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Las niñas que han programado su propia ‘app’ y se proponen llegar hasta Silicon Valley

Tienen entre 9 y 10 años, son de Huesca, se conocieron en un centro tecnológico donde aprenden robótica y han creado una aplicación para enseñar a programar a otros niños

Dominar los lenguajes informáticos con los que se montan y diseñan las webs y las aplicaciones que utilizamos todos los días se ha convertido en una ventaja competitiva. Y las escuelas lo saben: ya hay algunos centros que incluyen actividades de programación en su currículo, aunque por ahora es un porcentaje residual. Por eso la opción para muchos niños y niñas que quieren aprender robótica es apuntarse a actividades extraescolares donde aprender este nuevo idioma. Es el caso de Alejandra Bagé, Paula Sanclemente, Sara Miravé y Valeria Corrales, cuatro niñas de entre 9 y 10 años que se conocieron en el centro tecnológico oscense Minivinci. Este año, han diseñado y programado una aplicación con la que se han apuntado al concurso Technovation Challenge y aspiran a presentarla en la final, que tendrá lugar en Silicon Valley.

Durante los últimos tres meses, estas cuatro niñas han invertido su tiempo libre en pensar y diseñar una aplicación para enseñar a otros niños a programar. Cuando hicieron el brainstorming para decidir qué tipo de aplicación querían hacer para el concurso, se dieron cuenta de que lo que las cuatro tenían en común era que les gustaba la tecnología pero que eran "un poco los bichos raros de su clase" y les costaba trabajo encontrar información en internet para formarse. "Siempre me dicen que ellas han empezado a conocer este mundo ahora, a raíz de ir a clase a la academia, y que les gustaría que otros niños tuvieran ese conocimiento a su alcance", explica a través de Skype Patricia Heredia, cofundadora de Minivinci y mentora de las niñas en el proyecto.

Por eso, se les ocurrió crear Girls 2 Program, una aplicación que sirve de repositorio y organiza los vídeos tutoriales sobre programación por categorías. También la han hecho colaborativa: ellas suben los videos pero si hay otras personas que tienen sus tutoriales, también pueden añadirlos. Su objetivo es que otros niños y niñas no tengan los problemas que han tenido ellas para encontrar información sobre su hobby. "No es tan habitual que haya centros donde los niños y niñas puedan aprender robótica pero internet es un lugar muy potente para conseguirlo", explica Heredia. Esta era una idea sencilla y útil que exigía mucho esfuerzo por parte de las niñas. Tuvieron que aprender a programar un lenguaje nuevo, diseñar una campaña de márketing, trabajar con bases de datos y hacer una presentación en inglés. Todo, desde la idea, el diseño e incluso el montaje de los vídeos, lo han hecho ellas.

El próximo viernes 18 se celebra la semifinal regional. Si las seleccionan irán a la siguiente ronda a nivel europeo y de allí ya irían directas a la final, que se celebra este verano en Silicon Valley. Y, aunque están muy motivadas por conseguir su puesto en la final, su profesora asegura que para ellas lo más importante es que hagan pública la app para que puedan empezar a descargarla otros niños. "Ya quieren ponerle más categorías, subir vídeos nuevos y traducirla a inglés", cuenta Heredia.

La idea de presentarse al concurso Technovation Challenge, organizado por Iridescent, una organización sin ánimo de lucro que busca educar en las materias STEM a los jóvenes, fue de su profesora. "Siempre que hay algún evento tecnológico que pueda empoderar y motivar a las niñas, las invito a participar", cuenta Heredia. Se lo propuso a Alejandra, Paula, Sara y Valeria, les dijo que iba a ser mucho trabajo y que deberían dedicarle horas a parte de su actividad en el colegio y de las clases habituales en la academia. "En seguida se emocionaron y se decidieron a participar. Estaban encantadas".

A las cuatro parece haberles picado el bicho de la curiosidad tecnológica. Bien de forma natural o por la referencia de sus padres: Valeria, la más pequeña de las cuatro, tiene un canal de Youtube donde hace tutoriales y explica cómo programa en diferentes lenguajes. Y el padre de Paula, por ejemplo, siempre le dice que "saber programar acabará siendo tan importante como saber inglés". "Son pocas las niñas que vienen a clase, pero cada vez son más las que se dan cuenta de que esto puede ser una opción para ellas. Aún así, necesitan referentes que les despierten esa curiosidad y las inviten a probar", opina Heredia.

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