Luis Carames Castro,
Resueltos los problemas de Scotta
Juan Carlos Villacorta,
Detenidos el padre y cinco hermanos del "Rubio"
La parte querellante desiste de un recurso sobre Montejurra
La visita a España de los líderes de los sindicatos ingleses, aplazada hasta noviembre
Un centenar de exiliados ocuparon Notre Dame
En septiembre, nuevos permisos de exploración de hidrocarburos en el Cantábrico
Presentación de Alfonso Romero
"La bahía de los ángeles"
"Détente" y expansión militar
Otra coincidencia
La obsesión de la cultura
Clausura del Festival Internacional de Santander
Tomadura de pelo en Alcalá
Cuatro notas a cuatro sesiones
El tecnócrata Fourcade, probable sucesor de Chirac
Informe sobre las condiciones de vida en las cárceles españolas
Equívocos, no
Equívocos, no. Desde que se lanzó la idea de un referéndum previo para impulsar la reforma constitucional -referéndum de arbitraje democrático lo llamó el Equipo Español de la Democracia Cristiana, que hizo suya la idea- no han faltado adversarios más o menos encubiertos de encomendar la tarea reformadora a una auténtica asamblea deliberante, que han combatido aquella iniciativa con las más variadas armas dialécticas. Una de las últimamente aparecidas en las columnas de la prensa es el pretendido riesgo que supondría encomendar a la persona del Jefe del Estado la iniciativa de hacer viable un verdadero proceso de democratización.No se puede admitir -según los adversarios del referéndum previo- que se convierta al Rey en una especie de dictador, al autorizarle para legislar por medio de Decretos-leyes. «¡Dictador durante un mes y luego Rey constitucional para toda la vida! No sería tan fácil. Si actuó en una ocasión, ¿por qué no en la siguiente? Pero..., ¿qué importa eso a los que sólo piden a la Monarquía una función rompedora, aunque el instrumento se melle y quede inservible?»