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La pantalla cuir

Para celebrar el mes del orgullo gay, FilminLatino nos recomienda 10 películas de cine LGBTTTI

Fotograma de 'El lugar sin límites'.
Fotograma de 'El lugar sin límites'.

Hay una frase que siempre ronda mi mente cuando pienso en lo que significa hacer películas con personajes LGBTTTI en México, aquélla que un alto funcionario cinematográfico profirió cuando queríamos que nos apoyara para terminar Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor, nuestra primera película: “El estado no tiene por qué apoyar películas de maricones.” La rabia que sentí entonces –corría el inicio de este siglo– sólo ha menguado ante la creciente producción de largos y cortometrajes que han hecho de la diversidad sexual el eje de su mirada.

Con una tradición que se remonta al primer cine sonoro donde Manuel Tamés interpretó a Don Pedrito, el vecino chismoso y feminoide de La casa del ogro (Fernando de Fuentes, 1938), la representación del personaje homosexual en las pantallas ha pasado, sobre todo, por el escarnecimiento feroz hacia el modisto o estilista amanerado, el mesero metiche del cabaret o el ridículo travesti que debe fingirse señora o asumirse como prostituta; todos ellos pretextos cómicos más que caracteres complejos, generadores de equívocos sexuales y albures antes que encarnaciones realistas de otra opción sexual.

Por supuesto hay excepciones, retratos fidedignos de realidades insospechadas como la tragedia perfecta que Arturo Ripstein se propuso realizar con El lugar sin límites (1977), obra mayor del cine latinoamericano, que tiene a La Manuela, el travesti que comanda un burdel pueblerino, como inolvidable protagonista, y que incluye el primer beso entre dos hombres en las pantallas nacionales y el primer premio en el Festival de San Sebastián para su realizador. Otra rara avis entre los directores: Jaime Humberto Hermosillo, avanzando película a película, desde los años 70, en la afirmación de nuevas identidades sexuales –para el cine– a pesar de la censura y los boicots institucionales.

En lo que va del siglo, diversos cineastas han decidido cuestionar la estereotipia en el retrato de una realidad indemostrable por el cine. Tal vez el caso más representativo sea el de Julián Hernández (Mil nubes de paz…, El cielo dividido, Rabioso sol, rabioso cielo), cuya construcción de relatos, profundamente locales, acerca de jóvenes homosexuales citadinos, ha trascendido internacionalmente por no mostrar de manera culposa su sexualidad y, sobre todo, por el rigor absoluto de su propuesta formal. Su ópera prima fue seleccionada para participar en la Berlinale de 2003, donde además ganó su primer Teddy Award, acaso el premio más importante para el cine de esta temática, lo cual abrió las puertas a un sinnúmero de cineastas mexicanos contemporáneos, apoyados muchas veces por el estado, han realizado obras notables desde el campo de la ficción (Nesio, Carmín tropical), el documental (Morir de pie) y el cortometraje que han rebasado la etiqueta de cine queer, o cine gay, para llegar a audiencias tan diversas como sus propuestas.

El país ha cambiado, la homofobia institucional también y el cine ha acompañado avances legislativos como las leyes en contra de la discriminación o la aceptación del matrimonio igualitario entre parejas del mismo sexo. Sin embargo, la radicalización de la homofobia que puede leerse en los atentados recientes (Xalapa, Orlando), y sus secuelas mediáticas, sólo confirma la necesidad de que ese “amor que no se atreve a decir su nombre” continúe reclamando su espacio en la nueva democracia audiovisual de la red, y de plataformas digitales como FilminLatino, donde valdría la pena asomarse a revisar estas películas que hacen política a través de la sensualidad.

Aquí algunas películas sobre el cine LGBTTTI que puedes encontrar en FilminLatino:

Carmín tropical, de Rigoberto Perezcano (México, 2014)

Obediencia perfecta, de Luis Urquiza (México, 2014)

Morir de pie, de Jacaranda Correa (México, 2010)

Agnus Dei, cordero de Dios, de Alejandra Sánchez (México, 2011)

Rabioso sol, rabioso cielo, de Julián Hernández (México, 2009)

Nesio, de Alan Coton (México, 2008)

Quebranto, de Roberto Fiesco (México, 2013)

Blattangelus, de Araceli Santana (México, 2009)

El lugar sin límites, de Arturo Ripstein (México, 1977)

Todos están muertos, de Beatriz Sanchís (México-España- Alemania, 2014)

Roberto Fiesco es productor de cine y director ganador del Ariel por el cortometraje 'Trémulo'.

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