_
_
_
_

Emilia Gómez Pardo, bióloga: “Esas jornadas laborales que llevamos la mayoría de la población son un ataque a la salud”

La divulgadora científica desgrana en el libro ‘Más vida, menos cáncer’ la “polipíldora” para prevenir: cambiar estilo de vida y factores ambientales, asegura, podría evitar 84.000 tumores al año

Emilia Gomez Pardo
Emilia Gómez Pardo, divulgadora científica y autora del libro 'Más vida, menos cáncer', en su casa de Madrid.Santi Burgos
Jessica Mouzo

“Algo no se está haciendo bien. Individualmente y como sociedad”, resopla con pesar Emilia Gómez Pardo, bióloga molecular de formación y divulgadora científica de profesión. Las enfermedades relacionadas con el estilo de vida están creciendo y el futuro pinta poco halagüeño, augura la experta (Zaragoza, 62 años): una epidemia de obesidad se expande por el planeta en niños y mayores y el cáncer crece sin pausa a edades cada vez más tempranas.

Hay que revertir los malos hábitos, como el consumo de tabaco y alcohol, y atajar la mala alimentación, el sedentarismo, el estrés y el mal dormir que enferma a la calle, advierte Gómez Pardo, que es doctora en Bioquímica y Biología Molecular y tiene un máster en Nutrición y Salud. “Primum non nocere”, repite como un mantra en una entrevista por videoconferencia con EL PAÍS. Primero, no hacer daño. El antiquísimo principio que fijó las líneas inquebrantables de la medicina es el hilo de partida del que tira esta divulgadora y asesora en salud en su libro Más vida, menos cáncer (Arpa Práctica, 2023) para ayudar a prevenir una de las enfermedades más devastadoras: el cáncer.

En un ejercicio de pedagogía y divulgación de la ciencia más compleja, Gómez Pardo pone negro sobre blanco la evidencia disponible en prevención. Sin contemplaciones, desmonta mitos y creencias sobre el cáncer y deja sobre la mesa las herramientas que pueden ayudar a sortear esta enfermedad. Minimizar los riesgos está en manos de cada uno, resuelve: “0% de culpa, 100% de responsabilidad”. Spoiler: no hay recetas mágicas.

Pregunta. ¿Hasta qué punto se puede evitar el cáncer?

Respuesta. El cáncer es una enfermedad compleja y son muchas las cuestiones que influyen. Primero, las características individuales en las que no tenemos manejo, como la edad, el sexo y la genética. Luego, está el estilo de vida, que es lo que más podemos manejar, y los factores ambientales, que hay algunos que sí que podemos controlar, como la radiación ultravioleta o las prácticas sexuales de riesgo. Cuando tenemos en cuenta todas las variables que nosotros podemos manipular, las del estilo de vida y los factores ambientales, la ciencia habla de que hasta el 50% se podrían evitar. Cuando quitamos los factores ambientales y solo hablamos del estilo de vida, entonces es el 30% o 40% [los que se podrían evitar]. Al final, son cifras tan contundentes en sí mismas que, incluso barajando la más bajita (el 30%), y sin tener en cuenta el incremento de incidencia, que en España es una barbaridad, estamos hablando de 84.000 cánceres al año que se podrían evitar. En 10 años, 840.000, casi un millón.

P. Usted propone una “polipíldora sin efectos secundarios” y secundada por la ciencia para prevenir el cáncer. ¿En qué consiste?

R. La polipíldora tiene un efecto sinérgico, pero cada uno de los elementos de la píldora tiene su acción positiva. En el caso de un estilo de vida, cada una de las partes, como la alimentación o la actividad física, tienen su efecto positivo. Estar en peso normal y evitar comportamientos de riesgo, como el consumo de alcohol o el tabaquismo, también tiene efectos positivos. Cada uno, e independientemente de los demás, tiene mucho impacto en la salud, pero cuando se hace al completo todo, el efecto es tan claro como que podemos vivir 10 años más libres de enfermedad. Además, si nos focalizamos en cáncer, con esa polipíldora conseguimos reducir el 40% [de los tumores]. Pero es que la misma polipíldora reduce las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el alzhéimer, el párkinson, las enfermedades gastrointestinales, depresiones… Lo que hace esta polipíldora es proteger la salud, que es nuestro bien más preciado.

P. Esta estrategia no es nueva. La gente sabe que fumar es malo y hacer ejercicio es bueno, pero ¿por qué no hacen caso a estas recomendaciones?

