Identificadas seis proteínas clave en el cáncer de mama
Los investigadores afirman que su control puede ser un medio de afrontar el tumor
El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres. Aunque su tasa de curación actual está, de manera general, cerca del 70%, la metástasis de pulmón es una de sus peores complicaciones. Investigadores del Centro de Investigación del Cáncer (IBMCC), un organismo dependiente del CSIC y la Universidad de Salamanca, han encontrado seis proteínas que tienen un doble papel clave en este proceso: ayudan a su crecimiento y favorecen su extensión.
El trabajo, que ha dirigido Xosé Bustelo, se publicará en Science Signalling El cáncer de mama es uno de los más frecuentes en la actualidad. En España se diagnostican cada año unos 15.000 casos nuevos y, en la franja de edad entre los 45 y 55 años, este tumor es el que presenta una mayor mortalidad en mujeres afectadas de cáncer. Aunque mucho menos frecuente, este tumor también se desarrolla en hombres. Actualmente la tasa de curación de este tumor se encuentra sobre el 66% de los casos. Sin embargo, aquellos pacientes que desarrollan metástasis periféricas o que recurren en la enfermedad tras el tratamiento inicial tienen porcentajes de curación mucho más reducidos.
La investigación comenzó por un gen, el que codifica la proteína Vav3, porque se vio que estaba sobreexpresado en casos de cáncer. Al inactivarlo, junto a otro cercano, el Vav2, se descubrió que ambas proteínas eran clave en el crecimiento del tumor. Pero no solo eso, también tenían un papel en su propagación.
En verdad, las Vav2 y Vav3 no actúan directamente en el cáncer. Son parte del proceso regulador de la activación de otros genes (cada uno de ellos tiene el código para fabricar una proteína) que sí están directamente relacionados con el crecimeinto del cáncer. Por eso, de alguna manera, ayudaron a determinar una especie de huella genética del tumor (bastaba con ver qué activaban o desactivaban). De toda esta amplia batería de posibilidades, seleccionaron “cuatro proteínas adicionales (Ilk, Inhibina betaA, ciclooxigenasa 2 y Tacstd2) que cuando se inhibían genéticamente disminuían el crecimiento del tumor primario y eliminaban por completo las metástasis del cáncer de mama al pulmón”, indica el CSIC en una nota.
Se trata de una investigación en estado pre-clínico; es decir, en el laboratorio. Eso quiere decir que su posible aplicación práctica está a años vista. Pero da información de posibles dianas terapéuticas. “Este trabajo ha identificado nuevas dianas terapéuticas y demostrado a nivel pre-clínico que potencialmente serían de interés en este tipo de cáncer. Sin embargo, su implementación práctica vendrá condicionada por la capacidad de desarrollar en un futuro próximo fármacos capaces de inhibirlas de manera efectiva y, obviamente, a que funcionen sin efectos colaterales tóxicos en los pacientes con cáncer”, ha declarado Bustelo.
Pero, en cambio, la posibilidad de usar esta información para predecir qué va a pasar con el tumor (la huella genética) es más inmediata. Y, de hecho, la Universidad de Salamanca, el CSIC y el CIEMAT ya han registrado patentes al respecto.
El cáncer de mama es uno de los más frecuentes en la actualidad. En España se diagnostican cada año unos 15.000 casos nuevos y, en la franja de edad entre los 45 y 55 años, este tumor es el que presenta una mayor mortalidad en mujeres afectadas de cáncer. Aunque mucho menos frecuente, este tumor también se desarrolla en hombres. Actualmente la tasa de curación de este tumor se encuentra sobre el 66% de los casos. Sin embargo, aquellos pacientes que desarrollan metástasis periféricas o que recurren en la enfermedad tras el tratamiento inicial tienen porcentajes de curación mucho más reducidos.
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