buscando el ángulo, viendo aviones aterrizar. Busqué por los alrededores una valla, un cartel que indicara que aquello era Cuba, pero no había nada. Entonces, ese carro azul aparcó delante de mí y me di cuenta de que no hacía falta indicativo ninguno: aquello era Cuba”. Y apareció el avión. Cosas que a veces pasan cuando uno va dando vueltas por las calles.

“Acelera, creo que tengo algo que vale la pena”, le dijo al motorista que Reuters contrata para mover a los fotógrafos por La Habana. En ese momento, se puso a llover. “A la desesperada, pensé en enviar la foto desde el wifi del aeropuerto, pero el motorista se desvió dos minutos, no sé cómo cambió la moto por un coche, y pudimos llegar a la oficina de Reuters”.

En el tiempo que pasó entre que Yander dejó sus fotos en la oficina y se movió a la zona de prensa donde esperaban el resto de periodistas (“que estaba al lado”) ocurrió el milagro. “Cuando llegué, ya todas las pantallas reproducían mi foto”. Desde entonces hasta hoy, todo ha ido muy rápido. El pasado lunes recogió de manos de Felipe VI el premio Rey de España por su foto, en la que es su primera visita a Europa.

“Pero en Cuba están pasando tantas cosas que, a la vez, pienso que me estoy perdiendo fotos allí”. Todo lo mira, todo lo captan sus ojos. Aunque pierda fotos en Cuba, asegura que se llevará un buen puñado de instantáneas de Europa. La vida a veces hace caso a Jean de la Fontaine en eso de que, de vez encuando, encontramos nuestro destino en caminos que parecen esquivarlo.