Jorge Polaco, cineasta de la provocación y lo grotesco

Jorge Polaco, director y guionista de cine de culto de Argentina, murió el pasado 20 de febrero de un paro cardiorrespiratorio a los 67 años en Buenos Aires, la misma ciudad que lo había visto nacer. En sus películas mezcló la provocación, lo grotesco, la crítica a las instituciones, la búsqueda de la belleza en la fealdad y lo repulsivo, el cuidado estético, el desorden narrativo y de personajes, casi siempre marginales de la sociedad, los temas de la vejez y el deterioro del cuerpo, el erotismo y la soledad. El mediometraje inaugural de su carrera, Margotita (1983), su primer largometraje, Diapasón (1986), y otros como En el nombre del hijo (1987) y Viaje por el cuerpo (2000) han ganado premios en ciertos festivales de Europa, donde tal vez logró más reconocimiento que en su país. En Argentina, en cambio, es más recordado quizá por la censura que sufrió una de sus películas, Kindergarten, en 1989, seis años después del regreso de la democracia a estas tierras.

Polaco había nacido el 20 de noviembre de 1946. Obtuvo la licenciatura en Letras de la Universidad de Buenos Aires, pero de joven trabajó como decorador de escaparates en la calle peatonal Florida, de la capital argentina. Después viajó a Francia a formarse en los seminarios de psicología de Jacques Lacan. Debutó en el cine el mismo año en que terminó la última dictadura militar de su país (1976-1983). En Margotita aparece su actriz fetiche, Margot Moreyra, protagonista de otros filmes suyos como Diapasón y En el nombre del hijo. Aquellas primeras obras hicieron de Polaco un cineasta de culto que provocaba tanta admiración como rechazo absoluto.

Pero su popularidad llegaría con Kindergarten, basado en un libro del artista argentino Asher Benatar y protagonizada por Arturo Puig, Graciela Borges y Luisa Vehil. Antes de que pudiese ser estrenada, un abogado conservador consiguió que un juez prohibiera su exhibición por “inmoralidad, corrupción de menores, exhibiciones obscenas y ultraje al pudor”. La película permaneció ocho años censurada y, cuando la justicia acabó habilitando su proyección, en un extraño episodio desaparecieron todas las copias. Pero en 2010 se encontró una de ellas, en perfecto estado, en la cinemateca de Granada. Así fue que ese año se pudo estrenar el filme en el Festival de Mar del Plata, el principal de Argentina, aunque nunca se vio en salas comerciales.

La película narra la historia de un matrimonio que tiene un parvulario. La polémica se desató porque hay escenas con los niños corriendo desnudos y porque la protagonista se baña sin ropa con uno, sugiere un intento de abuso y tiene sexo con su marido a escondidas en el cumpleaños de un alumno. Su exhibición en el festival marplatense no despertó ninguna polémica, sino la curiosidad por los 21 años de espera hasta su estreno. “Las miradas maquiavélicas muy fácilmente tergiversan las obras y luego las condenan. Como siempre, el poder del deseo y del inconsciente es muy temido”, dijo Polaco.

Este cineasta argentino definió su obra como “absolutamente social, que no decora, no trepa, no resiente de su anarquismo y para colmo tiene opinión propia”. En 1992 adaptó la novela Siempre es difícil volver a casa, del escritor argentino Antonio Dal Masetto, con la actuación del trío cómico Midachi, uno de cuyos miembros, Miguel del Sel, acabó convirtiéndose en diputado de un partido conservador. En 1996 rodó La dama regresa, que significó la vuelta al cine del icono sexual kitsch de Argentina en los sesenta y setenta Isabel Sarli. También fue el autor de los cortos El milagro (2001) y A Berta Singerman (2007), de una de las Historias de Argentina en vivo (2001) y de Arroz con leche (2008) y Príncipe azul (2013), que estrenó pese a que estaba ya muy enfermo de mal de Parkinson.