‘La larga noche de Francisco Sanctis’, de Buenos Aires a Cannes
El film de Andrea Testa y Francisco Cortéz se estrenó en el Bafici y agotó todos los tickets
A los directores de 'La larga noche de Francisco Sanctis' la alegría no les entra en el cuerpo. A poco de ser confirmados en la competencia internacional del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), les llegó un correo comunicándole que la película había sido elegida para integrar la selección oficial del Festival de Cannes. Todas las emociones se juntaron en el estreno de este viernes, al que asistió la viuda del escritor Humberto Cacho Constantini (1924-1987), autor de una novela homónima publicada en 1984 que inspiró el guión. EL PAIS conversó con Andrea Testa (Buenos Aires, 1987) y Francisco Márquez (Buenos Aires, 1981), los realizadores.
“Esto es un reconocimiento muy grande para nosotros, pero entendemos que la película sigue siendo lo que era antes de entrar a Cannes. Nos sentimos orgullosos porque trabajamos un montón y es una película hecha a pulmón. La producimos nosotros y mandamos el blueray como lo hace cualquiera al INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales )”, reflexionó Francisco.
“Estábamos con ganas de ver la película acá en el Bafici”, reconoció Andrea, “cuando recibimos la noticia de que participábamos en la competencia internacional de este festival, también se nos abrió un mundo. No nos da el cuerpo de tanta emoción y la expectativa se multiplicó exponencialmente. Sentimos una mezcla de ansiedad, alegría y miedos porque la exposición es muy grande”.
El tal Francisco Sanctis (interpretado por Diego Velázquez) es un empleado administrativo de clase media al cual la última dictadura militar (1976-1983) le pasa por al lado. Un día recibe un llamado de una vieja compañera del colegio y se encuentran. Así llega a sus manos un papel con el nombre de 2 personas que tienen por destino ser detenidas y desaparecidas esa misma noche. El conflicto interno que se genera en Sanctis es la trama del film.
Pregunta. ¿Cómo conocieron la historia?
Respuesta. Al autor lo conocíamos desde que publicábamos un fanzine y llegamos a una poesía suya que se llama “Yankees hijos de puta”. Años más tarde un librero de la feria de Parque Centenario (similar a la cuesta de Moyano, en Madrid) nos dijo ‘llévense esta novela que no se van a arrepentir’. Y no se equivocó. Ambos la leímos y dijimos que había que filmarla, por eso la co dirigimos. Fue un encuentro casual y es por eso que ese libro tiene un gran valor emocional.
Andrea y Francisco se conocieron estudiando la carrera de dirección de cine en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) y se convirtieron en compañeros, socios y padres de Sofía, una niña de 2 meses.
P. ¿De que manera piensan el cine?
R. Tratamos de pensar el cine como una herramienta política, no en el sentido estricto o militante, sino como una herramienta para construir sentido común, interpelarnos y pensarnos a nosotros mismos. No buscamos bajar un mensaje al público sino una reflexión. (Fernando).
P. El personaje de Francisco Sanctis es indiferente a la situación política del país ¿Es el momento de discutir la participación civil en la dictadura?
R. Sería el momento si no estuviésemos en una situación con gente que parece que quiere volver atrás. Declaraciones, incluso, del mismo Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que plantean que el tema de los 30.000 desaparecidos se arregló arriba de una mesa para cobrar subsidios o que apoyan la teoría de los dos demonios, algo que pensábamos que ya estaba superado. Creemos que las llamadas mayorías silenciosas, ese sector pasivo que decía no saber nada, permitió que la dictadura se consolide. No buscamos juzgar a nadie porque no vivimos esa época, pero queremos llevar esta reflexión. (Francisco).
No lo vivimos pero nos sigue constituyendo. También creo que el conflicto del personaje es muy actual y nos posiciona a nosotros como individuos en una sociedad. Es una reflexión sobre como nos relacionamos con las vidas de los otros que no son iguales a las nuestras, de clase media, que si tenemos una casa, una cama y una comida para comer. (Andrea).
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