La empresa que diseña pruebas para prever si habrá metástasis o si la quimioterapia tendrá efecto
Biomedica molecular medicine es un 'spin-off' del Hospital Universitario La Paz y ha diseñado varias pruebas para poder anticipar con qué pacientes de cáncer puede funcionar mejor cada tratamiento
Uno de los avances más importantes que permite la tecnología aplicada a la medicina es la posibilidad de diseñar cada tratamiento a medida, teniendo en cuenta el tipo de enfermedad pero también las características y las respuestas concretas que da cada paciente. Incluso entre pacientes con el mismo tipo de cáncer en el mismo estadio, es posible que unos necesiten quimioterapia y otros, no. Muy conscientes de esta situación, los investigadores de la empresa Biomedica molecular medicine están a punto de lanzar al mercado un test para aportar un poco de luz y poder identificar de antemano con qué pacientes puede funcionar mejor cada tratamiento.
- ¿De quién estamos hablando?
Esta compañía surgió a raíz de una investigación desarrollada por el laboratorio de oncología molecular del Hospital Universitario La Paz de Madrid. En torno a 2009, los investigadores del laboratorio publicaron un artículo científico que resolvía un problema técnico del procesamiento de muestras del cáncer de mama: ese fue el caldo de cultivo para lo que vendría después. Una gran empresa estadounidense se interesó en colaborar con ellos pero estaban en una situación compleja que dificultaba este tipo de colaboraciones.
Por eso, Juan Ángel Fresno y Ángelo Gámez, investigadores líderes del laboratorio; Enrique Espinosa, jefe de sección de oncología del Hospital La Paz; y Enrique Tabares, que se ocupa de la parte de desarrollo del negocio, decidieron fundar Biomedica molecular medicine como vehículo empresarial para poder poner en el mercado las pruebas médicas. "Si lo que hacemos en el laboratorio no se lleva al mercado, los médicos no pueden utilizarlo y los pacientes no pueden beneficiarse", explica Andrea Zapater, desarrolladora de negocio de la compañía. BMM es la primera iniciativa empresarial surgida del ámbito sanitario público que cuenta con la autorización de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
- ¿Cómo funciona?
La actividad de la empresa se divide en dos ramas. La primera, que le da su razón de ser, consiste en desarrollar pruebas moleculares a partir de muestras clínicas de pacientes de oncología. Analizan los componentes de cada cáncer mediante técnicas de alto rendimiento, utilizan bioestadística y modelos probabilísticos. Dependiendo del cáncer, pueden saber, por ejemplo, el riesgo de metástasis de un paciente, tal como hacen con el cáncer de riñón. Así, el médico puede hacer un seguimiento a quien tiene un riesgo real de sufrir metástasis y evita hacer pruebas extra a pacientes que no están en esa situación. Aún no han podido publicar su primer test molecular para cáncer renal, que determina el riesgo de metástasis del paciente, pero lo harán el próximo año. La tecnología que utilizan también permite determinar la respuesta a un fármaco. Permite saber de antemano si un paciente va a responder a una quimioterapia o no, tal como hacen con el melanoma y el cáncer de mama.
No han recibido ninguna financiación pública, excepto las becas de dos investigadores de su departamento de I+D. Por ahora, lo que les permite mantenerse con vida es su segunda rama: también prestan servicios a otros laboratorios públicos y privados. Ofrecen investigación a la carta: un laboratorio puede contratarlos para encargarles una investigación o parte de ella. Actualmente, están lanzando una ampliación de capital para conseguir un aumento de los fondos.
- ¿Por qué nos interesa?
Este test permite prever si un fármaco será efectivo para un paciente concreto con cáncer y ayuda al médico a definir el tratamiento y seleccionar las pruebas que necesita hacer. "Podemos saber si una persona no va a responder a la quimioterapia y evitarle así los efectos secundarios desagradables e innecesarios y ahorramos dinero a la sanidad, porque solo aplicamos el fármaco a personas a las que les vaya a servir", explica Andrea Zapater, desarrolladora de negocio de la compañía. Beneficia la calidad de vida del paciente y también al sistema, porque evita hacer pruebas extra. "Y una de las cosas más importantes: ahorramos tiempo al paciente al poder ofrecerle un fármaco desde el primer momento que tiene más probabilidades de tener éxito".
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