"Gracias por dejarme agarrar a la vida"
José Tomás sale del hospital para recuperarse en su casa de Aguascalientes - Los médicos mexicanos pronostican que estará "tres o cuatro meses" sin torear
Flaco pero con buen semblante, en silla de ruedas pero sin gestos de postración, José Tomás dejó ayer atrás a Navegante, el toro que le partió la femoral el sábado 24 de abril. Y, al salir del hospital Miguel Hidalgo, en donde permaneció ingresado una semana, agradeció a todos los que participaron en su recuperación y en particular a quienes desde el ruedo mismo de la Monumental de esta ciudad le auxiliaron tras el percance. "Soy consciente de que hoy estoy aquí gracias a esas manos tan oportunas que en el ruedo taponaron mi herida, al equipo médico que me atendió con decisión y profesionalidad desde el primer momento, a los doctores Alfredo Ruiz (cirujano) y Juan Carlos Ramírez (cardiólogo), sin ellos no me hubiera podido agarrar a la vida con la fuerza que me agarré, y por supuesto a la Virgen de Guadalupe", dijo ayer el diestro a las puertas del hospital con unos folios en la mano.
José Tomás no toreará más este año
José Tomás no toreará más esta temporada. Según ha anunciado en un comunicado, el diestro sufre un déficit neurológico y motor como consecuencia de la cornada que recibió en Aguascalientes (México), el pasado 24 de abril, de pronóstico muy grave, y que estuvo a punto de costarle la vida. La fecha prevista de reaparición era el 18 de julio en Barcelona. El diestro de Galapagar ha decidido atender a las órdenes de los doctores que le tratan y no toreará hasta la temporada 2011.
El parte, firmado por el doctor, Rogelio Pérez, su médico de confianza, indica: "Tras la valoración clínica, estudios de imagen y electrofisiológicos, el miembro inferior izquierdo presenta un déficit neurológico y motor cuya recuperación en el tiempo se estima que sea lo suficientemente prolongada como para aconsejar la interrupción de la temporada taurina 2010".
En toda la temporada, José Tomás ha toreado cuatro corridas en España: Olivenza (Badajoz), Castellón, la inauguración de la plaza Arnedo (La Rioja), y el Domingo de Resurrección en Málaga. En lo que va de temporada, ha perdido sus compromisos en Jerez, Nimes (Francia), Bilbao, Córdoba y las tardes del día 3 y 12 de junio en Madrid.
El torero de Galapagar estaba anunciado en las plazas de Granada, León, Badajoz, Barcelona (fecha prevista para su reaparición el 18 de julio), Mont de Marsan, Santander, Huelva, Gijón, San Sebastián, Málaga, Almería, Linares, Valladolid, Salamanca y Murcia.
La silla de ruedas del matador era empujada por su médico, el doctor Rogelio Pérez Cano, "mi ángel de la guarda", según lo describió ayer José Tomás. El torero esperó unos segundos a que el enjambre de fotógrafos y cámaras se acomodaran antes de declararse mexicano. "Hace unos días decía, aquí mismo en Aguascalientes, que en esta tierra me hice torero, aquí recibí mi primera cornada grave, desde entonces llevo sangre mexicana en mis venas, me siento mexicano de adopción, este discurso ha sido superado por los últimos acontecimientos. Ayer, México, mezclé mi sangre, toda mi sangre con tu tierra, ayer recibí la sangre de tu pueblo, no se puede uno sentir más agradecido y más mexicano".
La propinada por Navegante es la cuarta cornada de José Tomás que le toca curar al doctor Enrique González Careaga, parte del cuerpo médico taurino de esta ciudad. Estuvo la tarde del 22 mayo de 1994, su bautizo de sangre, también en la pierna izquierda. Lo recibió luego de que lo empitonaran en una pierna, en la Nuevo Progreso de Guadalajara, hace un par de años. Y lo curaba a domicilio cuando regresó con el escroto rasgado, luego de una tienta en Querétaro. "Esa vez, ante la inflamación, quise bromear. 'Pues qué presumido, José', él como siempre, serio, tranquilo. Sabe usted, nunca le he escuchado una queja, un lamento. Nunca. Aunque en esta ocasión sí me preocupé".
González Careaga camina por las calles de Triana, oficialmente llamado Barrio del Encino, el caserío taurino de Aguascalientes. "Cuando por fin lo vi consciente tras la operación, todavía tenía él los tubos para respirar, le dije: 'Ora sí me asustaste, José'. 'Sí, verdad', me contestó. Pero de ahí en más, sereno como siempre".
Ayer, al abandonar el hospital, el único momento en que Tomás improvisó fue cuando buscó a sus doctores mexicanos para decirles, sin los ojos en el texto que había preparado, "gracias". González Careaga subraya tanto la habilidad del cirujano Alfredo Ruiz, como su determinación para impedir que el torero fuera trasladado sin lograr estabilizar sus constantes vitales. "Ese sábado había demasiadas voces en la enfermería, todo mundo queriendo opinar, decían: 'Hay que llevárselo'. Ruiz fue contundente: 'No. No, sin antes estabilizarlo'. Si lo hubiéramos movido...", el doctor que heredó de su padre oficio y afición se queda callado unos segundos y luego cuestiona: "¿Cuántos toreros han sobrevivido a cornadas en la femoral? Ésta era mortal".
Aún no se ha decidido si la convalecencia de Tomás, que estará según los médicos "tres o cuatro meses sin torear", será en su domicilio de esta ciudad o en otra parte. Aquí tiene casa y querencia. Pasó por la escuela taurina de Aguascalientes, y hasta hace poco era de lo más habitual encontrárselo por las calles. La noche del percance, cuando se dijo que se requería sangre para transfundirle, a las puertas del hospital llegaban ricos y pobres, mariachis y maletillas, famosos y desconocidos a ofrecerse como donantes. Ayer, el matador aprovechó para "hacer un llamamiento a que la gente done su sangre", pues reveló que en su caso fueron cientos los que se presentaron.
Reacio siempre a encontrarse con la prensa, ayer en cambio Tomás fue el que pidió la comparecencia. Tenía ganas de agradecer: a los ciudadanos de México, España y todo el mundo... "Gracias a todos, gracias a todos, os llevo en el corazón". Luego, sin mayor esfuerzo, se puso del lado del copiloto de la furgoneta blanca que les esperaba a pocos metros y con una sonrisa se despidió.
Parte facultativo de la herida
"Herida en la cara interior del tercio superior del muslo izquierdo, de unos 20 cms y varias trayectorias, que interesó piel, tejido celular subcutáneo, masa muscular, seccionando la arteria femoral profunda, lacerando la arteria femoral superficial y lacerando la vena fermoral".
"Shock hipovolémico gravísimo que puso en riesgo su vida. Fue estabilizado en la enfermería de la Monumental de Aguascalientes y trasladado al Centro Hospitalario Miguel Hidalgo para ser intervenido. Se realizó reparación de los vasos lesionados, así como la reconstrucción de los tejidos blandos afectados".
"Ingresó al área de terapia intensiva, donde permaneció 72 horas, y posteriormente fue trasladado a planta. La evolución del paciente está siendo muy satisfactoria. Su pronóstico es reservado, y salvo que surjan complicaciones, se estima que tardará en sanar unos quince días".
Fdo: Doctor Alfredo Ruiz Romero, Juan Carlos Ramírez Ruvalcaba y Rogelio Pérez Cano, médico particular del torero.
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