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Europa blinda financieramente a las farmacéuticas frente a posibles fallos de las vacunas

Bruselas justifica que se cubran los riesgos de las empresas por la velocidad que se les exige

Un voluntario recibe la semana pasada en São Paulo la segunda dosis en los ensayos de la vacuna desarrollada por la empresa china Sinovac.
Un voluntario recibe la semana pasada en São Paulo la segunda dosis en los ensayos de la vacuna desarrollada por la empresa china Sinovac.Sebastiao Moreira (EFE)
Álvaro Sánchez

Las farmacéuticas no saltarán al vacío de la vacuna sin una red de seguridad que les proteja ante eventuales demandas de pacientes. Las compañías, que trabajan día y noche en la fabricación de un remedio, no están dispuestas a asumir en solitario el elevado coste financiero de producir en tiempo récord el inyectable que detenga al virus sin obtener a cambio garantías en caso de oleadas de reclamaciones. Y los países europeos han aceptado pagar la eventual factura para incentivarlas a seguir adelante.

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“En la carrera contra el tiempo, los fabricantes de vacunas tienen que producirlas mucho más rápido que en circunstancias normales. Estamos hablando de un plazo de 12 a 18 meses en lugar de una década o más. Para compensar los riesgos tan elevados que corren los fabricantes, los acuerdos de compra anticipada prevén que los Estados miembros indemnicen al fabricante en ciertos casos”, explica un portavoz comunitario.

Bruselas ha reducido la burocracia a la que se enfrentan los laboratorios para permitirles llegar al mercado antes, una necesidad no solo médica sino económica, dado que la vacunación se presenta como el único medio de garantizar la total apertura de la economía. Por eso, en el indeseado caso de que la vacuna provoque reacciones adversas a pacientes de covid-19, los Estados estarán ahí para que las farmacéuticas no carguen en solitario con las indemnizaciones, siempre en el hipotético caso de que un juez sentencie en el futuro que su producto ha provocado daños para la salud.

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“Los Estados miembros están dispuestos a cubrir financieramente algunos de los riesgos de las empresas para garantizar que las vacunas estén realmente disponibles para los ciudadanos de la UE a fin de proteger la salud pública”, añade el Ejecutivo comunitario.

El temor a una reacción masiva por la falta de pruebas previas está detrás de esa medida, pero pese al inédito acelerón investigador, la Comisión asegura que se realizará una estricta evaluación de seguridad antes de aprobar cualquier vacuna. “Los derechos de los ciudadanos seguirán siendo tan sólidos como hoy”, insiste.

Con los rebrotes amenazando con provocar una segunda ola de contagios en Europa de enormes consecuencias sanitarias, y el producto interior bruto de los Veintisiete desmoronándose un 11,7% en el segundo trimestre por los confinamientos, cada semana ganada en la búsqueda de la vacuna puede medirse en cientos de vidas salvadas y miles de millones de euros ahorrados. “Estamos en medio de una pandemia. Se trata de circunstancias extraordinarias y debemos actuar lo más rápido posible para poner fin a esta crisis sanitaria sin precedentes y proteger a los ciudadanos”, dice un portavoz comunitario, dejando constancia de la urgencia del momento.

El procedimiento para autorizar las futuras vacunas seguirá los cauces habituales antes de su comercialización, esto es, deberá ser aprobada por la Comisión Europea tras una recomendación favorable de la Agencia Europea del Medicamento, pero tal y como sucediera con el antiviral remdesivir, los plazos van a acortarse todo lo posible. En el caso del medicamento producido por Gilead para evitar que el virus se replique en el organismo, Bruselas lo aprobó solo ocho días después de la recomendación de la agencia del medicamento, frente a los 67 días de media habituales.

“Cualquier sugerencia de que los contratos que está negociando la Comisión no respetan la directiva sobre productos defectuosos es categóricamente falsa”, apuntan desde la Comisión, conscientes de que los colectivos antivacunas pueden aprovechar el blindaje financiero a las farmacéuticas para tratar de desacreditar la vacuna.

Acuerdos y precontratos con cinco compañías

La Comisión Europea está asumiendo la negociación con las farmacéuticas sobre la vacuna en nombre de los Estados miembros, una forma de ganar fortaleza al representar un mercado potencial de 446 millones de personas. Hasta ahora, Bruselas ha cerrado un acuerdo de compra con la con la farmacéutica sueco-británica AstraZeneca para comprar 300 millones de dosis de la vacuna que desarrolla junto a la Universidad de Oxford, ampliables en otras 100 millones. Y ha rubricado precontratos con otras cuatro farmacéuticas que trabajan en su propia vacuna: Sanofi-GSK, Johnson & Johnson, CureVac y Moderna. Si todos ellos se llevaran finalmente a la práctica, la UE dispondría de unas 1.500 millones de dosis de la vacuna, el equivalente a tres por cada ciudadano europeo.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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