Canavaggio lamenta que algunas comunidades vean a Cervantes como símbolo de una cultura distinta
Destacados especialistas analizan, desde hoy y hasta el viernes, la época en que Cervantes escribió su obra cumbre
El hispanista francés y experto en El Quijote Jean Canavaggio ha lamentado hoy que algunas comunidades autónomas vean a Miguel de Cervantes como "representante de una cultura distinta", en alusión al interés o indiferencia que despierta el cuarto centenario de la publicación del libro en las diferentes regiones. Canavaggio, para quien no se trata de imponer un "espacio único", ya que ese libro "se presta a diferentes lecturas", ha hecho estas declaraciones antes de participar en la primera jornada del congreso internacional El nacimiento del Quijote, organizado por la Junta de Castilla y León en Valladolid. Destacados especialistas analizan, desde hoy y hasta el viernes, el contexto social, político y económico en que Cervantes alumbró su obra cumbre.
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El historiador Ricardo García Cárcel, catedrático de Historia Moderna en Barcelona, ha sido el encargado de impartir la ponencia inaugural, titulada El Tiempo del Quijote. En la conferencia, García Cárcel ha sostenido que esta figura "representa muy bien a la España de los perplejos, de los indefinidos, de la gente que no ha querido forzosamente adscribirse" a ninguna tendencia política o social, por lo que ahí radica "su actualidad". Según el historiador, con ese "sentido relativista, esa perplejidad" con que fue recibida a comienzos del siglo XVII la figura de Don Quijote "quizá podrían sentirse identificados hoy muchos españoles en lo que al concepto de nación se refiere".
"Una tercera España"
Se ha referido a las personas "que forzosamente no han querido alinearse como nacionalistas ni han estado de acuerdo con la España nacional católica, ni con la liberal, vertical, horizontal, pluralista o plural", y que según el historiador valenciano representan "una tercera España" alternativa "a las dos clásicas". García Cárcel, uno de los principales estudiosos de la Inquisición y de la época de los Austria, ha referido cómo en los albores del XVIII, coincidiendo con la edición de las andanzas del hidalgo manchego, cundió en España una actitud de "perplejidad" ante el cambio histórico que se estaba produciendo. "Fue un tiempo muy interesante ya que supuso un tránsito entre la euforia imperial, los años gloriosos de la proyección en Europa, y la sima de la decadencia, un periodo donde Cervantes se movió de una manera un tanto ambigua, entre la euforia y el desencanto", ha señalado el conferenciante.
Durante su intervención, ha observado cómo con el correr de los siglos la obra dividió a lectores y crítica entre "cervantistas y quijotistas" en función de quienes defendían la autonomía del hidalgo al margen de su creador, y de quienes estaban convencidos del dominio del autor sobre su personaje. Entre los primeros ha mencionado a miembros de la Generación del 98, abanderados de "un movimiento de libertad interpretativa" hasta el punto de que Azorín y Unamuno figuraron entre "los muchos caballeros andantes dispuestos a acompañar a 'Don Quijote' en su peripecia vital, olvidándose de la pluma que le trajo al mundo". Frente a ellos, ha continuado el autor de La leyenda Negra, los cervantistas "antepusieron su reivindicación del realismo histórico por encima de la literatura, la hegemonía del autor sobre su criatura", y ha puesto como ejemplo a teóricos de la talla de Mayans, Rodríguez Marín y Fernández de Navarrete.
"Cada uno somos Quijote y Sancho"
El hispanista Jean Canavaggio, catedrático de Literatura Española en la Universidad X de París, ha intervenido también en esta jornada para situar la geografía literaria cervantina, además de en Valladolid, en diversas ciudades andaluzas de las que el escritor alcalaíno se hace eco sus Novelas Ejemplares, así como en Barcelona y en Madrid. Antes de participar en el congreso, ha declarado a los periodistas que los actos del IV Centenario "proceden de un imperativo conmemorativo y obedecen a un deseo político", aunque ha dudado de la coordinación de todas las celebraciones y de la existencia de un proyecto común. La importancia de El Quijote se debe, a juicio de Canavaggio, a que es la primera novela moderna porque Cervantes "se desliza detrás de sus personajes" y permite al hidalgo manchego y a su fiel escudero tener "una polifonía de autonomía".
Este experto ha recordado además la importancia de los ilustradores en la difusión de esta historia porque pintores como Francisco de Goya y Pablo Picasso ahondaron en el mito del caballero andante. Este mito es "una síntesis de diferentes herencias", ha matizado Canavaggio, quien ha asegurado que "cada uno de nosotros es Quijote y Sancho". Como propuestas de futuro, el hispanista ha sugerido el estudio de la España que aparece en el texto de Cervantes, "una visión compleja" que el propio escritor quiere reformar a través de una vuelta al pasado. En sucesivas sesiones, filólogos como César Hernández y Francisco Rico, e historiadores como Luis Ribot y Teófanes Egido, participarán en este congreso.
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