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NUTRICIÓN
Tribuna
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Toda la verdad sobre la dieta antiinflamatoria: ¿moda o ciencia?

La inflamación es un sistema de defensa del cuerpo que ayuda a reconocer los virus, a regenerar los tejidos afectados y a crear barreras físicas para evitar agentes dañinos

Dieta antiinflamatoria
Las frutas y verduras, ricas en antioxidantes y fitonutrientes, ayudan a reducir la inflamación.Kristina Vianello (Getty Images)
Azahara Nieto

Basta darse un paseo por redes sociales para saber cuál es la dieta de moda. Ahora la inflamación es el enemigo a batir, como antes lo fue la grasa, después los azúcares y a saber qué será lo próximo.

La ciencia avanza, como es normal, y cada vez sabemos más sobre nuestra alimentación. La cuestión es qué enfoque le damos, cuánta es la evidencia, y cuánto es el negocio y las intenciones de vendernos determinadas dietas, modelos de alimentación, o estilos de vida. Estamos en un momento muy distópico en el que se patologizan procesos normales como la inflamación o la subida de la glucemia en sangre después de las comidas. Todo es extraordinariamente patológico, y lo que dice la ciencia, en realidad, es que todo es totalmente normal.

Ahora se lleva la dieta antiinflamatoria, y se vende como un recurso para acabar con la inflamación, ¿pero acaso la inflamación es un problema?

Realmente, la inflamación es necesaria, ya que es un sistema de defensa que tiene el cuerpo: si no hubiera inflamación, el cuerpo se quedaría indefenso ante las múltiples agresiones, por tanto, es algo deseable que ocurra y que funcione bien. Entre las funciones de la inflamación están:

Defensa contra infecciones:

Reparación de tejidos:
Barreras Físicas:

Otra cosa es que la inflamación sea crónica, en este caso provocará efectos negativos como una inflamación prolongada que puede dañar tejidos y órganos, enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II, artritis, y ciertos tipos de cáncer) y una desregulación del sistema inmune, que puede provocar respuestas inmunitarias inadecuadas o autoinmunidad.

Quizás sean mis ojos segados de nutricionista no pesocentrista, pero también creo que se está utilizando como un eufemismo para “gorda” o “gordo”. Ahora ya no estás gorda, sino que estás inflamada. Y no dejan de salir publicaciones de dudoso rigor científico que te ofrecen un protocolo antiinflamatorio, una dieta y unos cuantos suplementos, para bajar dicha inflamación.

Qué dice la ciencia

En una revisión sistemática se realizaron búsquedas en bases de datos como Medline, PubMed, EMCare, Cochrane y CINAHL para identificar ensayos controlados aleatorios (RCTs). Dos investigadores revisaron de forma independiente 1537 RCTs que medían cambios en los marcadores de inflamación después de prescribir una dieta de intervención. La revisión sugiere que las dietas antiinflamatorias, especialmente la dieta mediterránea, pueden reducir varios marcadores de inflamación y mejorar los resultados de enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación.

En realidad, resaltan las propiedades antioxidantes de nuestra dieta mediterránea. No hay una dieta antiinflamatoria descrita como tal por la ciencia.

Quizás con la vida que llevamos de prisas, poca cocina y comida a domicilio, se nos haya olvidado en qué consistía una alimentación saludable, y en concreto la dieta mediterránea, que resalta la revisión sistemática. La dieta mediterránea se caracteriza por:

Los mecanismos antiinflamatorios que se producen aquí son los siguientes: antioxidantes y polifenoles (presentes en frutas, verduras, y aceite de oliva, ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación); ácidos Grasos Omega-3 (en pescados como el salmón y las sardinas, reducen la producción de moléculas inflamatorias); fibra dietética (mejora la salud intestinal, lo que puede tener un efecto antiinflamatorio indirecto al mejorar la flora intestinal); reducción de alimentos procesados de mala calidad y de ultraprocesados (la finalidad es reducir la inflamación crónica).

Quizás antes de dejarnos llevar por modas, y pensar qué dieta es mejor para dejar de ser mortales y alejarnos de la inflamación, el antienvejecimiento o demás circunstancias que van con la propia vida, habría que revisar como es nuestra alimentación de base. Si es necesario hacer cambios, bienvenidos sean, pero hacer por hacer, no siempre es una buena idea.

Es importante poner en jaque qué nos ofrecen y quién, ver su formación, su modo de trabajar, si hay ciencia detrás o un amifuncionismo de base, sobre todo, para no acabar poniendo en peligro nuestra salud y nuestro bolsillo.

NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.

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Sobre la firma

Azahara Nieto
Nutricionista clínica, fundadora de la consulta on line 'Se come como se vive'. Graduada en nutrición (UCM), máster en trastornos de la conducta alimentaria (UEM) y especializada en alimentación vegetariana y vegana (INCS).
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