Rajoy, foto y promesas sobre el Códice Calixtino

El Códice Calixtino está de vuelta en la catedral tras permanecer durante un año entero en ese garaje de las afueras de Santiago, adonde presuntamente lo llevó el exelectricista de la catedral, Manuel Fernández, cuando se apropió de él. La entrega se ha realizado esta mañana en el Pazo de Xelmírez. Ha sido Ramón Izquierdo, el director del museo del templo, con sus guantes de látex blancos tal y como exige el protocolo quien se lo ha puesto en las manos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien se lo ha entregado al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, con la clase dirigente gallega y la sociedad civil como testigos. La presentadora del acto aclaró que también estaba presente el juez que instruye el caso, José Antonio Vázquez Taín. El primer libro de viajes conocido, la joya que faltó hace ahora un año se custodiará en el archivo de la catedral, a la espera de ser exhibido al público, con medidas de seguridad reforzadas.

La clase dirigente gallega y la sociedad civil han sido testigos del acto de entrega

El propio presidente Rajoy ha pedido aprender de este suceso y ha anunciado que su Gobierno firmará un convenio con el Arzobispo de Santiago para “establecer un sistema de protección de los bienes del patrimonio artístico”. También ha ofrecido la colaboración Arzobispado para que el Instituto de Patrimonio histórico español "especializado en la restauración de bienes todo tipo para hacer un chequeo del estado del Códice después del año almacenado en deficientes condiciones”.

El propio arzobispo que intervino en el acto antes que Rajoy comprometió que la Iglesia no ahorrará “esfuerzo alguno” para solventar la deficiente custodia que puso de manifiesto la desaparición del Códice, que al parecer fue hallado cuando los agentes buscaban una maleta con 600.000 euros, robada de la catedral. Sin citar en ningún momento al exelectricista de la catedral, a quien el juez le imputa media docena de delitos y el robo de 1,8 millones de euros durante 25 años en la catedral, Julián Barrió admitió “la turbación y el desasosiego” que generó en las autoridades eclesiásticas el robo hace ahora un año. "No sería bueno desconfiar por principio aunque la confianza se vea herida. Hay que aprovechar el agua después de los nubarrones para recuperar nuestra confianza en un templo como este”, aseguró. Barrio al igual que Rajoy agradeció el trabajo de los agentes policiales, algunos de ellos presentes en el acto, del juez José Antonio Vázquez Taín y del fiscal Antonio Roma, ambos en primera fila, para recuperar “un referente sin igual de las peregrinaciones europeas”. También lo hizo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien recordó que con la desaparición del texto medieval se había perdido “la partida de nacimiento de la Galicia europea”.

El arzobispo recuerda "la turbación y el desasosiego” que generó el robo

El acto se celebró en la sala sinodal del Pazo de Xelmírez, contiguo a la catedral y completó el aforo de representantes políticos, eclesiásticos y de eso que se ha dado en llamar sociedad civil. A un lado los mandos de la policía encabezados por el jefe superior de Galicia. Al otro media docena de canónigos. Y en primera línea, el rector de la Universidad de Santiago, Juan Casares Long, el presidente del Consello da Cultura galega, Ramón Villares, el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, dos conselleiros más del Gobierno gallego, y la presidenta del Parlamento Pilar Rojo, el alcalde de Santiago, Ángel Currás y el presidente de la Diputación de A Coruña, Diego Calvo. Entre todos formaron el largo pasillo que sobre las diez y media de la mañana atravesaron el presidente Mariano Rajoy, junto al de la Xunta y el arzobispo, antes de descubrir el tapiz que cubría el tesoro literario y celebrar su recuperación retransmitida en directo por la televisión pública.