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Un tribunal italiano ordena a Juana Rivas que lleve a su hijo menor con su padre a Cerdeña

El abogado de la madre asegura que no entregarán al niño, amparándose en una decisión judicial española. Los jueces italianos dan la custodia en exclusiva al progenitor Arcuri

Juana Rivas, en 2018. EFE/Pepe Torres
Juana Rivas, en 2018. EFE/Pepe TorresPEPE TORRES (EFE)
Javier Arroyo

La justicia italiana ha otorgado la custodia exclusiva a Francesco Arcuri, expareja de Juana Rivas, y ha dispuesto también que en adelante la madre solo pueda ver a su hijo en Cerdeña (Italia), el lugar de residencia del padre. En estos momentos, y desde las vacaciones de Navidad, Daniel, el hijo de 11 años de la pareja, reside en España con su madre en virtud de una medida cautelar y temporal decidida por una jueza de Granada en el último momento antes de regresar el niño a Italia.

El 7 de enero, después de acudir a varias instancias judiciales y cuando se cumplía la fecha límite que el juzgado italiano había dado para que el niño volviera con su padre, Rivas y su equipo legal lograron que el menor fuera escuchado por una jueza en Granada. Tras esta entrevista ―la primera vez que se oía al niño en sede judicial― y con el apoyo expreso de la fiscalía, la jueza emitió un auto que permitía al menor quedarse con cierto respaldo legal en España. Ahora, el dilema que se plantea es si Rivas y sus abogados aceptarán que el niño regrese, o no, con su padre.

El letrado de Rivas, Carlos Aránguez, ha calificado la decisión del tribunal italiano de “inexplicable” y considera que “no afecta a la medida cautelar de protección que, en el ámbito penal, se adoptó en la jurisdicción española”. Por ello, el equipo legal de Rivas ha decidido que el menor no regrese con su padre.

En el auto del 7 de enero, la jueza indicaba que su decisión “se adoptaba exclusiva mente para la protección con carácter de urgencia del menor y de forma temporal” a la espera de una decisión definitiva del juzgado competente. Mencionaba, expresamente, que debía ser el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2. Días después, este juzgado rechazó la decisión al considerar que los hechos denunciados por los abogados no correspondían a un caso de violencia de género y, por tanto, no eran de su competencia. Según un portavoz del tribunal, “esta decisión provoca un posible conflicto de competencias entre juzgados que deberá resolver o bien el Decanato de los Juzgados de Granada en aplicación de sus normas de reparto o la Audiencia de Granada”. Por ello, al hecho de que haya dos legislaciones confrontadas, la española y la italiana, se suma el hecho de que hay que decidir qué juzgado es el competente para tomar una decisión firme sobre la permanencia o no del niño en España.

El auto que ordena la vuelta del niño a Italia, firmado por una jueza y un juez, es especialmente duro con Juana Rivas y sus peticiones. Así, el tribunal italiano indica que “Rivas, indiferente al hecho de que Daniel siempre haya vivido en Carloforte y tenga allí su hogar, sus compañeros de escuela y sus amigos, por segunda vez lo ha alejado arbitrariamente”. También reconoce la naturaleza “declaradamente temporal” del auto que permitió que el menor se quedara tras las vacaciones en España, “y probablemente basado en una reconstrucción unilateral y manipulada de los hechos presentada por Rivas, quien no ha tenido reparos en involucrar al pequeño Daniel, incluso induciéndolo a grabar un video”.

Esta sentencia del tribunal italiano que da la custodia definitiva al padre llega, también, dos meses y medio después de que este mismo juzgado oyera en Italia al menor. El 6 de diciembre, Daniel compareció ante la presidenta del tribunal de Apelación Civil de Cagliari. A la vez, hay un juicio pendiente contra Arcuri por presuntos malos tratos ejercidos contra su hijo menor. Según el equipo legal de Arcuri, aún no se ha designado un tribunal para juzgar esos hechos, aunque la Fiscalía italiana hizo un informe en el que no plantea dudas sobre que los malos tratos sí se dieron.

Aránguez ha asegurado que van a recurrir la decisión italiana porque “Arcuri está procesado en Italia por maltratar a su hijo Daniel”, lo que hace “inaudito, máxime siendo un menor, que una víctima deba convivir con su presunto agresor”. También porque, explica en un comunicado, “se separa a Daniel de su hermano mayor, Gabriel, que tras alcanzar los 16 años y denunciar a su padre por maltratarle, decidió trasladarse a España para vivir con su madre”. Y, finalmente, porque “esta nueva decisión infringe la sentencia dictada por la Corte de Casación italiana, que anuló radicalmente la anterior sentencia de instancia que también concedía la custodia a Arcuri”. La Corte de Casación italiana, explica Aránguez, ordena tener en consideración “que los hermanos han de vivir juntos, que ha de prevalecer el interés superior del menor por encima de cualquier otro. Y que ha de cumplirse la normativa europea sobre violencia de género y doméstica, de forma que no se puede establecer nada sobre custodia sin tener en cuenta los episodios de violencia, claramente existentes en este caso”.

El abogado de Rivas ha insistido también en que este tribunal “es la Sala de lo Mercantil de la Corte de Apelación de Cagliari, sin especialización en la materia. Ello es así porque la anterior decisión de la Sala de lo Civil de ese mismo Tribunal fue revocada por la Corte Suprema italiana, y no habiendo otra sala de lo civil, pasó a la especializada en Derecho Mercantil”.

La valoración de los letrados de Rivas concluye diciendo que “Juana Rivas cumplirá cualquier instrucción de la jurisdicción española sobre el menor, que es la que debe decidir sobre su protección, pues Daniel y Juana se encuentran en España”.

Mientras, durante el último mes y medio, Aránguez y su equipo han multiplicado sus querellas y denuncias contra Arcuri, con poco éxito. Este pasado lunes, por ejemplo, recibieron la última respuesta negativa a una de ellas, la denuncia por violencia de género vicaria que interpusieron en enero. El juez respondió a esa petición rechazándola por considerar que todo lo que mencionaban los abogados en su escrito estaba ya juzgado o juzgándose en otros tribunales.

Además de decidir la custodia y la marcha del niño con su padre, los jueces italianos han ordenado un régimen concreto de visitas, siempre en Cerdeña, y que los servicios de Bienestar Social del Ayuntamiento de Carloforte, localidad de residencia de Arcuri, vigilen la situación del menor, garantice educación a domicilio y notifique a las autoridades cualquier hecho relevante. También insta a los servicios de del hospital local que realicen una “nueva evaluación psicológica exhaustiva y brinden al menor el apoyo psicológico o psicoterapéutico necesario”. Por otro lado, Gabriel, el otro hijo que ya tiene 18 años, puede viajar a Italia a visitar a su padre según el tribunal, algo que no es muy probable que desee, ya que las últimas denuncias y acciones judiciales contra Francesco Arcuri están siendo últimamente firmadas tanto por Juana como por Gabriel.

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