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Juana Rivas consigue que su hijo menor permanezca de manera provisional con ella en España

Un último recurso ante la jueza de guardia granadina y el apoyo de la Fiscalía evitan que el niño tenga que regresar de momento a Italia para residir con su padre, investigado por malos tratos

Juana Rivas, en una de las sesiones del juicio contra su expareja.
Juana Rivas, en una de las sesiones del juicio contra su expareja.Valerio Mereu
Javier Arroyo

La jueza de guardia en Granada, tras la petición en ese sentido de la Fiscalía de Menores, ha decidido sobre las once de la noche de este martes que Daniel Arcuri Rivas, el hijo de 10 años de Juana Rivas y Francesco Arcuri, permanezca en España con su madre y no tenga que volver a Cagliari (Italia) con su padre una vez terminadas las vacaciones navideñas, al menos temporalmente. La decisión llega apenas diez horas antes de que el niño tuviera que coger el vuelo de vuelta a Italia. La jueza se ha inhibido en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Granada, que deberá ahora decidir si le corresponde asumir el procedimiento dado que en el mismo ya constaba una denuncia por malos tratos presentada por la madre. Esa denuncia se encuentra actualmente archivada, pero la decisión de archivo no es firme porque está recurrida ante el propio Juzgado de Violencia. Daniel está en España, con su madre y su hermano mayor, desde el pasado 22 de diciembre. Con el fin de las vacaciones y la vuelta al colegio, el niño debía regresar a Italia con su padre pero Rivas solicitó ante el Tribunal de Apelación de Cagliari el jueves pasado que su hijo permaneciera con ella.

El tribunal italiano negó esa posibilidad y puso como fecha límite este miércoles 8 para que Daniel estuviera ya con su padre. Un tribunal de familia granadino se inhibió del caso en la mañana del martes, un día antes del límite. El equipo jurídico de Rivas acudió a la Fiscalía y al juzgado de guardia en Granada en la tarde noche del martes. Finalmente, la fiscalía remitió un escrito al juzgado solicitando que se escuchara al menor y, en su caso, se suspendiera la guarda y custodia del padre para otorgársela provisionalmente a la madre, “sin perjuicio de lo que resuelvan definitivamente las autoridades italianas competentes”.

La jueza, pasadas las ocho de la tarde, aceptó la opinión de la fiscalía y decidió entrevistar al menor a última hora. Tras escuchar a Daniel y valorar su estado anímico, la jueza ha decidido que no debe volver a Italia con su padre, investigado en ese país por malos tratos. . Para Sira Riego, ministra de Juventud e Infancia, la decisión judicial ha permitido que “la voz de Daniel haya sido finalmente escuchada. Ha podido contar lo que vive y explicar por qué siente miedo. Este es un paso fundamental, pero no suficiente. El alivio y la satisfacción que sentimos hoy al saber que, por ahora, Daniel estará seguro, no borran el dolor que ha vivido ni el calvario que ha atravesado junto a su madre Juana Rivas y su hermano mayor Gabriel”. La ministra ha insistido este miércoles por la mañana en que “las niñas y los niños tienen derecho a ser escuchados, a ser creídos, a crecer en un entorno que garantice su seguridad y bienestar. No podemos permitir que niños como Daniel sean invisibilizados y silenciados”.

Finalmente, la ministra ha reconocido a EL PAÍS que aunque “España tiene una ley pionera para la protección de la infancia, la LOPIVI [aprobada en 2021], sabemos que el camino es todavía largo y estamos trabajando para reforzarla, incluyendo la prohibición explícita del síndrome de alienación parental (SAP), una pseudoteoría desacreditada por la ciencia que no hace más que perpetuar la violencia machista en las instituciones”.

El jueves pasado, dos de enero, Juana Rivas solicitó al juzgado italiano que Daniel permaneciera bajo su custodia y no volviera con su padre por considerar que eso ponía a Daniel en situación de “grave riesgo” a tenor de lo que habían relatado a su madre los dos niños, Daniel y Gabriel, que cumplió la mayoría de edad el pasado mes de abril. Además, la Fiscalía italiana concluyó en noviembre de 2024 una investigación que concluía que existían indicios de malos tratos por parte de Arcuri a sus dos hijos.