R. Son muchas variables. La primera es la condición humana de que nos sentimos todos invulnerables, ese pensamiento mágico de “a mí no me va a pasar”. También, desde el punto de vista fisiológico, creo que las personas desconocen de verdad el impacto tan tremendo, para bien o para mal, de cualquiera de nuestros actos. Yo no creo que las personas sean conscientes de que, cuando eligen comer una hamburguesa con patatas fritas ultraprocesadísimas en vez de un plato vegetal, están impactando en su salud. Cada comida es importante. Cada vez que no te levantas de la silla estás decidiendo qué haces con tu vida. Y luego, por otra parte, vivimos en un ambiente que no favorece nada: no tenemos tiempo, hay alimentos ultraprocesados por doquier, baratos y que se presentan como solucionadores de problemas…

“Esperamos una crisis sin parangón: niños con sobrepeso pueden llegar a ser adultos enfermos”

P. Dice en el libro que la mayor amenaza para la salud somos nosotros mismos y nuestras decisiones. ¿Tan mal lo hacemos?

R. Muy mal. Pero nada de culpa, no se puede culpar a las personas, sino al sistema. Lo hacemos muy mal porque nadie nos enseña a hacerlo bien. En la encuesta de salud, el 70% de las personas dicen que llevan una alimentación saludable, pero la realidad es muy tozuda: puedes decir lo que quieres, pero los datos son los que son y en España hay casi 300.000 cánceres nuevos cada año y está incrementando. Todas las enfermedades relacionadas con el estilo de vida no hacen más que aumentar, así que algo no estamos haciendo bien a nivel individual y como sociedad.

P. Usted dice que nuestra salud se ha convertido “en un producto comercial”. ¿Cómo se reparten las responsabilidades de cada uno y de la industria?

R. La salud es una responsabilidad compartida, pero al final, una tabacalera puede hacer la publicidad que quiera, pero el acto último de coger o no el cigarro es una decisión individual. Pero, lo que no puede permitirse es confundir a la persona: el que decide coger un cigarro, comer algo o quedarse sentado en la silla, tiene que ser muy consciente del impacto, no puede estar engañado. No nos pueden vender falsas ilusiones, hay que despertar el espíritu crítico.

P. ¿Solo hay un buen estilo de vida? Cada vez surgen más opciones que prometen más y mejor salud.

R. Hay uno, pero se puede aplicar perfectamente con sus variaciones a la cultura, a la edad, a la situación y a los gustos, que son muy importantes. Un estilo de vida tiene que ser compatible con tus gustos, porque si no, no es sostenible en el tiempo. Pero solo hay uno: primero, evitar comportamientos de riesgo, si dejas de hacerte daño, ya tienes mucho camino; y luego, usemos la forma de vivir a nuestro favor: el estilo de vida es un escudo protector y solo hay una alimentación sana y solo hay una manera de vida activa, que es moverse.

Emilia Gómez Pardo, divulgadora científica y autora del libro 'Más vida, menos cáncer', en su casa de Madrid.
Emilia Gómez Pardo, divulgadora científica y autora del libro 'Más vida, menos cáncer', en su casa de Madrid.Santi Burgos

P. Usted hace una declaración de intenciones: este libro va de ciencia, no de mitos, ni creencias. ¿Hay mucho intruso en la prevención del cáncer?

R. Hay mucho intruso en todo lo que tiene que ver con la salud. Demasiados. Como todos tenemos cuerpo, todos sabemos, y como la salud es un negocio, hemos empezado a ir a peor. Las grandes afirmaciones deben de estar sustentadas por grandes evidencias.

P. ¿Cómo afectan esas varitas mágicas que se prometen en redes, por ejemplo, en los resultados en salud?

R. Es humano agarrarte al pensamiento mágico, pero también hay que luchar contra eso. La salud es una cosa que se trabaja 24 horas al día y no hay nada, absolutamente nada, milagroso. Estas recetas mágicas obvian el resto: salud es tomarse a las siete de la mañana un vaso de agua con tres gotas de limón, ¿y el resto qué? La salud no es eso, es hacerlo todo moderadamente bien con constancia. No hay ningún alimento que por sí solo tenga efectos beneficiosos.

P. Se está adelantando la edad de aparición de algunos tumores. ¿Es por los malos hábitos?

R. Malos hábitos, estilo de vida y condiciones ambientales. Por primera vez en la historia, la esperanza de vida está disminuyendo.

