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La autopsia de Terri Schiavo revela que los daños sufridos por su cerebro eran irreversibles

El cerebro de la mujer pesaba sólo 615 gramos, la mitad de uno normal

Michael Schiavo quiso que a su esposa Terri, la paciente en estado vegetativo cuya desconexión de los aparatos que la alimentaban generó una gran controversia sobre el derecho a morir a EE UU, le realizaran la autopsia una vez muerta para que no quedara duda de que él estaba en lo cierto y para despejar cualquier acusación de maltrato. Los resultados de la autopsia, dados a conocer hoy, dos meses después de su muerte, revelan que el cerebro de la paciente, tras pasar más de la tercera parte de su vida en estado vegetativo, había sufrido un daño tan "severo y masivo" que ninguna terapia actual hubiera podido recuperar. El examen añade que no hay evidencias de estrangulaciónu otras lesiones traumáticas que pudieran haberla llevado al coma.

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La autopsia confirma el diagnóstico de que la mujer, que murió el 31 de marzo pasado a los 41 años, estuvo en "persistente estado vegetativo" desde que, en 1990, su cerebro resultó dañado en un ataque cardiaco producido por una súbita bajada de potasio. El forense encargado de examinar el cuerpo, Jon Thogmartin, ha explicado que, en el momento de su muerte, el atrofiado cerebro de Schiavo pesaba sólo 615 gramos, la mitad de uno normal. "Este daño era irreversible y ninguna terapia o tratamiento hubiera permitido regenerar tal masiva pérdida de neuronas", ha subrayado el médico, forense del condado de Pinellas, en la costa oeste de Florida (EE UU), donde murió Terri.

Thogmartin ha indicado además que la paciente no había sufrido ningún trauma ni anterior ni posterior al colapso que la condujo al estado vegetativo. Así, no hay evidencia de estrangulamiento u otros traumas que pudieran haber provocado dicho estado. La muerte de Schiavo se produjo por deshidratación 13 días después de que se desconectara la máquina por la que se alimentaba y bebía. Para el forense, la paciente no hubiera podido ingerir alimentos o beber de haber sido alimentada de forma natural tal y como sus padres habían argumentado.

En "estado vegetativo persistente"

"No hay nada en la autopsia que sea inconsistente con un estado vegetativo persistente", ha señalado Stephen J. Nelson, médico asistente en la autopsia. Thogmartin ha revelado que la mujer estaba ciega, ya que "los centros de visión de su cerebro estaban muertos". El informe presentado hoy ante la prensa resalta además que Schiavo no sufrió ningún ataque al corazón antes de su deceso y destaca que no había evidencia de que hubiera ingerido algún tipo de medicamento dañino o cualquier otra sustancia en los días previos a su muerte.

Según estos datos, el marido de Schiavo quedaría exculpado de las acusaciones de maltrato que los padres de Terri habían apuntado como el origen del estado vegetativo de su hija, acusaciones que Michael siempre negó. La disputa judicial entre el esposo de Schiavo, que alegaba que ella no hubiera querido vivir así, y la familia de la mujer, que quería prolongarle la vida, desató en Estados Unidos una enconada controversia sobre el derecho a vivir o a morir.

El caso adquirió tal relavancia que llegaron a verse implicadas las principales instituciones del país, incluido el Senado, el Estado de Florida y el propio presidente, George W. Bush, quien intentó forzar la reconexión de Terri pese a la oposición de todos los tribunales de justicia del país. Unos 40 jueces de hasta seis tribunales y el Tribunal Supremo de EE UU analizaron el caso, después de que un magistrado de Florida autorizara a Michael Schiavo a ordenar la retirada de la sonda que alimentaba a la mujer.

El forense Jon Thogmartin presenta los resultados del examen realizado a la paciente, muerta el 13 de marzo.
El forense Jon Thogmartin presenta los resultados del examen realizado a la paciente, muerta el 13 de marzo.REUTERS

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