El conflicto sobre las patentes de genes humanos llega a la justicia de EE UU
El Tribunal Supremo de EE UU evalúa si conseguir decodificar el material genético da derecho a la exclusividad sobre el hallazgo
¿Es el ADN algo natural o, en cambio, es el resultado de un experimento científico? Esta es la pregunta que ha pretendido contestar esta semana el Tribunal Supremo de Estados Unidos, aunque la resolución definitiva no se conocerá hasta junio. El caso a estudio, denominado Asociación Patológica Molecular versus Myriad Genetics (12-398), plantea si el hecho de haber descubierto cómo decodificar material genético, concretamente relacionado con la predisposición a padecer cáncer de ovarios y de mama, da derecho a la compañía Myriad Genetics a patentar su invento y quedarse con la exclusividad de la técnica. Lo que deben resolver los nueve jueces es si “un producto biológico y natural” puede ser valorado de la misma manera que los inventos descubiertos por los científicos e investigadores, y si, además, particulares y empresas pueden tener la propiedad intelectual sobre ellos.
La Asociación de Patología Molecular, que llevó el caso a los tribunales, es un grupo formado por médicos, asociaciones y pacientes que interpusieron la demanda en 2009 contra siete patentes en propiedad de Myriad vinculadas con este tipo de tumores malignos. Un juez federal de Nueva York les dio la razón en 2010, cuando sentenció que estas "no eran válidas”. Meses más tarde, y tras una apelación, otro magistrado decidió anular esta decisión, y fue entonces cuando el caso fue derivado al Tribunal Supremo, que tras las deliberaciones oportunas aceptó estudiar el caso.
Myriad Genetics es una empresa líder en el diagnóstico molecular en EE UU y también la compañía que consiguió aislar en 1993 el ADN que contienen los genes BCRA-1 y BCRA-2, relacionados con un mayor riesgo hereditario a padecer cáncer de mama y de ovarios. La mayoría de las personas cuentan con las versiones normales de estos genes, pero aquellas que muestran algún tipo de mutación en los mismos tienen una predisposición a padecer dichas enfermedades de entre el 85% y el 90%.
Lo que pretende esta compañía es tener la autoría exclusiva de estas patentes, para que aquellos pacientes que quieran someterse a consejo clínico para analizar estas mutaciones en sus genes, solo puedan hacerlo con ellos. Esto significa que los médicos independientes no podrán analizar el ADN de los genes BRCA, ya que con tan solo recoger una muestra y aislar el código genético para examinarlo, estarían manipulando una propiedad de Myriad Genetics.
La empresa cobra más de 3.000 dólares por una prueba de detección de material genético, pero médicos independientes han sostenido en The Washington Post que se podría realizar por 200 dólares si la patente no fuera exclusiva.
Por tales motivos, los denunciantes, que pertenecen mayoritariamente a grupos que luchan por los derechos de los pacientes y las libertades, afirman que la actitud de empresas como Myriad y su intención de patentar genes humanos -o parte de ellos- frenará las investigaciones médicas con el objetivo de salvar vidas. Algunos de ellos se han presentado esta semana a las puertas del Tribunal Supremo en Washington con pancartas que rezaban consignas como “su avaricia corporativa está matando a mis amigos” y “mis genes no son sus bienes”, según informa Associated Press.
La Oficina de Patentes y Marcas de EE UU lleva 30 años concediendo patentes sobre genes humanos. En total, se han otorgado a por los menos 4.000 compañías, universidades y otros profesionales que han conseguido descubrir y codificar genes humanos. Lo que siginifica que cerca de 20% de los 240.000 genes humanos totales son objeto hoy de una patente, entre ellos algunos vinculados a la enfermedad de Alzheimer o diversos tumores malignos.
Los nueve jueces del Tribunal Supremo, que escucharon esta semana los argumentos de las dos partes implicadas en este caso, podrían renunciar a emitir una amplia resolución, y alcanzar en cambio un compromiso que les permita diferenciar entre tipos de material genético. La juez Elena Kagan, mostró su preocupación por el impacto que pueda tener una resolución amplia sobre compañías que invierten en este tipo de investigación. Además, varios jueces, entre ellos Sonia Sotomayor, señalaron el lunes que no creen que el simple proceso de aislar y retirar genes humanos deba ser patentado.
El defensor del Gobierno, Donald Verrilli, ha abogado por un compromiso al estimar que el “material genético sintético” podía ser patentado como producto de la creación del hombre, en oposición a los genes aislados del cuerpo humano. Una opción intermedia que podría tentar a los jueces. “En Alemania o en Francia, no se puede obtener una patente simplemente por haber aislado un ADN” , ha declarado Verrilli durante la audiencia.
Dependiendo de la decisión que tomen los jueces, que llegará el próximo mes de junio, se podría modificar de forma radical la investigación médica actual, la lucha contra enfermedades graves como el cáncer de pecho y de ovario y la industria médica y biotecnológica multimillonaria. “Sobre todo puede tener consecuencias en otras patentes relacionadas con antibióticos, las vacunas, hormonas, las células madre, etcétera”, ha manifestado en The New York Times Robert Cook Deegan, director de ética genética de la Universidad de Duke.
Además, según el experto, también tendría una repercusión profunda en las empresas estadounidenses que han “arriesgado miles de millones dólares en inversión durante muchos años”. La empresa denunciada, por ejemplo, ha invertido unos 500 millones de dólares en la investigación de los genes de cáncer de mama y de ovarios. “Sin la capacidad de recuperar este dinero, no se producirán grandes descubrimientos científicos para combatir este tipo de enfermedades y muchas otras. Los avances científicos, además, se han hecho bajo el compromiso de una firme protección de las patentes”, ha asegurado en un comunicado Peter Meldrum, presidente de Myriad Genetics.
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