P. Dentro de los malos hábitos, ¿el tabaco es el enemigo público número uno?

R. El enemigo público número uno. Cuando hablamos de cáncer, es el responsable del 33% de ellos y no solo de pulmón. Si se dejara de fumar, el cáncer de vejiga sería una enfermedad rara. En cáncer también hay que distinguir entre causa, como el tabaco, que es la principal causa, y la asociación: la alimentación tiene que ver con uno de cada tres cánceres, no porque sea causa, pero tiene mucho que decir en el desarrollo del proceso oncológico.

Llegar a la adolescencia con kilos de más es una puerta de entrada a un montón de patologías”

P. A propósito de la alimentación, la obesidad está creciendo en todo el mundo, también a edades muy tempranas. ¿Qué esperan?

R. Esperamos una crisis enorme y tremenda, sin parangón. Niños con sobrepeso pueden acabar siendo adultos enfermos porque estas condiciones se arrastran a lo largo de la vida. Entrar en la adolescencia con kilos de más es una puerta de entrada a un montón de patologías. Nuestros niños tienen colesterol, hipertensión… ¡es una locura!

P. Hablando de nutrición, ¿por dónde empezamos?

R. Es tan fácil de decir como difícil de hacer. Tiene que ser una alimentación mayoritariamente vegetal, focalicémonos en positivo en el consumo de frutas y verduras e iremos desplazando alimentos nocivos. Si lo hacemos desde la restricción, está claro que no funciona porque basta que nos prohíban, para que nos apetezca. Focalízate, para empezar, en la verdura que quieras, la que te guste, y proponte cumplir la recomendación de verduras y frutas.

P. Hay muchos suplementos dietéticos que prometen ayudar a cubrir determinados nutrientes. ¿Esto es coger un atajo en el camino de la alimentación sana? ¿Te lleva al mismo sitio?

R. Es absolutamente contraproducente. Es una estrategia de la industria. Nos hemos desconectado del acto de comer, que es lo que le da al cuerpo nutrientes. El cuerpo es una máquina compleja, no puede haber una solución sencilla. Llevamos miles de años en la tierra y nunca ha habido estos suplementos: los nutrientes se comen a través de los alimentos y cuando llevas una alimentación sana, no necesitas ningún nutriente, salvo que el médico te lo detecte.

P. En cuanto al ejercicio, en el libro tira de refranero popular: Poca cama, poco plato y mucho zapato. ¿Cuál es la consigna que propone?

R. Ese refrán nos habla de movimiento, no de ir al gimnasio a hacer pesas, que también, o de ir al gimnasio a machacarnos de siete a ocho y luego el resto del día, tumbados. La vida activa es moverse. Hay que moverse cada día y cuanto más te muevas, mejor. Si además haces ejercicio, perfecto, pero es mucho más importante identificar que el cuerpo está diseñado para moverse. Esas jornadas laborales que llevamos a la mayoría de la población es un ataque a la salud.

Si se dejara de fumar, el cáncer de vejiga sería una enfermedad rara”

P. A propósito del alcohol, siempre hay controversia en la comunidad científica sobre las presuntas bonanzas de este producto, como, por ejemplo, su capacidad cardioprotectora. ¿Eso confunde a la gente? ¿Cuál es el mensaje?

R. Confunde tanto, que todavía hay médicos hoy en día, que siguen recomendando una copita de vino aduciendo sus beneficiosos efectos cardiovasculares, que no existen, no son tales. Hay evidencia tan contundente y probada de que el alcohol es malo a cualquier dosis, que la controversia debería de estar zanjada hace mucho tiempo. La recomendación de alcohol es cero, no hay un consumo compatible con la salud. Y en el supuestísimo caso que fuera bueno para la salud cardiovascular, que no lo es, es que no somos solo corazón. Estamos hablando de una sustancia que es mutagénica, neurotóxica y adictiva. Para todo, un consumo bajito de alcohol es malo.

P. ¿Estamos siempre a tiempo de cambiar los hábitos?

R. Siempre. Tú no sabes cómo ha reaccionado tu cuerpo. Cuando hablamos de cáncer, la última variable es el azar. Nunca es tarde, pero hay que empezar, no lo retrases más, empieza hoy.

Puedes seguir a EL PAÍS Salud y Bienestar en Facebook, Twitter e Instagram.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_