Macis: así es la hermana desconocida y exótica de la nuez moscada que tanto usan en oriente

La nuez moscada es una de las especias más versátiles de la cocina. Vale para platos salados y para realzar postres dulces. Y, no, no tiene nada que ver con las nueces que encuentras en la sección de frutos secos. En realidad, es la semilla del fruto de un árbol tropical llamado Myristica fragans, de la familia de las miristáceas. Tiene un característico sabor dulce y aromático, muy diferente del toque entre picante y amargo de la vaina que envuelve la nuez y que da lugar a otra especia, el macis. Esta hermana desconocida de la nuez moscada es casi una extraña en el recetario occidental, pero da mucho juego en la cocina india y en la china, tanto para elaborar guisos como en mezclas de especias.

Los ingleses ya aderezaban con nuez moscada en la Edad Media, pero su fama universal llega a comienzos del siglo XVI, coincidiendo con el descubrimiento de las islas de las especias (las actuales Malucas, en Indonesia). Dado que en aquellas épocas controlar ese mercado suponía manejar una parte del comercio más exquisito, la historia de los siglos XVII y XVIII viene repleta de escaramuzas y conflictos entre varios países europeos por hacerse con una parte del pastel. Actualmente la nuez moscada también se produce en la isla de Granada, en Nueva Guinea, en la India y en el Caribe.

La extracción de esta especia es un proceso bastante artesanal. Cuando el fruto está maduro, se deja que se seque y se elimina la pulpa para extraer la semilla. Aquí hay que desprender con cuidado el arilo para liberar la nuez. Una vez molida esta última, ya la tenemos lista como especia. Excepcionalmente puede que la encuentres sin moler. Solo tendrás que rallar en casa la cantidad deseada y listo.

Solo una cucharadita de las de café

Como sucede con muchas especias procedentes de huesos o semillas, su valor calórico es muy elevado. En este caso, 547 kilocalorías por cada 100 gramos de producto. Ahora bien, jamás vas a utilizar tanta cantidad de una vez. Todo lo contrario: cada uso no suele superar la cucharadita de café o, incluso, menos, siendo una “pizca” la cantidad habitual. Es más, teniendo en cuenta que un especiero suele contener entre 50 y 60 gramos, puede que necesites bastante tiempo, años incluso, para consumir tamaña cantidad.

Por esta misma razón, todas las posibles cualidades que se le suelen atribuir deben ponerse entre paréntesis, incluidos sus supuestos poderes afrodisíacos.

La especia pluriempleada

Sin duda, es una de las especias más versátiles de todo el especiero. La verás realzando carnes, pescados o embutidos, pero también cremas, ponches y hasta pan. Hasta una triste bechamel cobra matices insólitos con un toque de nuez moscada. Y, por supuesto, úsala en tus postres. Como regla general, allá donde va bien la canela, encajará la nuez moscada. Un mero vaso de leche con avena puede convertirse en un placer solo con espolvorear canela, nuez moscada y un poco de azúcar. También la encontrarás formando parte de mezclas de especias asiáticas, como el garam masala o el curry.

Destaca por su versatilidad: realza carnes, pescados o embutidos, pero también cremas, ponches o pan. Y es ideal para bechamel o postres.

Lo que sí conviene tener presente a la hora de cocinar es su sensibilidad al calor. En caso de incorporarla a un plato que requiera cocción, añádela casi al final. De esta forma evitarás que pierda parte de su aroma y sabor.

También en cosméticos

Echa un vistazo al INCI (la lista de ingredientes) de tus cremas, mascarillas capilares o crema exfoliante. Si ves Myristica fragans entre sus componentes, ahí tienes la nuez moscada. En un uso tópico, se usa por sus propiedades antisépticas y antioxidantes.