Economía aún no sabe cómo sacar a flote al CNIO
El Gobierno se comprometió a dar al organismo cuatro millones
El prestigioso Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) recibirá cuatro millones de euros este año como ayuda para nivelar sus cuentas deficitarias. Se comprometió a este pago la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, en la última reunión del patronato del centro, el pasado 31 de julio, en la que se aprobó el despido o no renovación de contrato de 64 personas (incluidos científicos) de las 470 que integran su plantilla. Ahora, la Secretaría de Estado (del Ministerio de Economía y Competitividad) está buscando ese dinero en sus arcas exhaustas para hacer frente al compromiso. El CNIO arrastra un abultado déficit presupuestario (entre ocho y 10 millones de euros anuales) que ha hecho caer en picado sus reservas, pasando de 43,7 millones de euros a finales de 2010 a 15 millones ahora. “Para cubrir los cuatro millones estamos buscando de aquí y de allá”, ha comentado a El PAÍS Santiago Rodríguez Uriel, jefe de Gabinete de Vela y presidente del comité del patronato del CNIO encargado del seguimiento del plan de viabilidad aprobado en la reunión de emergencia de julio. “El Instituto de Salud Carlos III [del que depende orgánicamente el CNIO] puede tener alguna partida de la que puede rebañar algo, como el Fondo de Investigación Sanitaria, y nosotros [la Secretaría de Estado] compensaremos el resto, unos 3,5 millones. Si no podemos este año, se completarían los cuatro millones el año que viene”, continúa Rodríguez Uriel.
“Ahora se trata de buscar una solución definitiva y valiente, redimensionando el CNIO”, señala Antonio Andreu, director del Instituto de Salud Carlos III. Y con los cuatro millones más medidas adoptadas, “poner el contador a cero”. Con el comité de seguimiento del plan de actuación, añade Andreu, se trata de “tutelar el proceso que debe desarrollarse adecuadamente”. Su preocupación principal, afirma, es “garantizar el nivel de excelencia del centro”. Actualmente, los expertos en presupuestos del Carlos III y de la Secretaría de Estado, explica Andreu, están “estudiando el operativo” para hacer la transferencia comprometida de cuatro millones. Mientras tanto, el comité “comprobará que los ingresos y gastos del CNIO evolucionan como está previsto”, puntualizó la secretaría de Estado el 31 de julio.
"El centro tiene un valor como 'Marca España", señalan sus responsables
¿Cómo se ha llegado a esta situación de emergencia en un centro de alto nivel internacional y defendido por Economía como escaparate de la Marca España? Despidos de científicos, ayuda extraordinaria de cuatro millones, balance de ingresos y gastos tan preocupantemente desequilibrado… La directora del CNIO, María Blasco, ha declinado comentar la situación alegando que se están discutiendo los despidos con los representantes de los trabajadores y el comité de seguimiento del plan de viabilidad realiza varias reuniones extraordinarias para no quitar ojo al proceso. El centro fue fundado (1998) por Mariano Barbacid y dirigido por él hasta junio de 2011, cuando Blasco asumió el cargo.
El plan de actuación aprobado el año pasado “aportará estabilidad económica a la entidad hasta 2016”, decía la muy optimista nota de prensa del Economía el pasado 17 de diciembre, cuando lo aprobó el patronato. En el plan se contemplaba un ahorro de 3,3 millones de euros anuales y se descartaban despidos, solo “contención de nuevas contrataciones”.
Siete meses después, la situación es bien distinta. “En los últimos ejercicios, el CNIO ha venido arrastrando una situación de desequilibrio económico que ya fue identificada en 2009”, señalaba la gerencia del centro en un informe de noviembre del año pasado. “En los últimos años, el CNIO se encuentra inmerso en una situación de déficit de carácter estructural en el que también ha influido la realización de algunas inversiones en infraestructuras (edificio de energías) que ponen en peligro la tesorería del CNIO”, advertía el documento. Poco después se aprobó el plan de actuación.
Ahora, la Secretaría de Estado afirma que las medidas adoptadas en diciembre pasado han permitido ahorrar este año tres millones de euros y, pese a ello, hay desequilibrio. En 2011 se gastaron 9,42 millones de los ahorros del centro y en 2012, 9,27 millones, según datos de la gerencia. El Plan de actuación aprobado en diciembre establecía un ahorro de 3,3 millones de euros anuales hasta 2016 y contaba con un incremento de los ingresos gracias a los patrocinios y una mayor actividad del programa clínico. El objetivo era que este mismo año 2013 se produjera “un cambio de signo”, de manera “en 2016, las cuentas del CNIO reflejen un saldo positivo de algo más de dos millones de euros”. “En cuanto a los niveles de tesorería, no se prevén tensiones en ningún momento”, señalaba la Secretaría de Estado de Investigación ocho meses antes de anunciar los despidos y la ayuda de cuatro millones.
El dinero que recibe el CNIO con cargo a los presupuestos del Estado ha caído desde 24,7 millones (2010) y 22,8 (2011) a 21,8 millones este año. También se ha reducido algo la financiación que los investigadores obtienen en proyectos competitivos (españoles y extranjeros), que ronda los 14 millones de euros al año, sobre todo por la caída de las subvenciones del Plan Nacional de I+D+i. Las ventas y contratos superan los seis millones y las donaciones, casi dos. El año pasado, los gastos anuales ascendieron a 57 millones de euros.
Tanto Rodríguez Uriel como Andreu insisten en que todas las medidas que se están tomando tienen como marco prioritario “garantizar el nivel de excelencia del CNIO”. El centro, señala el director del Carlos III “es uno de los mejores del mundo y tiene un valor simbólico también en la Marca España; se trata de demostrar que, pese a la situación que está pasando el país económicamente, está dispuesto a mantener el nivel del CNIO, que es un símbolo de lo que debería ser la ciencia española”.
Acorde con su alto nivel científico, el CNIO ha sido siempre muy exigente a la hora de seleccionar a su personal. Pero han llegado los despidos y la no renovación de contratos, incluidos investigadores. “Los criterios a este respecto los deben establecer los directores científicos”, señala Rodríguez Uriel. Andreu destaca “el nivel de alta cualificación” del personal del CNIO e insiste, al igual de Rodríguez Uriel, en la obligatoriedad de mantener el nivel de excelencia del centro. De seguir contratando investigadores internacionales del máximo nivel, nadie habla por el momento.
La ayuda urgente para el CNIO, pese a que todavía tiene 15 millones de reserva, es de cuatro millones. ¿Va ayudar del mismo modo la Secretaría de Estado a otros centros de investigación en dificultades económicas? “Tenemos el CSIC y el CNIO y no se van hundir, el ministerio va a cubrir sus gastos”, responde Rodríguez Uriel. En cuanto al CNIO, es rotundo: “No podemos seguir con este desfase entre gastos e ingresos”.
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