José Tomás, personalidad y compromiso
El mundo del toro destaca su transcendencia más allá de los ruedos
Julián López El Juli, último niño prodigio y figura consagrada, es el único torero que ha plantado cara a José Tomás, sólo tiene palabras de admiración hacia su rival: "Es un torero grandioso, histórico, lo admiro como admiro a los grandes de la tauromaquia". Castigado con varios percances lamenta la herida del compañero: "La cornada ha sido de una dureza extrema, nos ha dado un buen disgusto".
Grandes figuras del toreo han sufrido percances parecidos y saben de las consecuencias. La cornada está en el presupuesto cuando se visten de luces.
César Rincón renovó el toreo a comienzos de los 90. En tiempos de toreo de cercanía, volvió a dar distancia y ventajas al toro. Lo pagó con sangre. Su cornada más grave fue en Palmira (Colombia), rotas la femoral y la safena, recibió transfusiones de la afición: "Había sangre en la enfermería pero demasiado fría como para poder ponérmela. Gracias a la gente estoy vivo". Aun así lo pasó mal, a causa de la transfusión contrajo una hepatitis que a punto estuvo de costarle la vida.
La rehabilitación fue forzada: "Me cogió el 2 de noviembre y el 8 de diciembre estaba toreando en Quito. Es una cuestión de mentalidad, no tenía nada, nada nada. No había alternativa".
El torero colombiano desgrana las claves del toreo de José Tomás: "Se pone en el sitio donde todos deberíamos ponernos para ser figura. Da nobleza y verdad a la fiesta". Ese "sitio" del que habla muchos aficionados lo han simplificado de manera más gráfica: "pone el cuerpo donde los demás ponen la muleta". José Tomás, al cruzarse al pitón contrario a la mano con que cita al toro como manda la técnica del toreo, va un paso más allá. Si el toro acepta la invitación el dominio sobre la embestida es absoluto. Si se da cuenta de lo que sucede entre muletazo y muletazo, el torero queda a merced del animal.
Curro Vázquez se vio reflejado en José Tomás. Corría el año 82 y un toro de Moreno Silva le dejó 22 días en el hospital y dos meses para volver "a medias" -explica- "porque seguía con inflamación". El rubio torero de Linares apodera a Cayetano Rivera y Morante de la Puebla, dos matadores en competencia directa con José Tomás, del que destaca su valor y pureza. "Es difícil que un torero sea tan puro y tan popular al mismo tiempo. Lo conozco desde niño por mi amistad con su abuelo y ya era así. Ya tenía esa personalidad con las vacas".
Este carácter es parte de su éxito pero, en ocasiones, lleva a atropellar la razón. Luis Francisco Esplá también se rinde a los encantos del astro de Galapagar: "Mantiene la esencia del toreo. Prefiero el lírico al épico. Es un revulsivo por ser un torero clásico y heterodoxo a la vez".
Sólo Curro Romero ha mantenido el mismo halo de mito viviente que rodea a José Tomás. Para el Faraón de Camas su ambición y personalidad no tienen límites: "Se ha propuesto estar en la historia del toreo con letras de oro. Tiene cualidades innatas pero también una gran personalidad". De heridas y hospitales también puede hablar. En Almería un toro le partió la safena "la sangre salía como si fuese un grifo sin zapatilla" -se lamenta- "era agosto y perdí toda la temporada".
Santiago Martín El Viti, torero que más veces ha cruzado la Puerta Grande de Las Ventas, 14 ocasiones, destaca a José Tomás como "el torero más importante del momento". Asegura sentir la cornada como en sus propias carnes pero que el torero "volverá al mismo sitio porque es muy fiel a su concepto".
Entre las ganaderías predilectas del diestro se encuentran El Pilar y Núñez del Cuvillo. Cuatro toros de esta última divisa le hirieron en una misma temporada. No le importó. El ganadero, Álvaro Núñez Benjumea, sólo tiene palabras de agradecimiento: "Ha llevado el toreo a otra dimensión. Castiga con suavidad. Además, da importancia a la Fiesta, apasiona, hace de cada tarde un hecho irrepetible".
Durante el descanso voluntario del torero entre los años 2002 y 2008 se sucedieron los aspirantes al trono, novedades pasajeras que no consiguieron llenar el vacío de la afición. Toño Matilla fue el empresario que le contrató en su reaparición en Barcelona. La afición catalana encontró un resorte y ahí estuvo su ídolo. También ha sido el primero en sufrir su ausencia. Estaba contratado en Jerez el 8 de mayo. "A primera vista no es un torero rentable para el empresario, cobra mucho dinero", confiesa. En cambio, no falta en las plazas que explota porque "crea ambiente, se venden más abonos y se beneficia al comercio local".
Andrés Vázquez confiesa que José Tomás fue alumno suyo durante un suspiro: "Vino a la escuela de Madrid unos días, pero quien de verdad le enseñó a torear fue El Choni, que era muy amigo de su abuelo y de Manolete". Es el único que se atreve a exigir un paso más al diestro: "Me gustaría que alternase con todos los compañeros y que variase el tipo de toro que mata".
Babelia
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