Wert y los rectores escenifican la vuelta al diálogo
El ministro discutirá con los responsables universitarios parte de los recortes, pero no las tasas
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, y los rectores han retomado el diálogo tras el plantón que los responsables de los campus le dieron hace dos semanas. Así, las relaciones parecen haberse normalizado tras aquel duro e inédito golpe institucional, aunque en la parte del fondo —la discusión sobre los recortes—, ha habido una de cal y otra de arena. Esto es, Wert creará una comisión mixta entre los rectores y el ministerio para aclarar con un desarrollo varias partes del decreto de recortes en educación que afectan a los campus (sobre todo, la que se refiere a subir las horas de clase a los profesores para ajustar las plantillas), pero no tratará con ellos la subida del precio de las matrículas universitarias, cuya decisión recae ahora enteramente, dijo Wert, en las comunidades autónomas.
El encuentro ha sido el Consejo de Universidades extraordinario sobre las medidas de ajuste que pedían los responsables de los campus y que, por ser denegado en un principio, causó el plantón. Así, se escenificó el reencuentro (hubo otra reunión el viernes, pero no fue el ministro, sino la secretaria de Estado) y varios rectores interpretaron en las palabras de Wert hizo una suerte de reconocimiento de que tal vez su departamento ha fallado en las formas. El ministro, por su parte, dejó claro que no se ha disculpado, sino que señaló que “no es bueno para ninguna de las dos partes” que no haya diálogo.
Las relaciones no podían haber empezado peor, con un cruce de declaraciones de más de un mes, en el que los rectores criticaban un recorte inoportuno en tiempos de crisis, mal hecho técnicamente y que, además, no se les había consultado, y con un ministro que criticaba duramente lo que considera falta de calidad y de eficiencia de las universidades. La presidenta de la Conferencia de Rectores (CRUE), Adelaida de la Calle, agradeció las palabras del ministro, esta vez, a favor del gran potencial de los campus, aseguró. Parece superada, pues, esa declaración de la CRUE en la que pedían reunirse directamente con Mariano Rajoy.
Pero el encuentro también era importante por otro motivo, que tiene en vilo a cientos de miles de universitarios (los presentes y los futuros que están haciendo la Selectividad), que aún no saben cuánto les costará la carrera el curso que viene. En este punto, el ministro remitió a los rectores a discutir con las comunidades, pues es de ellas la decisión de cuánto subirán las matrículas.
Ello, a pesar de que algunas autonomías están esperando que el ministerio aclare un poco más los criterios para hacerlo. El real decreto aprobado en abril dice que el precio de las tasas deberá cubrir, a partir del próximo curso, entre el 15% y el 25% del coste real de los estudios y mucho más para los repetidores.
El problema es que no está nada claro cuál es ese coste real (las universidades no tienen preparados los datos para calcularlo) y, sin él, la única posibilidad es hacer cálculos aproximados dentro de los que caben muchísimas interpretaciones y variables, tantas, que en la práctica cada autonomía puede decidir el porcentaje de subida que prefiera hasta el 66% máximo de subida que estimó el ministerio. Wert, aunque admitió que existen varias fórmulas para calcular los costes, insistió en que depende de las autonomías elegir una y luego decidir en que tramo de la horquilla colocan las tasas. En todo caso, una portavoz del departamento aseguró que se están ofreciendo aclaraciones a las comunidades que se las están pidiendo.
El ministerio rechazó la propuesta de los rectores para que el aumento de las matrículas se aplique gradualmente, esto es, que este año solo afecte a los alumnos recién llegados. Los rectores seguirán intentando, ahora con las comunidades, que subida de matrículas sea la menor posible, dijo De la Calle.
Sí habrá, sin embargo, una comisión mixta formada por los rectores y el ministerio para estudiar cómo aplicar el resto de medidas, sobre todo, la dedicación de los profesores, que, según los rectores, está mal formulada técnicamente. El decreto busca que los docentes que investiguen poco tengan más horas de clase, mientras que los que investiguen mucho puedan reducir su número de clases. En el fondo, la idea es similar a la del aumento de horas lectivas en primaria y secundaria, es decir, poder reducir las plantillas prescindiendo de al menos una parte de los profesores sin plaza fija. La comisión empezará a trabajar lo antes posible para poder aplicar las medidas el próximo curso.
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