En apenas 24 horas, al día siguiente, el tribunal italiano, conformado por una presidenta y dos jueces más, rechazó la petición de Rivas considerando que no existían “elementos nuevos que justifiquen modificar las disposiciones emitidas en interés del menor mediante orden depositada el 12 de diciembre de 2024 [pocos días después de una declaración judicial del menor] y parcialmente modificada el 18 de diciembre de 2024″. Esta decisión ha sido recurrida aunque el recurso aún no ha sido resuelto.

Las 24 horas previas a la marcha de Daniel a Italia, que tendría que haber ocurrido este miércoles, han sido de una actividad frenética en los juzgados. En primer lugar, los abogados de Rivas esperaron una decisión del juzgado de Familia de primera instancia 10 de Granada. Su titular, la jueza Juana Carreño, según ha informado Aránguez en un comunicado, dictó un auto en el que “no se considera competente para dictar medidas de protección del menor Daniel Arcuri Rivas y que se inhibe al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada”, en el que existía una denuncia de Rivas por maltrato contra sus hijos. Los letrados de Rivas han acudido de nuevo a este juzgado, a pesar de que hace pocos días había desestimado la denuncia, para hacer un último intento e infructuoso intento. Ahora, por orden de la jueza de guardia, este juzgado deberá tomar una decisión sobre la custodia futura del menor.

Ante estas dos negativas y ante lo que los abogados han calificado como “extrema urgencia de la situación”, los letrados se dirigieron a la Fiscal Jefa de la Fiscalía Provincial de Granada, “para denunciar esta situación, rogándole que adopte a la mayor brevedad posible medidas de protección para el menor, que se encuentra en clara situación de riesgo, pidiendo protección internacional por amenazas contra su vida, insistiendo especialmente en la necesidad de que sea escuchado”. A última hora de la tarde, sobre las ocho, se conocía el escrito de la Fiscalía recomendando a la jueza de guardia que tomara declaración al niño y, minutos después, la decisión de la jueza de escuchar al niño en su juzgado esa misma noche. “Un avance fundamental en el caso porque es la primera vez que el menor va a ser escuchado por un juez en España”, según calificaba Carlos Aránguez. Ocho o diez horas antes de coger el avión, finalmente, la familia Rivas conocía la noticia de que podían quedarse los tres juntos.

Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia, publicó en la red X que está en contacto con los abogados de Juana Rivas. Fuentes de este ministerio han explicado a EL PAÍS que hace meses que se inició ese contacto y que, a partir de ahí, han trabajado en distintas opciones de apoyo, incluyendo una posible personación en el caso, algo que han desechado al no tener viabilidad legal. Hace unos meses, cuentan, se dirigieron a la Fiscalía de Menores para dar traslado de su preocupación por la integridad de Daniel y, siguiendo los deseos de la madre, en un intento de que se escuche la opinión del menor en los órganos judiciales españoles, algo que finalmente ha ocurrido, precisamente con el apoyo de Fiscalía. También la anterior ministra de Igualdad y ahora eurodiputada de Podemos, Irene Montero, o la exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, entre otras personas, han publicado en X solicitando la permanencia del menor en España.

El pequeño Daniel llegó a España el pasado 22 de diciembre para pasar las vacaciones con su madre y su hermano. Al poco de aterrizar, Rivas y los hijos descubrieron –por un mensaje del padre– que el propio Arcuri había viajado también a España. Al día siguiente, y por el tono de los mensajes entre otros motivos, Rivas y su hijo mayor denunciaron al padre por dos presuntos delitos: uno de maltrato y otro de coacción de testigo y amenaza.

De hecho, la familia denunció hasta 40 mensajes por Whatsapp de Arcuri a Rivas y Ministerio de Interior activó el sistema de alerta máxima en casos de violencia de género, calificando la situación “de alto riesgo” para la madre y el menor. Además, según ha contado Daniel a su madre y hermano, el padre le amenazó para que en una comparecencia del menor ante el juez el pasado seis de diciembre en el caso de los presuntos malos tratos de Arcuri declarara a su favor y dijera que la situación familiar de padre e hijo era normal. A principio de diciembre, además, Gabriel dio a conocer una carta suya a la fiscalía italiana en la que denunciaba “continuos ataques físicos y verbales de mi padre durante los cinco años que he convivido con él. A pesar de la multitud de amenazas (también de muerte) de mi padre con el fin de que no hablase de lo que ‘no debía’ cuando en los juzgados o en consultas me preguntaban por la situación que estábamos viviendo”.

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