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Un análisis de sangre podría predecir comportamientos suicidas

El trabajo facilita el primer biomarcador para prevenir los casos de personas que se quitan la vida

Un investigador de la Universidad de Indiana con muestras de sangre para estudiar el suicidio.
Un investigador de la Universidad de Indiana con muestras de sangre para estudiar el suicidio.universidad de indiana

¿Es prevenible el suicidio? La idea de que alguien que se quita la vida es un fracaso social subyace en los intentos para evitarlo (las leyes hasta no hace mucho incluso castigaban los intentos, y se sigue penalizando a quien colabora con ello). Pero para impedirlo hay que identificar antes a los potenciales suicidas, lo que, como dice el presidente del a Sociedad Española de Psiquiatría, Miguel Gutiérrez, no es nada fácil. Y a eso va dirigido un trabajo que publica Molecular Psychiatry, que describe que se ha encontrado que las personas con ideaciones suicidas (y en las autopsias de los que lo consiguieron) hay niveles más altos de un tipo de ARN.

El ARN es una cadena que copia trozos a ADN. Por tanto, su concentración se puede interpretar como una medición de la expresión de un gen. En este caso, según investigadores de la Universidad de Indiana dirigidos por Alexander Niculescu III, la clave estaría en el gen SAT1. La relación es puramente estadística, lo que supone que hay que estudiar qué procesos regula este gen para ver cómo se puede relacionar con el suicidio.

Los investigadores tomaron datos de varios grupos. El principal, un grupo de personas con trastorno bipolar. A estos, cada seis meses se les tomaban muestras de sangre, y los resultados se comprobaban con los obtenidos en las entrevistas personales. Así se vio la correlación entre las ideaciones suicidas y los niveles del ARN.

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Luego, para comprobarlo, acudieron a la oficina del forense, y pudieron verificar que los niveles de este marcador eran inusualmente altos en quienes habían cometido suicidas. Por último, comprobaron esos niveles con los historiales hospitalarios de personas ingresadas por haber intentado quitarse la vida antes y después del suceso.

La idea resulta “un avance parcial y muy interesante” para Miguel Gutiérrez, quien valora que la revista es “una referencia”. Sin embargo, cree que hay que revisar las debilidades del trabajo. Una de ellas, que reconocen los propios autores, es que todos los casos eran de varones, con lo que podría haber diferencias apuntan. En cualquier caso, el hecho es que, en general, los hombres son más propensos al suicidio que las mujeres. Por ejemplo, según el Instituto Nacional de Estadística, en 2011 se quitaron la vida en España 3.180 personas, de las que solo 745 eran mujeres.

El presidente de los psiquiatras españoles apunta a que el grupo principal del estudio, las personas con trastorno bipolar, tienen ya una base biológica para su patología, lo que podría sesgar el resultado. “El suicidio es multifactorial. Habrá que hacer otros estudios que tengan en cuenta los condicionantes sociológicos, culturales y psicológicos”. En cualquier caso, le parece muy positivo el trabajo –sin decir que ya está todo resuelto ni muchísimo menos-. “Hasta ahora tenemos muchos procedimientos diagnósticos pero son imperfectos porque la variabilidad individual es extraordinaria”. Por eso, este trabajo, “como avance parcial es muy interesante para seguir trabajando”, concluye.

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