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Más de 700.000 escolares valencianos y 70.000 docentes se reencuentran con las aulas

De Els Ports, en Castellón, a la alicantina Almoradí: la “normalidad” guía el arranque del curso escolar en la Comunidad Valenciana

La vicepresidenta, Mónica Oltra, y el consejero de Educación, Vicente Marzà, durante la apertura del curso en el CEIP Jaume I de Paiporta.
La vicepresidenta, Mónica Oltra, y el consejero de Educación, Vicente Marzà, durante la apertura del curso en el CEIP Jaume I de Paiporta.Mònica Torres (EL PAÍS)

Si ha habido una ‘vuelta al cole’ especialmente alegre en la Comunidad Valenciana, ha sido la vivida este lunes en la escuela de Portell. Este pueblo del interior castellonense de apenas 200 habitantes ha atado su futuro con la incorporación a su colegio de tres nuevos alumnos procedentes de Valencia y Reus con los que garantiza el mantenimiento del colegio. Una inyección de vida debida en buena parte al llamamiento del consistorio ante el peligro de cierre del colegio ofreciendo trabajo y casa por 50 euros al mes a familias que quisieran instalarse en el pueblo.

En el pequeño aulario de Portell, integrado en el Colegio Rural Agrupado (CRA) Celumbres, junto a Cinctorres y Castellfort, hoy ha habido risas y algún llanto, como el de la pequeña Yumara, de 3 años, que estrenaba no únicamente colegio sino etapa escolar al completo. “Ha llorado un poquito, pero la incorporación ha sido buena. Están súper felices”, explica a EL PAÍS Carmina Escorihuela, una de las dos maestras del centro, con cinco años de trayectoria en la localidad.

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La misma estampa, con su mezcla de alegría y cierta dosis de melancolía, se ha repetido en buena parte de los colegios de Infantil y Primaria y centros de Secundaria que han abierto hoy sus puertas a más 700.000 estudiantes –se excluyen los de Alicante capital, que empezaron el viernes- y 70.000 docentes en toda la Comunidad tras el descanso estival. Y todo en una jornada marcada por la “normalidad” en las tres provincias valencianas, según ha confirmado la Consejería de Educación.

Arranca un curso escolar caracterizado por un ligero descenso de alumnos, 776.559 -de Infantil, Primaria y Secundaria-, un aumento de profesores -6.000 más que en la legislatura anterior- y una inversión por estudiante de 5.907 euros, lo que le acerca a la media española, según los datos de la Consejería de Educación.

En la avanzadilla de este estreno de curso 2018/2019 se sitúa Alicante. En la capital los más pequeños, los alumnos de Infantil y Primaria, comenzaron a cargar sus mochilas el pasado viernes. Este adelanto del calendario docente respondía a una iniciativa de toda la comunidad educativa de la ciudad, que solicitó que las clases acabaran antes de que comenzaran las fiestas de Hogueras, cuya plantà tiene lugar el 20 de junio. Y aunque la respuesta de Educación llegó casi con el final del mes de agosto, finalmente, se desarrolló sin complicaciones, informa Rafa Burgos.

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De esta forma, explican desde el sindicato CC. OO., los centros han ganado un día para abordar la burocracia y el papeleo, con lo que afrontarán en igualdad de condiciones el desarrollo del temario completo. El único problema de esta iniciativa radica en los exámenes de recuperación de julio, que volverán a atrapar a los alumnos que lo necesiten en plenas fiestas, según la FAPA Gabriel Miró.

En el resto de la provincia, la abundancia de barracones, el mal estado de las infraestructuras escolares, la falta de profesorado y las dificultades de implantar el plurilingüismo en comarcas como el Alto y Medio Vinalopó y el Bajo Segura, de predominio castellano, se ha unido este curso la incógnita de las clases de Islam. Dos municipios, Almoradí y Crevillent, fueron los elegidos como bancos de pruebas para este plan de inmersión cultural, que ha despertado un rechazo generalizado. Ni sindicatos, ni profesores ni padres aprueban la entrada de la religión, de cualquier religión, en las aulas. Y ninguno de los dos municipios implicados ha recibido la información pertinente por parte de la consejería que dirige Vicent Marzà. Desde ambos consistorios aseguran que se han enterado de este proyecto por los medios de comunicación.

En la provincia de Castellón, la eternización de los barracones en algunos centros se ha dejado sentir en forma de protesta en localidades como Almassora. Tras trece años recibiendo clase en aulas prefabricadas, la comunidad educativa del colegio Violant de Casalduch se ha concentrado de nuevo a las puertas del centro para exigir celeridad en las obras. La alcaldesa, Merche Galí, ha trasladado a la AMPA los últimos avances en el proceso para licitación de las obras que permitirán concluir la construcción del colegio que abandonó la empresa adjudicataria. Fuentes del Consell han informado a la primera edil que el informe de la Abogacía de la Generalitat, que permitirá publicar la licitación, estará listo en breve.

A unos cuantos kilómetros de Almassora, en plena comarca castellonense de Els Ports, la localidad de Portell respira tranquila este inicio de curso. Cuatro alumnos de Infantil y tres de Primaria son la razón. La ratio escolar para este septiembre se quedaba en cuatro niños. Dos parejas de hermanos. Con este número el colegio podía seguir abierto, según la Consejería de Educación, pero la incertidumbre radicaba en la decisión de los padres de seguir o no. “Se preguntaban si sería buena opción tener tan poca diversidad en el aula. Lo valoramos desde el ayuntamiento y decidimos ofertar un alquiler barato y poner a disposición de las familias ofertas de trabajo”, explicaba hace unos meses el primer edil, Álvaro Ferrer.

Mònica Torres (EL PAÍS)

Una de las familias que reaccionó a la oferta y fue seleccionada se instaló ya en Portell el pasado junio. Procedente de Valencia, sus dos hijas, Rosa María y Yumara, de 4 y 3 años, han estrenado colegio. La otra familia entrevistada y elegida, con tres niños y vecina de la Vall d’Uixó, “no se ha instalado todavía en el pueblo, aunque no sabemos qué pasará finalmente…”, reconoce el alcalde. Sin embargo, otra pareja procedente de Reus ha elegido Portell para vivir y se ha instalado con sus dos hijos, una niña que ha empezado hoy el instituto, y otro pequeño de 4 años, que amplía la ratio del CRA Celumbres. “La verdad es que estamos muy contentos, porque un pueblo sin escuela no es pueblo”, añade Carmina Escorihuela.

Por su parte, el acto institucional de apertura de curso ha tenido como eje el colegio Jaume I de Paiporta (Valencia), “una de esas escuelas que tienen un proyecto pedagógico de los que nos gustan”, para promover que los niños y niñas sean “críticos y libres”, ha remarcado el consejero Vicent Marzà, acompañado por la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. “No se puede determinar una foto fija en el plano educativo, pero vamos en el camino de la educación que queremos”, el de una escuela “pública, de calidad, que innove y que renueve a nivel pedagógico”, ha añadido.

Marzà ha indicado que en la actualidad 40.000 escolares disfrutan de beca de comedor y 440.000 familias se benefician de la red de libros de texto gratuitos Xarxa Llibres. Revertir los recortes en la plantilla de docentes y la mejora de infraestructuras a través del plan Edificant, con 272 millones de euros de inversión que han permitido reducir de 8.000 a 4.000 los alumnos en barracones, han sido otros de los aspectos reseñados por Marzà en este pistoletazo de salida del curso escolar 2018-2019.

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