Un mojito para la #503, por favor
La hostelería de nuevo cuño integra las redes sociales en su oferta
¿Eres adicto al Twitter? Este es el sitio ideal para ti. Este es el reclamo para los turistas digitalizados de un hotel de Mallorca que se ha subido a la cresta de la ola 2.0. Literalmente, porque en las piscinas del complejo Sol Wave House de Magaluf se reproducen los movimientos del mar cercano y todo el recinto está regido por una marea de mensajes en 140 caracteres.
Aunque con el brillo del sol o de la arena de la playa no se vean bien las letras e imágenes de las ventanas de móviles y tabletas, los tuiteros recalcitrantes van a lo suyo, no dejan de teclear. Y el hotel aprovecha este enganche. El tuit el medio absoluto de comunicación. Ya en el frontal de la recepción te saluda un hashtag (#SocialWave) dando la bienvenida a “una experiencia twitter total”, y sigue la seducción digital en los mensajes en las paredes de las habitaciones. Chuches, globos, iconos que remiten a figuras de la red comunitaria y hasta bigotes para incentivar el envío de fotos con caras de guasa. También se pueden mandar besos y corazones virtuales.
¿Necesitas llenar el minibar? Envías el encargo mediante el hashtag #FillMyFridge. ¿Quieres saber si hay gente de tu país chapoteando en la piscina o tostándose al sol en las hamacas de tipo balinés? Pues lanzas otra etiqueta con la nacionalidad que quieras. ¿Le has echado el ojo a alguien? Pides que te manden una botella de champán y unas copas o un cóctel: “Mojito para la #Balibed5, por favor”. En la conserjería prometen garantizar, a golpe de tuit, la marcha durante todo el día, y si te alojas en una #PartySuite, donde caben cuatro personas, tienes atención exclusiva y descuentos en bares, restaurantes y toda la zona de ocio (plataformas para fiestas y conciertos). En el #TweetPoolParty hay marcha continua. “No debes temer por tu seguridad”, advierten en Sol Wave House, porque cada cliente inicia sesión en Twitter con una aplicación web especial disponible sólo a través del wifi del hotel. Así que las públicas intimidades de los huéspedes de esta red social privada quedan en las habitaciones, en la piscina o en las hamacas, donde parece ser que hay más tráfico de mensajes.
Un hotel de Mallorca es el primer especializado en twitter
“Fusionamos lo real con lo virtual y conectamos todas las personas que se encuentran en el hotel. Es una comunidad para conocer gente, interactuar, divertirse, concursar, ligar y mucho más…”. Este es el experimento, el remate renovador de la segunda generación (que apuesta por lo digital) de la familia Escarrer, que con su negocio Meliá Hotels International explota 350 propiedades en todo el mundo.
Los responsables de @SolWaveHouse, integrado en la cadena Meliá, presumen de ser el primer tuithotel del mundo y así ha sido saludado por la prensa internacional, como internacional que es la turística Mallorca. Para esa clientela joven y con ganas de juerga para quien el uso de teléfonos inteligentes forma parte normal de sus vidas está pensado este hotel. La franja de público entre los 18 y los 29 años es la más adicta al tuiteo (según una reciente investigación en Estados Unidos del Pew Research Center sobre el uso de Internet). Y cada año suben en el mundo más de un 50% los conectados a teléfonos y tabletas inteligentes. Es, por tanto, una apetitosa diana de mercado para los hosteleros. “A esa generación tuitera les damos un cubito de arena para jugar”, ha ironizado en The International Herald Tribune el vicepresidente de estrategia internacional de Meliá.
Además de este hotel de la ola tuitera en Palma de Mallorca, hay otras zonas en Baleares sumidas en mutación turística y digital. En Ibiza la familia hotelera Matutes se reinventa, con música, tecnología y redes para transmisiones en directo (en streaming). Y en el Ushuaia Ibiza Beach Hotel (propiedad del grupo Palladium) un lujo añadido es que los huéspedes solo tienen que pasar el dedo por los sensores que se encuentran allí para actualizar al instante su Facebook.
Como contrapunto al paraíso en Baleares para tuiteros adictos, hay hoteles que centran sus estancias en la “desintoxicación digital”. El Renaissence de Pittsburg (suroeste de Estados Unidos) lo hace y también en sus propiedades caribeñas y mexicanas. Los resorts en el Caribe de Marriott han optado asimismo por un mundo sin teléfono móvil. La misma atmósfera de paz digital se propicia en Irlanda, en el Westin de Dublin y en el Lake Placid Lodge del Estado de Nueva York. Como fórmula media, entre los viñedos de Ribera del Duero, los huéspedes del lujoso Abadía Retuerta Le Domaine se comunican con su mayordomo particular mediante un teléfono privado. Lo de llamar a recepción con el teléfono de la mesilla será viejuno dentro de nada.
Babelia
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