Del motocarro al hogar
Parábola de moral social, apela al retrato de una mujer honesta a la que todos tientan
Como Plácido Alonso con la letra de su motocarro en la obra maestra de Luis García Berlanga, la protagonista de La lección es pura honestidad. Está rodeada de corrupción, de mala educación, de ladrones de baja estofa, de criminales en potencia, de falsa caridad, de una sociedad (allí, la española; aquí, la búlgara) demasiado acostumbrada a la sumisión y al mangoneo. Ella sólo quiere cumplir con un pago para no perder su vivienda, para enmendar el error de un marido memo, sin rebajarse, con la cabeza alta, con tranquilidad, cumpliendo la ley, con el decoro y con su propia voluntad. Pero la contienda, expuesta con aguerrida convicción por los noveles Kristina Grozeva y Petar Valchanov, ganadores en el Festival de San Sebastián del Premio Kutxa a los mejores Nuevos Directores, es un campo minado de reglamentaciones, plazos, horarios, sinsentidos y vaguería.
LA LECCIÓN
Dirección: Kristina Grozeva, Petar Valchanov.
Intérpretes: Margita Gosheva, Ivan Burnev, Ivanka Bratoeva, Ivan Savov.
Género: drama. Bulgaria, 2014.
Duración: 105 minutos
Parábola de moral social, con ligerísimos toques de humor negro y puesta en escena en la órbita de ese cine seguidor de los hermanos Dardenne, cámara ágil a un palmo del cogote de sus criaturas, La lección apela al retrato de una mujer honesta a la que todos tientan con rebasar la línea de la virtud. Pero, como en alguna película semejante del Nuevo Cine Rumano, lo esencial de la historia pulula alrededor de esta ejemplar maestra de escuela: en las microhistorias de una sociedad marcada por la ineptitud, la corrupción y la crueldad, lo que convierte a su heroína en una especie de hermana ética en el cine de autor europeo del Abel Morales de El año más violento.
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