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EL SILLÓN DE OREJAS
Tribuna
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¿De qué sima te yergues, sombra negra?

Manuel Rodríguez Rivero
Max.

Viendo por la tele las pequeñas salvajadas (“fortuitas”) infligidas por las fuerzas de orden dependientes del conseller Felip Puig (CiU) a un niño de 13 años y a una muchacha que les recriminaba su violencia, recordé la frase con que el personaje Borges retrataba (en El Aleph) al prolijo Carlos Argentino Daneri, primo de su adorada Beatriz Elena Viterbo: “Es autoritario, pero también ineficaz”. Esta gente: los Puig y las Cifuentes, por meter en el mismo saco a la estrafalaria delegada del Gobierno en Madrid (que últimamente protagoniza tantas de mis pesadillas), hacen con su autoritaria ineficacia mucho más por la continuidad y extensión de las protestas en la calle que la propia indignación de los ciudadanos humillados, ofendidos, recortados y empobrecidos. Supongo que a algunos ya les habrán convencido de que lo último que deben hacer cuando hay convocada manifa es acudir sin casco protector (en Internet se encuentran de plástico duro y de apropiado color rojo por menos de siete euros). Me permito recordarles, por si alguno de mis improbables lo hubiera olvidado (yo no), que el honorable Puig estrenó su cargo prometiendo “tensar la ley hasta allí donde esté permitido y un poco más”, algo que suena a divisa posfranquista estampada en su escudo de familia ideológico, y por lo que se hace acreedor del mismo epíteto que le dirigió Salman Rushdie a John Le Carré en el momento más crítico de su relación: pompous ass (expresado en catalán: cul pompós). Y les recuerdo también que, desde sus primeras actuaciones como responsable de la represión de indignats, ha dado suficientes muestras de su concepto de democracia. Que en Cataluña no se organicen a diario manifestaciones frente a su despacho exigiendo no ya su dimisión, sino su inmediato exilio perpetuo en Adrianópolis (hoy Edirne), donde falleció mi héroe Roger de Flor, me resulta otro de los insondables misterios de esta época cruel y resignada que nada hubiera gustado al cronista Ramón Muntaner, aquel que solía dirigirse a sus lectores nada improbables con la pregunta cómplice de qué us diré? Si por Puig fuera (“¿De qué sima te yergues, sombra negra?”, se preguntaba Dámaso Alonso en un célebre poema sobre la injusticia incluido en Hijos de la ira), los mossos, imponentemente disfrazados de ninjas (con el chaleco protector ocultando estratégicamente su placa de identificación), adoptarían más decididamente los métodos empleados por aquellos grises que zumbaban inclemente badana a los nacionalistas catalanes, durante lo que Giuliana di Febo y Santos Juliá han llamado “crisis del régimen (1969-1975)” en la estupenda síntesis (186 páginas) El franquismo, una introducción (Crítica). Una opinión, solvente y afortunadamente discutible, acerca de lo que debería ser una democracia moderna la encontrarán en Democracia, un breve ensayo (102 páginas) del magistrado italiano Gherardo Colombo, publicado por la editorial argentino-española Adriana Hidalgo. Por lo demás, y si quieren hacerse una idea de algunas de las posiciones más radicales en el rearme ideológico de la izquierda, Errata Naturae acaba de publicar Pensar desde la izquierda. Mapa del pensamiento crítico para un tiempo en crisis, un sugerente reader en el que colaboran Agamben, Rancière, Badiou, Zizek, Negri, Hardt, Bensaïd y otras moscas (teóricas) cojoneras.

Regalos

Los franceses prefieren regalar en primer lugar libros, y en segundo, chocolate

Según datos hallados en mis cyberflâneries, el gasto medio de las familias europeas en las próximas fiestas navideñas ascenderá a 591 euros, un descenso del 0,7% respecto al año pasado. En Francia, esa cantidad aumenta hasta los 639 eurazos, y en Grecia desciende hasta los 407 eurillos. Adivinen de quién estamos más lejos. En todo caso, lo que parece desprenderse de un estudio publicado por Deloitte acerca de las intenciones de compra para las entrañables fiestas es que en Europa la gente se va a decantar por hacer regalos que sean en primer lugar “útiles” y, en segundo, “baratos”. Supongo que no hace falta exhibir un cociente intelectual como el de Martha Nussbaum para colegir que el libro responde bastante bien a las dos exigencias. En general, y a pesar de todo, en cuestión de precios supera con ventaja a otros tradicionales regalos navideños, como las fragancias, las corbatas, las zapatillas para estar por casa y hasta la lencería erótica y coquetona de tonos grises y sombras de Grey. En cuanto a la utilidad, en fin: ya sabemos que un libro no ayuda necesariamente a triunfar, pero sí a entender (incluso al señor Guindos) y a disfrutar. Los franceses, que son (por ahora) nuestros vecinos más ricos, prefieren regalar en primer lugar libros, y en segundo, chocolate. En cuanto a los regalos más deseados por los franceses, el primer lugar lo ocupa el “dinero” (ya ven: qué asco), y el segundo (¡sorpresa!), los libros. Me refiero, claro, a los de toda la vida. Todo esto viene a que ya falta menos de una semana para que en nuestras librerías se concentren todas las “apuestas” de los editores. Y las hay para todos los gustos y (casi) todos los bolsillos. También, claro, para los que (aún) los tienen bien repletos, como esa edición mundial “de coleccionista” limitada a 845 ejemplares (a 750 euros) de la obra Bondage, del fotógrafo Nobuyoshi Araki, que acaba de publicar Taschen (what else?, como se dice en el célebre anuncio de George Clooney), aprovechando oportunamente la pasión por las ataduras y el sadomaso desencadenada por la trilogía de E. L. James. Araki, que siempre mostró un singular interés por el llamado kinbaku-bi —es decir, “la belleza de atar apretado”—, reúne en este libro a algunas modelos más o menos anónimas atadísimas y con cara de experimentar el éxtasis místico, como si en el bondage y la fingida humillación hubieran encontrado la esencia de la verdad (si quieren ver gratis una pequeña muestra, consulten la página de la editorial). Quién se lo iba a decir a Simone de Beauvoir, pongo por caso. Qué tiempos.

Instrumentos

Camarón, cabia, bláncamo, mendol, guindola, lezna, malanga, morronga, pisajo, barquillo. Lo que acaban de leer (si es que alguien está ahí) no son los nombres de crustáceos caribeños, sino algunas de las denominaciones que recibe en Cuba el órgano sexual masculino, es decir, y para que lo entiendan: el bejuco, la chorra, el cuero, el espolón, la tubería, la yuca, el ñame, la pinga, entre otros muchos términos (he contado 46, pero no recuerdo que Lezama Lima utilizara ninguno). Por cierto que, en un alarde de discriminación terminológica y sexual, el Compendio ilustrado y azaroso de todo lo que siempre quiso saber sobre la lengua castellana (Debate), compuesto por la meritoria Fundación del Español Urgente, no hace referencia alguna a los nombres que recibe en cualquier república iberoamericana el menos exhibicionista órgano sexual femenino. En todo caso, en el librito encontrarán otras muchas y muy interesantes cosas referentes a nuestra a menudo baqueteada lengua. Un buen regalo navideño para entretenerse y aprender a utilizar cabalmente el mejor instrumento de conocimiento de que disponemos. Y solo por 14,90 eurillos de nada.

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