Fallece el escritor argentino Horacio Vázquez-Rial
El escritor ha muerto esta madrugada debido a un cáncer de pulmón Tenía 65 años y fue autor, entre otras obras, de 'Frontera Sur'
“No, no tengo miedo a la muerte. Ninguno. Soy agnóstico (…) pero he vivido según la norma pascaliana “como si Dios existiera”. Pocas frases pueden resumir mejor la personalidad del escritor argentino Horacio Vázquez-Rial. La escribió hace apenas 13 meses, conocedor de un cáncer de pulmón inevitable tras fumar 40 cigarrillos diarios durante 50 años, como su admirado Marcello Mastroianni. Ese cáncer es el que se lo llevó la madrugada del jueves, a los 65 años, en su domicilio de Madrid, acompañado de sus dos hijas, Aitana y Livia. El viernes será enterrado en el cementerio de La Almudena.
Era frecuente en la narrativa de Vázquez-Rial encontrar a personajes que vuelven a empezar en sus vidas. Ese leit motiv no era estrictamente literario. Refleja bastante su propia biografía. Militante trotskista en su juventud, tuvo que huir de Buenos Aires, donde había nacido en 1947, huyendo del temible grupo ultraderechista Triple A. Él solía entonces ir armado y “dispuesto a disparar”, más que para matar al contrincante para eludir la temible tortura si caía en manos de los grupos terroristas. Tardaría más de dos años en volver a asomarse a su país.
Aterrizó en Barcelona en 1974, donde residiría muchos años y consolidaría una carrera literaria que había arrancado de joven, con la casi inevitable poesía, reflejada en Juegos del archipiélago (1965). Pero no sería su género mayor: su voracidad intelectual, traducida inmediatamente en estudios tan diversos como los de medicina, sociología, historia y geografía humana (de la que se doctoró en Barcelona), lo llevarían a conrear tanto la narrativa como el ensayo y ejercer de historiador y periodista.
Su eclosión como escritor se produjo en la década de los 80, donde aparecieron títulos que le dejaron a las puertas de grandes galardones, como Historia del Triste, (finalista del premio Nadal 1986) o La reina de oros (finalista del Plaza & Janés de novela 1989). Tuvo que esperar casi dos décadas para llevarse reconocimientos como el Fernando Quiñones por La capital del olvido (2004, y donde usa el género negro para revisitar sus recuerdos sobre los negros años de la dictadura argentina) o el La otra orilla gracias a El camino del norte (2006). Hasta sumar casi una veintena de obras en este campo, durante su trayectoria dio títulos tan significativos como Frontera sur (1994, que Gerardo Herrero llevó al cine en 1998 y cuya banda sonora acompaña su página web: vazquezrial.com), El soldado de porcelana (1997), Las leyes del pasado (2000) y Las dos muertes de Gardel (2001), entre otros.
La inquietud política que le marcó de juventud nunca le abandonó, pero con los años mudó notablemente, pasando a defender actitudes mucho más conservadoras, que se acentuaron tras el atentado del 11-S y que se tradujeron en su producción ensayística, una decena de títulos donde, amén de biografías sobre su Buenos Aires natal, o sobre Perón y la argentinidad, empezaron a aflorar títulos como La izquierda reaccionaria o Por qué dejé de ser de izquierdas. Las acusaba de dar “respuestas tan ridículas como inadecuadas, de l tipo multiculturalismo, la política de masas o el pérfido imperialismo” a los problema actuales.
En un paso más en esa evolución política, Vázquez–Rial estuvo entre los fundadores del partido Ciutadans de Catalunya y firmó el manifiesto que dio pie al Partido de la Ciudadanía. Desde 2005, en el contexto de sus colaboraciones periodísticas de casi un cuarto de siglo en las principales cabeceras españolas, tenía una columna en el diario electrónico Libertad Digital.
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